Como en cualquier ámbito de la vida y en concreto dentro del sector económico, el verdadero progreso viene determinado por la personas. Es importante que tengamos presente que la Responsabilidad Social Corporativa, más conocida como RSC, la llevan a cabo e impulsan los seres humanos y no las empresas, y solo mediante la ambición diaria de las personas las empresas se verán obligadas a impulsar la RSC en el centro de su modelo de negocio. Entre las empresas, los trabajadores y las personas del entorno debemos trabajar de forma conjunta la creación de valor compartido y sostenible, ya que solo dotando de este enfoque humano a la RSC conseguiremos que esta no sea solo el cumplimento de unas obligaciones legales y reglamentarias sino que además dotaremos de impacto todas las actividades en el área de influencia de la empresa con el fin de maximizar la creación de valor.
Proyectos como Fairtrade, -más allá de ayudar a conseguir una producción y un abastecimiento sostenible-, nacen y se desarrollan gracias a las personas: campesinos, agricultores, productores, fabricantes, distribuidores, consumidores…. no olvidemos que, a fin de cuentas una cadena de abastecimiento es una estructura que une y hace crecer el trabajo de personas.
Desde este enfoque humanista y humanitario, la RSE generará estrategias, planes, proyectos y comunicaciones que reflejan la realidad del mundo de forma más operativa, pragmática y comprensible. Como actor global principal en las cadenas de aprovisionamiento sostenible de muchas materias primas, desde Fairtrade queremos compartir con todos los grupos de interés, nuestros desafíos sociales, ambientales, económicos y también los relacionados con las prácticas comerciales. Solo integrando y dando voz, voto y los mismos derechos a los grupos de personas daremos pasos en la dirección correcta. A pesar de todo no somos tan distintos; todos somos individuos con diferentes emociones y sentimientos, pero de igual modo, todos somos personas en busca de un mundo más justo y humano.