Enfrentamos un momento complejo, marcado por una crisis sanitaria que no tiene precedentes en la historia contemporánea de nuestro planeta. Son incesantes los análisis de las causas y consecuencias de este fenómeno, tratando de dar una visión completa del mismo. Y en este contexto, contamos con una gran oportunidad para orientar y apoyar a las empresas a incorporar al más alto nivel su aproximación y la gestión de la salud, desde la perspectiva de la sostenibilidad.
Según el último estudio de Forética sobre ‘Salud y Bienestar 2030. Integración en la estrategia empresarial’, el desarrollo de una hoja de ruta para la contribución de las empresas a la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible sobre Salud y Bienestar (ODS 3) se basa en cinco puntos inspiradores dirigidos a integrar los aspectos de salud en sus estrategias corporativas:
1. Liderazgo. Alinear la estrategia empresarial con los ODS y en particular con el ODS 3
La Agenda 2030 otorga a la salud una presencia muy significativa, no solo a través del ODS 3 Salud y Bienestar sino también por interacción con otros objetivos como el ODS 11 Ciudades y comunidades sostenibles y el ODS 13 Acción climática. En concreto, para conseguir alcanzar las metas del ODS 3, es necesario contar con el compromiso de las empresas para la innovación, financiación y desarrollo de productos y servicios que vayan en línea con dichos objetivos y metas. Todavía sólo un 34% de las empresas del IBEX reconoce el ODS 3 como un eje estratégico para su organización.
2. Riesgos y Oportunidades. Salud = competitividad
Como se demuestra en el informe de Forética, la salud y el bienestar son una palanca de valor para un mejor desempeño de las organizaciones, desde la perspectiva de la sostenibilidad. La alta dirección tiene ahora la oportunidad de incorporar una comprensión más consciente de los riesgos y oportunidades que suponen la integración estratégica de la salud en sus operaciones y en el impacto en sus equipos, sus clientes y el entorno. Es más, incorporar objetivos de salud en el bonus de la alta dirección puede ser una señal decisiva para avanzar en este ámbito.
3. Diálogo: anticipación tendencias e involucración de los stakeholders
Un diálogo abierto, honesto y comprometido con clientes, proveedores, entidades del tercer sector o representantes de la administración y de los trabajadores sienta las mejores bases para obtener mejores respuestas y resultados. Permite, además, anticipar retos y soluciones en materia de salud y bienestar. Desde la respuesta ante una mayor incidencia de enfermedades transmisibles y la activación de buenos protocolos de actuación, hasta el impacto de la tecnología en la salud mental en caso de enfermedades no transmisibles, por citar sólo dos ejemplos.
4. Objetivos de gestión e indicadores integrales
Las compañías líderes apuestan por establecer diagnósticos para fomentar la salud de los empleados que, además del impacto en sus equipos, incorporan el de sus productos y servicios. Según sus memorias, más del 60% de las empresas del IBEX 35 contribuyen a la salud por medio de una oferta de productos y servicios saludables. La contribución de las empresas a la salud se aborda generalmente desde una vertiente social, quedando infrarrepresentados los aspectos vinculados a los impactos medioambientales y de buen gobierno de las organizaciones. Un diagnóstico integral debe incorporar internamente ámbitos más amplios. Desde el punto de vista del impacto externo, se debería incorporar un análisis, entre otros, de la contaminación y sus consecuencias en la salud de la movilidad o de la logística. Incorporar en la “huella saludable” de la actividad de la empresa a los proveedores o el uso del producto en la salud de los clientes daría más perspectiva. Este diagnóstico permitirá marcar objetivos e indicadores de mayor impacto. Algunas soluciones en materia de gestión como limitar el tiempo de reuniones o fijar objetivos claros para limitar el impacto del estrés, serán más sencillas y otras como reducir o cambiar materiales, más complejas, pero todas deben tener un marco temporal concreto e indicadores de seguimiento.
5. Transparencia y salud
Una empresa comprometida con la salud y bienestar debe de ser capaz de rendir cuentas de manera transparente de sus objetivos y sus compromisos a futuro. Lamentablemente, aun es escasa la información que se puede encontrar en los informes no financieros de las grandes empresas españolas en torno al enfoque de los aspectos ESG relacionados con la salud. A pesar de ello, existen avances y cada vez más organizaciones son conscientes de la importancia de integrar e informar de sus impactos en la salud de empleados, clientes, proveedores y sociedad en general en sus informes anuales.
Aprovechemos como organizaciones la oportunidad que nos brindaba el año 2020 como antesala de la denominada “Década de la acción”, y hagamos de este momento de salud que, lamentablemente ya es histórico, un hito y comienzo de una recuperación y un futuro más saludable y sostenible.