Estamos en la Década de Acción en ODS, los gobiernos están centrando su atención en alcanzar los ODS, aunque eso no significa que el trabajo recaiga solo en ellos. El sector privado, las grandes organizaciones, la sociedad civil y, por supuesto, las pymes, deben ayudar a acelerar la consecución de los ODS.
Solo las empresas que apuesten por modelos de desarrollo basados en estrategias de buen gobierno, sociales y medioambientales serán competitivas a medio y largo plazo. Sin embargo, a veces no resulta sencillo saber por dónde empezar, ya que hay 17 Objetivos y cada uno tiene distintas metas e indicadores. Por este motivo, desde SGS estamos ayudando a nuestros clientes a traducir el contexto de los ODS a sus organizaciones, introduciendo cambios transformadores desde la estrategia y analizando los impactos de cada empresa para concretar medidas de aplicación práctica y resultados.
El Cambio climático, el agotamiento de la capa de ozono, la deforestación, la acidificación de los océanos, la pérdida de biodiversidad, el ciclo de nitrógeno o la contaminación química son algunos de los problemas ambientales que amenazan la salud del planeta. Son los conocidos como límites planetarios, un concepto establecido en 2009 por el equipo liderado por Johan Rockström del Centro de Resiliencia de Estocolmo (SRC, por sus siglas en inglés) que representa un enfoque interesante y novedoso sobre cómo representar los problemas medioambientales que sufre el planeta, marcando unos límites cuantificables que permiten de manera más intuitiva entender la situación en la que se encuentran los procesos terrestres.
El factor más inquietante es que, según los expertos, actualmente ya sobrepasamos 4 de esos límites para la estabilidad de nuestros ecosistemas: el de cambio climático, el de la biodiversidad, el de los flujos biogeoquímicos (fósforo, nitrógeno y pesticidas) y el de la deforestación. Por primera vez, ante la grave situación en la que vive el planeta y la humanidad, la mayoría de los estados del mundo aprobaron en 2015 dos acuerdos globales sin precedentes.
- Agenda 2030: consiste en una agenda global que tiene 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (en adelante, ODS) que pretenden guiar, de manera coordinada, la acción mundial colectiva hasta el año 2030 para adoptar medidas que logren dar un cambio de rumbo al modelo socio-económico que ha provocado la situación de colapso planetario.
- Acuerdo de París: consiste en un acuerdo internacional enfocado específicamente en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que provocan el calentamiento global y que han llevado a la emergencia climática.
Todo ello significa que la agenda de la geopolítica global y regional incorpora los ODS como dimensión imprescindible de la paz y la estabilidad, del crecimiento económico sostenible y sostenido, y del modelo industrial y la innovación, promoviendo que los objetivos comunes configuren instituciones, alianzas y mecanismos de cooperación y colaboración. De ahí nace la fuerza de los ODS, que son, hoy en día, la hoja de ruta más esperanzadora para el futuro de la humanidad.
Existe una conexión directa (de dependencia y alteración) entre las empresas y los limites planetaritos. Las empresas no pueden prosperar en sociedades que fracasan y que se sitúan fuera de los límites del planeta, en cambio, pueden ofrecer soluciones y oportunidades de negocio innovadoras y sostenibles.
En este sentido, Los ODS plantean cuestiones y proponen metas relacionadas con el consumo responsable, la economía circular, la productividad, la salud y el bienestar o la innovación, en que las empresas pueden aportar mucho y que, si se alcanzan, tienen el potencial para lograr un crecimiento de más calidad, con unos cimientos más sólidos en materia ambiental y social. Asimismo, para alcanzar los ODS, es necesario el compromiso de las empresas desarrollando estrategias y procesos sostenibles: si las empresas privadas no desarrollan las oportunidades de mercado que les brindan los ODS, no obtendrán los beneficios que estos prometen para el conjunto de la sociedad.
Hasta ahora, el ámbito de responsabilidad que se atribuyen las empresas en relación con los problemas de sostenibilidad se ha limitado a considerar lo que pueden hacer en el marco de su actividad habitual (“business as usual“). No obstante, las empresas verdaderamente sostenibles van un poco más allá y se plantean cómo, desde un análisis profundo de sus capacidades empresariales, pueden contribuir positivamente a la sociedad y al planeta para hacer un mundo mejor.
Un negocio verdaderamente sostenible es aquel que reflexiona sobre cuestiones que van más allá de las que hemos apuntado hasta ahora. Reflexiona sobre preguntas como “¿Cómo pueden las empresas contribuir con sus productos y servicios a resolver problemas urgentes de sostenibilidad en sus sociedades?”. Como resultado, una empresa verdaderamente sostenible traduce los desafíos de sostenibilidad en oportunidades comerciales que dan “sentido comercial” a los problemas sociales y ambientales. Esta idea ha sido recogida en el informe Better Business, Better World (Business & Sustainable Development Comission, 2017), que identifica 60 grandes oportunidades de negocio vinculadas a los 17 ODS.
