Es innegable que el concepto de Responsabilidad Social Corporativa está cada vez más presente en cualquier organización, independientemente de su carácter o sector. Tal y como se define, la Responsabilidad Social Corporativa, o RSC, es una forma de dirigir las organizaciones basada en la gestión de la repercusión que su actividad tiene sobre sus públicos de interés: sus clientes, empleados, accionistas, medioambiente y sobre la sociedad en general. Buscando que esta repercusión suponga un impacto positivo para todos ellos. Y este es un objetivo que se aborda de manera muy consciente por todas las organizaciones.
Actualmente sabemos de la necesidad de un compromiso sólido con la sostenibilidad y de abordar cambios que la hagan posible. Y en este escenario, hoy, considero que la eterna pregunta: “¿La Responsabilidad Social Corporativa es real o solo una moda?” se va quedando obsoleta, pues la RSC es crucial dentro de todas las empresas.
Si observamos las nuevas estrategias que se ponen en marcha desde distintas organizaciones y el cada vez mayor compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), podemos sentir una mayor confianza en que se están dando pasos hacia adelante. La RSC destaca en los días mundiales, que siguen siendo imprescindibles para llamar la atención sobre causas que merecen que reflexionemos sobre ellas. Pero hoy, la sostenibilidad está ya en el ADN de muchas organizaciones, con un impacto constante en el tiempo, más allá de las fechas señaladas del calendario.
Apostar por la sostenibilidad parece un cambio sencillo, pero no lo es tanto. Significa adoptar nuevos modelos, procesos, actitudes, en definitiva, pequeños o grandes gestos o movimientos que deben ir incorporándose a nuestra forma de trabajo y organización. El simple hecho de que un gran número de empresas vaya dando este paso demuestra que se ha iniciado el camino hacia la sostenibilidad y su destino es prometedor. Estoy convencida de que todos nos seguiremos esforzando para completar etapas y sumar nuevos logros.
Por nuestra parte, en Pfizer creemos que nuestro propósito “innovaciones que cambian la vida de los pacientes” es más importante ahora que nunca. Los enormes cambios sociales, medioambientales y económicos que están ocurriendo están poniendo a prueba nuestra percepción y abordaje de la salud mundial.
Trabajamos bajo la guía de la innovación sostenible, un concepto de innovación que penetra en todos los ámbitos de nuestra compañía. Solemos asociar el adjetivo sostenible a medioambiente, pero en mi opinión, está innegablemente vinculado a la innovación científica, tecnológica, y social y no solo medioambiental. Así una innovación es sostenible ya que genera valor, tiene un impacto positivo en las personas, perdura en el tiempo y se implementa en nuestro entorno de manera tangible. Así, a través de la innovación sostenible unimos dos conceptos clave en nuestra compañía, como son la RSC y la Innovación, asegurándonos, además, de que nuestras actividades contribuyen a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
En nuestro caso, como compañía biomédica, centramos especialmente nuestro trabajo y esfuerzos en el ODS 3: ‘Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades’; sin dejar de lado otros ODS, como el de Igualdad de Género, Trabajo decente y crecimiento económico, Industria, innovaciones e infraestructura; Producción y consumo responsables, y Alianzas para lograr los objetivos. Buscamos la excelencia en el impulso de un cambio que genere valor y sea de utilidad en la realidad de nuestros interlocutores (pacientes, profesionales sanitarios, empleados y sociedad general).
Para ello, en Pfizer, a nivel global y local, estamos dando un paso más en nuestro compromiso con las normas ESG, integrándolas aún más en nuestra forma de trabajar y en los procesos de toma de decisiones. También seguimos ampliando nuestros compromisos en las áreas en las que creemos que podemos aportar más beneficios a la sociedad y al medio ambiente, la diversidad y la inclusión de nuestros profesionales, la innovación en materia de producción, la calidad y la seguridad de nuestros medicamentos y vacunas, el cambio climático y la resistencia a los antibióticos, entre otras cosas.
Somos conscientes de que, al igual que en muchas otras organizaciones, todavía nos queda camino por recorrer, pero no es motivo de desanimarnos. Seguimos inmersos en nuestro proceso para integrar aún más nuestro propósito con nuestra estrategia a nivel medioambiental, social y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) para comprender y satisfacer mejor las necesidades de pacientes, colaboradores, socios, accionistas y comunidades a las que prestamos servicio.