Alcanzar cero emisiones netas es el gran reto de la sostenibilidad medioambiental a nivel global. Desde la adopción del acuerdo de París en 2015 y su posterior ratificación en 2016, la gran mayoría de países de todo el mundo se han comprometido con la neutralidad en carbono para el año 2050. Tras la COP26, se reafirma en el Pacto Climático de Glagow el compromiso global de acelerar las acciones a favor del clima durante esta década.
En el sector privado, el ritmo de muchas de las grandes compañías para alcanzar la neutralidad climática cuanto antes es aún mayor. Las grandes empresas estamos asumiendo ambiciosos compromisos que queremos y debemos cumplir, y lo cierto es que cuanto antes lo consigamos individual o colectivamente, mejor para todos, especialmente para el planeta.
Procter & Gamble es una de esas compañías, aunque en nuestro caso, tenemos el objetivo de alcanzar la neutralidad en carbono 20 años antes de lo contemplado en el Acuerdo de París, en 2030. No solo eso, sino que también hemos anunciado que, en 2040, P&G tendrá emisiones netas cero. Es importante subrayar este hecho ya que no solo se trata de reducir una parte de las emisiones y compensar el resto, sino de reducirlas todo lo posible para frenar los efectos del cambio climático, y aquello que la tecnología no nos permita reducir, compensarlo.
Por otro lado, podríamos hablar también de grandes acuerdos multisectoriales entre empresas de todo el mundo como “The Amazon Pledge”, a través del cual más de 200 empresas en todo el mundo ya se han comprometido con lograr cero emisiones netas en 2040 o antes.
Todos estos compromisos tienen un rumbo muy claro: la descarbonización del sistema productivo y la progresiva reducción de emisiones de gases efecto invernadero (GEI) a la vez que se compensan las emisiones que por motivos estructurales aún no se puedan eliminar. En este sentido, cabe destacar también la importancia de la innovación y la investigación en el seno de las compañías como motor de la sostenibilidad, ya que la tecnología puede ser un elemento diferencial para buscar alternativas que permitan mantener, o incluso mejorar las estructuras de negocio de la compañía, a la vez que se reducen las emisiones.
Siguiendo esta hoja de ruta, multitud de compañías no solo están reduciendo sus emisiones a través de alternativas como las energías renovables, la circularidad en los envases o las flotas de vehículos más sostenibles. Están también desarrollando o colaborando con proyectos de compensación de emisiones para impactar de manera positiva en el medioambiente. Sin embargo, es importante no perder el foco del verdadero objetivo de todos los programas, que no solo es la neutralidad carbónica de las compañías, sino contribuir a construir un presente y un futuro mejor para el planeta y para la sociedad.
En este sentido, creemos que España y su tejido empresarial tienen un activo fundamental que ha de ser protagonista de este camino hacia la sostenibilidad medioambiental: el entorno rural. España es un país especialmente rico en materia de entornos naturales y biodiversidad, pero su mundo rural arrastra una serie de problemas que no solo llevan aparejados la pérdida de riqueza natural, sino que además tienen una serie de implicaciones socioeconómicas cada vez más patentes. Este gran obstáculo que llamamos despoblación o, más recientemente, España Vaciada, tiene que ser tenido en cuenta a la hora de que las compañías tejan sus propias iniciativas de sostenibilidad medioambiental.
El abandono del medio rural y la transferencia de población activa desde el campo hacia las grandes ciudades es una de las grandes amenazas para el desarrollo sostenible en España. Un ejemplo de esto es el caso de Oliete, en Teruel. Con motivo de la despoblación que sufre la provincia, este municipio que mantenía una importante actividad en el sector agroalimentario vio cómo su olivar centenario se quedaba desierto y cómo progresivamente los olivos comenzaban a degradarse.
Por ello, en el marco de nuestra estrategia de sostenibilidad, pero también por el afán de generar un impacto positivo en la sociedad, las comunidades y el planeta, desde P&G decidimos colaborar con el proyecto “Apadrina Un Olivo”. Nos propusimos recuperar cerca de 3.500 olivos centenarios con capacidad de almacenar hasta 1.600 toneladas de CO2. De esta manera, no solo pudimos acelerar la compensación de nuestras emisiones en la península ibérica, sino que también contribuimos a generar actividad económica, riqueza y empleo en una comarca especialmente afectada por la despoblación.
Fijar población en el medio rural y generar proyectos para el desarrollo de la España rural no solo es una medida eficaz para reequilibrar la vertebración del territorio, sino que además es una de las herramientas más eficaces para alcanzar la sostenibilidad. Por ejemplo, fomentando el dinamismo y la actividad económica en estas zonas a través del desarrollo de sectores como el agropecuario, nuestros entornos rurales no quedarían abandonados y no se perdería la riqueza de nuestros ecosistemas naturales.
Otro proyecto de colaboración es el que trabajamos junto a Reforest’Action, con el objetivo de regenerar unos 100.000 m2 de bosque afectado por los incendios en distintas provincias de Castilla y León, como Soria o Burgos. De esta manera, hemos contribuido a replantar 10.000 árboles de especies autóctonas con capacidad para almacenar 1.500 toneladas de CO2. Sin embargo, el impacto medioambiental de esta iniciativa va más allá de las emisiones. Esta iniciativa también tiene un impacto positivo en las condiciones socioeconómicas de la zona, ya que permite impulsar el desarrollo económico en el entorno rural y hacer del bosque un agente dinamizador para la actividad económica de la zona, algo de vital importancia en unas provincias que también sufren los efectos del abandono de los entornos rurales.
Estos proyectos son solo dos ejemplos de cómo abordar la sostenibilidad desde una visión integral del impacto de las compañías en su entorno. Tenemos una oportunidad para hacer de nuestras empresas, no solo agentes más sostenibles, sino también agentes de cambio para mejorar nuestra sociedad, y las áreas rurales de España tienen mucho que decir en este proceso.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables “Día por la reducción de las emisiones de CO2”