El pasado 10 de noviembre el Parlamento Europeo aprobó la Directiva de Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD), que mejorará la rendición de cuentas de las empresas ante el público, obligándolas a informar sobre el efecto de su actividad en las personas y el medio ambiente. Así mismo, el 15 de noviembre, el EFRAG aprobó el primer conjunto de Estándares de Información de Sostenibilidad de la UE (“ESRS”), que incluye requerimientos de divulgación sobre cuestiones de sostenibilidad que deberán reportar las empresas.
Claves de este texto
La nueva Directiva de Informes de Sostenibilidad Corporativa fue aprobaba el pasado 10 de noviembre por el Parlamento Europeo, con 525 votos a favor, 60 votos en contra y 28 abstenciones. Algunas de las claves del texto son:
La nueva Directiva sobre información corporativa en materia de sostenibilidad (CSRD) modifica la anterior Directiva de 2014 sobre información no financiera (NFRD). Incluye exigencias más detalladas obligando a las grandes empresas a publicar información en materia de ASG en consonancia con la normativa de la UE (en proceso de desarrollo por el EFRAG): aspectos medioambientales, sociales, y los factores de gobierno corporativo.
Amplía el ámbito de aplicación de los requisitos de presentación de información, incluidas todas las grandes empresas y las empresas que cotizan (excepto las microempresas que cotizan) también si son filiales y/o extranjeras y operan en la UE. Existen salvedades y proporcionalidad para las pymes.
Afecta a grandes empresas de interés público con más de 500 empleados y a todas las grandes empresas y todas las compañías que cotizan en mercados regulados. Estas empresas también son responsables de evaluar la información a nivel de sus filiales.
Para las empresas no europeas que generan una facturación de 150 millones de euros en la UE y que tienen al menos una filial o sucursal en la UE. Las pymes contarán con la posibilidad de una excepción (opt-out) durante un periodo transitorio, es decir que estarán exentas de aplicar la Directiva hasta 2028. Se exige, a las grandes empresas, certificar la información reportada en materia de sostenibilidad a través de una verificación externa acreditada, de modo que sea fiable.
Garantiza que toda la información se publique como parte de los informes de gestión de las empresas y se divulgue en un formato digital y de lectura automática, facilitando un mejor acceso a la información en la propia web de la compañía. La Taxonomía Europea deberá ser la guía a la hora de que las empresas informen sobre sus impactos adversos.
Al respecto, hay dudas entre las organizaciones sobre el éxito de su implantación. En una reciente encuesta en Twitter, desde Corresponsables preguntamos: “¿Crees que la nueva Directiva de Informes de Sostenibilidad Corporativa aprobada por
@Europarl_ES y la actualización de los estándares GRI, que entrará en vigor en 2023, mejorarán la rendición de cuentas de las empresas ante sus stakeholders? Y la opinión mayoritaria, por un 60%, es que no, mientras que un 40% cree que, efectivamente, esta nueva directiva supondrá una mejora en la rendición de cuentas.
[Artículo publicado originalmente por DIRSE]
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