Desde que Naciones Unidas hiciera públicos los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), numerosas empresas y organizaciones han adoptado estas metas como propias. A falta de un esquema internacional que pueda avalar la contribución realizada de forma estandarizada, muchas entidades han decidido integrar la Agenda 2030 en sus reportes de información no financiera o memorias ASG, que incluyen los ámbitos ambientales, sociales y de gobernanza, extrapolando sus logros en estas materias a la consecución de los ODS.
En este sentido, diferentes entidades han desarrollado guías de orientación, incluso se han creado esquemas de acuerdo con estos objetivos globales. Es el caso de la certificación Corporate Green de Oca Global, una herramienta que ayuda a las organizaciones a orientar su estrategia hacia la sostenibilidad en base a estos objetivos.
Por su parte, la implantación de sistemas de gestión tradicionales es otra forma de abordar los ODS en las organizaciones ya que es posible establecer correspondencias entre ellos y las temáticas del esquema de certificación.
Según la encuesta realizada por la Organización Internacional de Normalización (ISO) en 2020[1], la norma ISO 14001 de Sistemas de gestión ambiental, directamente relacionada con los ODS 13. Acción por el clima, 14. Vida submarina y 15. Vida de ecosistemas terrestres[2], cuenta con 12.584 empresas certificadas en España. Por su parte, la ISO 45001 de seguridad y salud en el trabajo, vital para contribuir al ODS 8. de Trabajo decente y crecimiento económico, suma 3.420 empresas certificadas en nuestro país.
En cuanto a los ODS 2. Hambre cero, 3. Salud y bienestar y 12. Producción y consumo responsable, la norma ISO 22000 de Sistemas de gestión de la inocuidad de los alimentos alcanza las 583 empresas, por citar tan solo algunos ejemplos.
Poniendo en contexto estos datos, el recién publicado informe “Contribución de las empresas españolas a la Agenda 2030: Resultados de la Consulta empresarial de desarrollo sostenible”[3], en el que participaron 2.507 empresas, concluye que existe un crecimiento continuo en el conocimiento corporativo de los ODS.
Sin embargo, el mismo documento indica que solo el 20% de los encuestados ha establecido compromisos cuantificables sobre el desarrollo sostenible. Adicionalmente al número de empresas certificadas, los esquemas basados en normas ISO requieren del establecimiento de objetivos valorables, la implicación de toda la organización y la mejora continua para su certificación, por lo que su aportación a los ODS es progresiva, integradora y medible.
Los ODS no solo actúan como un marco de referencia para abordar los retos de la humanidad, sino que se conciben, además, como una herramienta de análisis de necesidades y tendencias para la sociedad. Así, por ejemplo, los objetivos están motivando el desarrollo de nuevos esquemas como la futura ISO 53800[4] que establece, del mismo modo que ya lo hace la ISO 26000 en materia de responsabilidad social, una guía para la promoción y la implementación de la igualdad de género dentro de las organizaciones.
Con todo, además de las mejoras propias de la implantación del Sistema de gestión y su contribución a los ODS pertinentes, la certificación de estos esquemas por una organización externa aporta transparencia, credibilidad y rigor a la alineación con la Agenda 2030 de cualquier entidad, contribuyendo a su vez al desarrollo de la gobernanza.
https://www.iso.org/files/live/sites/isoorg/files/store/en/PUB100429.pdf
[4] “Primera norma ISO de igualdad de género en las organizaciones” Revista UNE Nº 49 Julio-Agosto 2022. Disponible en:https://revista.une.org/49/primera-norma-iso-de-igualdad-de-genero-en-las-organizacione.html?utm_source=sendinblue&utm_campaign=Revista_UNE_Julio-agosto_2022&utm_medium=email
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: 7º aniversario de los ODS, junto a T-Systems y Villafañe&Asociados