Las empresas verdaderamente sostenibles se involucran en diferentes niveles de acción para aumentar su impacto en la sostenibilidad y superar los conflictos entre las demandas financieras y las necesidades sociales.
Un cambio en los valores amplía el propósito y los resultados esperados de la actividad empresarial para incluir objetivos no estrictamente comerciales; aunque solo un cambio en la perspectiva organizacional -pasando de la perspectiva de adentro hacia afuera (inside-out) a la perspectiva de afuera hacia adentro (outside-in), permitirá que una empresa desarrolle las estrategias y los modelos de negocios necesarios para hacer contribuciones relevantes que permitan superar los desafíos sociales y planetarios, contribuyendo así al bien común.
Los impactos de una organización son o se convertirán en financieramente materiales en un breve espacio de tiempo. Comprender estos impactos, será imprescindible para obtener una visión general completa de los problemas financieramente relevantes que afectan a la empresa.
Después de todo, los grandes problemas de sostenibilidad como el cambio climático, la disponibilidad de agua y la pérdida de biodiversidad solo podrán resolverse o mitigarse mediante el esfuerzo compartido. Volviendo a los ODS, el 17 proclama esta misma necesidad, la de colaboración entre los agentes del sistema para conseguir el impacto positivo en el progreso y el desarrollo sostenible. En este objetivo subyace la idea de que el impacto social y el potencial de la innovación aumentan cuando los distintos agentes del sistema se unen para colaborar y aprovechan las capacidades específicas de cada actor.
Así pues, si el paradigma de la tasa de rendimiento financiero ha sido hasta ahora la eficiencia, la productividad y los beneficios, a partir de aquí hemos de ser capaces de establecer una tasa de impacto regenerativo basada en la mejora de la resiliencia, la prosperidad y la sostenibilidad.
Hoy día, existen herramientas para desarrollar un autodiagnóstico de impacto socio ambiental para todo tipo de organizaciones de diversos tamaños y sectores. Estas herramientas aportan información de valor para la gestión y la comunicación interna y externa de la organización y ponen el foco en aspectos donde la empresa tiene poder de actuación y que paralelamente preocupan a los grupos de interés.
En este sentido SGS ha trabajado en una que lleva a nuestros clientes a una autoevaluación dinámica para el análisis de impacto y medición de los ODS que se basa en siete áreas de impacto – propiedades de las empresas verdaderamente sostenibles- y dispone de un conjunto de indicadores que se adecuan a cada organización y permiten identificar sus áreas de impacto más relevantes, su madurez y también el impacto socio ambiental concreto que genera. La mayoría de los indicadores son cuantitativos y describen un impacto numérico en el entorno físico de la empresa. Además permite una medición del progreso, lo que ayuda a trabajar la mejora continua.
En base a este análisis, nuestros clientes establecen metas para maximizar su contribución a la consecución de los ODS y pueden medir los resultados de las acciones llevadas a cabo y compararlos con los de otras compañías, además de simplificar su proceso de reporte no financiero. Es relevante como la herramienta relaciona las principales áreas materiales de impacto socioambiental con los ODS para medir la contribución al desarrollo sostenible. Las contribuciones deben ser
- Materiales, es decir deben ser significativas, no pueden ser trivialidades o nimiedades que simplemente tienen algo que ver con alguna de las 169 metas de los ODS. La contribución debe tener impacto, preferiblemente medible, pero debe producir algún cambio que se note en el objeto de la contribución.
- Contextuales, relacionadas con la actividad de la empresa, con el contexto en que opera, con sus principales grupos de interés, de lo contrario puede ser contribución “comprada” para mejorar imagen, para hacer greenwashing.
- Incrementales, en adición a lo que se venía haciendo tradicionalmente. No se trata de imputar lo que se ha venido haciendo, pero la verdadera contribución será incremental, y de ser posible creciente.
- Impactantes, debe tener impacto, medible o no (mientras mayor mejor, ver el criterio de materialidad), pero debe producir algún cambio que se note en el objeto de la contribución.
- Sostenibles, debe ser sostenible en el tiempo. No se trata de hacer una contribución ocasional, dependiendo de la situación en que se encuentra la empresa.
El marco de los ODS describe con un lenguaje preciso y de alcance global la magnitud de los retos a los que debe hacer frente la empresa. La horizontalidad de la Agenda y la transversalidad de las metas entre los diferentes ODS facilita que se integren en las estrategias de negocio. Más allá de que los Gobiernos establezcan condiciones favorables para el desarrollo de las pymes, resulta igualmente necesario que estas empresas también lleven a cabo un proceso de reflexión relativo a los ODS.
Para convertirse en agentes impulsores de la Agenda 2030, se espera que las pymes identifiquen y prioricen los ODS (Castiñeira, 2019). Este proceso se traduce en la adopción y elaboración de políticas de sostenibilidad y en la comunicación de las acciones mediante memorias vinculadas a los ODS.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: 7º aniversario de los ODS, junto a T-Systems y Villafañe&Asociados