Los emprendedores fueron uno de los agentes protagonistas del VII S2B Impact Forum, el congreso de referencia de la economía de impacto. Durante toda la semana se pudieron conocer diferentes casos que demuestran cómo los nuevos emprendedores de impacto se alejan de los proyectos filantrópicos para crear empresas que “no tienen que escoger entre sostenibilidad, impacto y rentabilidad. Se puede ser rentable y escalar a la vez que tener impacto y ser sostenible”, reivindicaba Oriol Fuertes, fundador de Qida. Parafraseando a José A. Segarra (1957-2019), Carlota Pi, fundadora de Holaluz, complementaba esa idea: “una compañía también se puede convertir en una herramienta para cambiar el mundo”.
Pero esto “siempre es con una visión a largo plazo”, asegura Pi. Y esa es una de las complicaciones que tienen muchas veces los emprendedores de impacto en una sociedad en la que generalmente se buscan beneficios rápidos. “Sabemos que nos va a costar encontrar financiación, por tanto, tenemos que ser muy hábiles buscando que el negocio pueda ir generando por sí mismo muy rápidamente. De alguna manera, sacrificamos ese crecimiento más rápido por un crecimiento más sólido”, aseguraba Cristina Puig, fundadora de Fiction Express.
Respecto a la financiación, todos los emprendedores coinciden en que conseguirla no es fácil. “A nosotros nos ayudaron mucho tres cosas: marcarnos objetivos ambiciosos, pero alcanzables en tres-cuatro meses para demostrarles a los inversores que podíamos hacerlo; conseguir convertibles que nos permitieron tener caja para generar una tracción y ejecutar un plan; y saber decir que no a fondos que no se alineaban con nuestra visión a largo plazo”, explica Fuertes. “Yo sumaría el intentar hacer ampliaciones de capital no cuando se acaba el dinero, sino cuando quieres crecer más rápido”, añade Pi.
Si en algo coinciden todos es en escoger muy bien a los compañeros de viaje. Como resume Luis Pareras, socio fundador de Invivo Ventures y moderador de la mesa en la que debatían los emprendedores, “en la vida hay decisiones reversibles y decisiones irreversibles, y darle equity a una persona es una decisión bastante irreversible”. “Tener buenos compañeros de viaje además ayuda mucho en momentos no tan buenos de la compañía. En nuestro caso, que tuvimos que pivotar, los inversores que teníamos en ese momento y los que se sumaron con el cambio de orientación nos ayudaron mucho al reenfoque, nos dio las palancas para salir, pero también nos ayudó a conseguir la seguridad emocional que necesitábamos en ese momento”, explica Puig. “Al final, es la gente la que hace los proyectos, y no las ideas per se”, añade Pareras.
La competencia en el emprendimiento de impacto
La competencia, en general, es buena y así lo entienden los emprendedores de impacto. “El impacto de una compañía tiene que ir más allá del éxito de esa empresa. Nosotros lo que buscamos constantemente es un cambio real en el sector sanitario y social de este país, con lo cual, todo lo que ayude a eso, fantástico”, resume el fundador de Qida. “Nosotros estábamos en un sector que era inamovible hasta que empezó a venir toda la digitalización, por ello nos encantaría que hubiera más competencia, que las grandes editoriales entraran más. Eso nos obligaría ser mucho mejores y nos haría más fácil explicar lo que hacemos y nuestros objetivos”, añade Cristina Puig.
Es cierto. Cuando descubres un nuevo mercado, tienes una propuesta de valor potente y la sabes ejecutar, es una buenísima noticia que salgan competidores. Pero para nosotros todavía es mejor noticia lo que está pasando ahora: que los grandes operadores del mercado se estén moviendo hacia nuestras directrices”, remarca la fundadora de Holaluz. “Hace 5 años nadie ponía en valor la energía verde, ahora si veis la tele decidme si alguien se atreve a hacer un anuncio diciendo que su energía no es verde. Esto es, desde nuestro punto de vista, haber marcado las reglas de juego y estar liderando una industria. Una industria no se lidera por número de clientes, ni se lidera por quien es el que tiene más poder en un ministerio, se lidera por ser quien establece las normas del juego. Nosotros, como otros emprendedores de impacto, estamos ya en esta idiosincrasia”, remarca Carlota Pi.