En anticipación al Día Mundial contra el Cáncer, oncólogos del grupo sanitario Ribera subrayan la relevancia del ejercicio físico regular, especialmente el de bajo impacto, destacando sus beneficios para mejorar la calidad de vida de los pacientes, prevenir la enfermedad y contribuir a la recuperación. “El ejercicio físico resulta muy beneficioso para las personas que han sido diagnosticadas de cáncer, tanto para la tolerancia al tratamiento como para su recuperación y mejora de la calidad de vida, a su vez contribuyendo a la prevención de la enfermedad en la población sana”, asegura el Doctor José Balsalobre, Oncólogo del hospital Ribera Virgen de la Caridad (Cartagena).
Especialistas de Ribera confirman los beneficios del ejercicio en pacientes oncológicos en tratamiento y en la prevención de la enfermedad. La Dra. Magda Palka destaca mejoras en astenia, sueño, ansiedad, estado nutricional, control de peso, percepción del proceso y dolor. Además, menciona reducción de medicación, mejor estado cognitivo y efectos positivos en la supervivencia, riesgo de recaída, movilidad, sistema inmunológico y función cardiovascular, contribuyendo también a la salud mental y la recuperación emocional del paciente oncológico.
Estudios respaldan los beneficios del “ejercicio terapéutico” en pacientes con cáncer, según Carlos Cáceres de Ribera Povisa. En pacientes en quimioterapia, se observa menor toxicidad y mayor eficacia con ejercicios de intensidad moderada, especialmente ejercicios de fuerza de intensidad media-alta, que pueden resultar en dosis menores de quimioterapia y reducción de efectos secundarios. Cada vez hay más evidencia de la eficacia de ejercicios con resistencia, como pesas o gomas, en comparación con simples caminatas diarias.
El Dr. Balsalobre, Oncólogo en Ribera Virgen de la Caridad, destaca que los ejercicios de fuerza ayudan a mantener la masa muscular. Recomienda caminatas como actividad de bajo impacto adaptable, y destaca los beneficios de yoga, pilates y tai-chi para mejorar la flexibilidad, reducir el estrés y mejorar el equilibrio. Además, señala que estas disciplinas ayudan a reducir el dolor articular causado por ciertos tratamientos, como la hormonoterapia en el cáncer de mama. Destaca la natación como excelente opción para mejorar dolores musculares y óseos.
Carlos Cáceres, Rehabilitador de Ribera Povisa, advierte que se debe tener precaución con el ejercicio en pacientes en radioterapia, donde el cuidado de la piel es crucial, por lo que el ejercicio físico deberá realizarse lejos de la zona irradiada.
La Dra. Palka subraya que el objetivo debe ser disfrutar de la actividad física, incorporándola a hábitos de vida saludables y aprovechando sus efectos positivos. Destaca la importancia de adaptar el ejercicio a cada paciente, evitando movimientos dolorosos o fatiga excesiva. Recomienda comenzar con caminatas diarias de 30 minutos, preferiblemente al aire libre, y progresar incorporando ejercicios aeróbicos, fuerza y estiramientos mantenidos, especialmente si la forma física previa a la enfermedad no era óptima.
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