Entrevista con Silvio Elías, consejero delegado y cofundador de Veritas para hablar sobre la iniciativa Provoquemos un Cambio, una iniciativa de activismo empresarial, lanzada desde la cadena de supermercados ecológicos, para tratar de mejorar el entorno
Veritas ha activado lo que llamáis activismo empresarial ¿en qué consiste?
Este es un término que no nos lo hemos inventado nosotros, es una etiqueta que nos han puesto. El activismo empresarial consiste en, desde la empresa, tratar de combatir aquellas situaciones que creemos que no están todavía bien resueltas en el conjunto en la sociedad. Y queremos que con nuestro ejemplo, con el día a día, se puedan solucionar retos, desafíos que todavía nos están afectando a todos y a los que creemos que podemos dar solución.
Este activismo ha dado como resultado el proyecto “Provoquemos un cambio” ¿Cuáles son los objetivos que persigue esta iniciativa y por qué habéis elegido estos objetivos y no otros fines distintos?
Desde nuestro nacimiento como empresa, hace 18 años, tenemos esa vocación de mejorar el mundo en el que vivimos desde la alimentación, desde los supermercados, que es nuestra actividad. Creemos que se puede cambiar el mundo desde un supermercado. Nosotros no nos limitamos a vender alimentos, sino que con nuestra actividad diaria, que es facilitar que las familias accedan a alimentos, creemos que, de alguna forma, somos responsables en la mejora de nuestro entorno. Por eso elegimos qué alimentos vendemos, elegimos qué tipo de productos queremos que se pueda llevar el cliente, hacemos muchísima divulgación… o sea, está en nuestro ADN.
Provoquemos un Cambio llega casi dieciocho años después, pero en el fondo no es más que continuar con algo que hemos hecho desde el primer día, que es tratar de mejorar nuestro entorno. Consiste en seleccionar cuestiones que creemos que tienen un impacto profundo en los hogares españoles y que creemos que tenemos que cambiar. Nosotros somos una cadena pequeñita de supermercados que vende alimentos ecológicos, pero creemos que si alzamos la voz e inspiramos a más personas, conseguiremos cambios en la realidad.
Hemos escogido tres objetivos: el primero tiene que ver con el IVA de la higiene femenina (compresas, tampones, copas menstruales…). Creemos que no se le tiene que dar un tratamiento de producto convencional sino que las mujeres, y todas las personas que necesitan estos productos, deben poder acceder a él como si fuera un producto súper básico y, por tanto, merecen el IVA reducido del 4% y no el 10% que tienen ahora. Creemos que esto es algo que es posible. Ahora que tanto se habla de fiscalidad ambiental, entendemos que hay que subir el IVA de algunas cosas que no nos interesa que se consuman. El IVA es un instrumento de incentivo y de castigo, es decir, que debemos penalizar aquellos comportamientos que no nos interesan subiendo su tipo impositivo y debemos incentivar el consumo de otros productos con un IVA más reducido. En este caso, la higiene femenina es un producto absolutamente básico que no es una elección, es una necesidad absoluta y, por tanto, debería tener un nivel 4%.
Gracias a la colaboración con nuestros aliados expertos, se ha escogido vehicular el apoyo de los clientes de Veritas a través de campañas en Change.org. Además, lo diferencial es que nosotros ese IVA ya lo aplicamos en nuestros supermercados. No esperamos a que el gobierno cambie ese tipo impositivo del 10% al 4%, sino que, mientras trabajamos para que eso sea así y pedimos a nuestros clientes que se sumen y a otras cadenas de supermercados que se adhieran a la causa, en nuestras tiendas bajamos el precio de las compresas como si tuvieran el 4% de IVA.
En segundo lugar, hacemos exactamente lo mismo con los pañales, que tienen un IVA del 21%. Tiene el mismo tratamiento que un producto de lujo. Un pañal no es un producto de lujo, es un producto que las familias que tienen un bebé en casa tienen que consumir y supone muchísimo dinero al año. Entendemos que, igual que se puede subir el IVA de productos que no conviene consumir, debemos facilitar el acceso a productos absolutamente innecesarios. En este caso la diferencia de IVA es abismal, es del 21% que tiene ahora al 4% que nosotros queremos conseguir que tenga. Nos adherimos a una petición en Change.org promovida por la Federación Española de Familias Numerosas y vamos a pedir a todos nuestros clientes que se sumen para ganar dimensión y poderlo llevar al Congreso y así trabajar para que los pañales tengan ese IVA. Y, al mismo tiempo, en nuestras tiendas reducimos el precio de los pañales como si tuvieran un 4% de IVA. En Veritas empezamos haciendo estas cosas para que luego sean una realidad fuera. Como en la cita que se le atribuye a Gandhi: “Seamos el cambio que queremos ver en el mundo”.
Y el tercero objetivo es la injusticia que sufren las personas diagnosticadas celiacas. En casi todos los países de Europa los celiacos tienen ayudas gubernamentales porque el diferencial de coste para alimentarse de estas personas es altísimo, ya que estos productos que tienen un precio mucho más elevado. Nosotros lo que pedimos es que exista una ayuda en España. También nos adherimos a otras peticiones anteriores y a la campaña promovida por la asociación de celiacos en Change.org y le damos un impulso desde nuestro supermercado con una ayuda para todos los celíacos de hasta 120 euros al año en productos sin gluten.
Esa es nuestra labor en estos momentos. Y hemos escogido esas tres causas pero esto no acaba aquí. Tenemos un listado enorme y la idea es ir haciendo realidad estas peticiones para seguir avanzando en la lucha contra estas injusticias.
¿Cómo se compromete Veritas a ayudar a alcanzar estos objetivos de los que me hablas?
Bueno, en primer lugar, como decía, haciéndolo realidad en nuestras tiendas, demostrando que las familias se pueden beneficiar. También apoyando las peticiones existentes en Change.org de nuestros partners expertos, dándoles muchísima visibilidad, acumulando firmas, acumulando personas. Y, en el momento que creamos que esto sea oportuno, acompañándonos desde servicios jurídicos para poder ir al Congreso y hacer esas peticiones para lograr que sean una realidad.
Este proyecto es fruto de una larga investigación que ha contado con grandes aliados ¿Quiénes han sido los más relevantes?
Como dice la Agenda 2030 y el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 17, que me encanta, hay que tener tejer alianzas. En esta vida no podemos hacerlo todo solos, necesitamos ir de la mano de otras asociaciones, instituciones, personas… y nosotros lo hemos hecho. Tenemos partners en la acción con los que diseñaremos e implementaremos la actividad de sensibilización y presión pública para conseguir el cambio legislativo. En este caso nos hemos acompañado de la Asociación Catalana de Celíacos, que también está federada con la Asociación Española de Celíacos. Hemos hecho lo mismo con la Asociación de Familias Numerosas y también con el Colegio de Nutricionistas de Barcelona, de Cataluña y de España. Es decir, son gente que lleva mucho tiempo luchando por estas causas y no tiene ningún sentido que vayamos por separado sino que nos tenemos que unir. Nosotros lo que queremos es aportar nuestra capacidad desde la empresa, desde un supermercado, y con la movilización que podemos realizar entre todos nuestros clientes.
Hablas de ser el cambio que quieres ver en el mundo ¿Está el futuro de la responsabilidad social y la sostenibilidad cada vez más en manos de empresas como la tuya y menos de los gobiernos?
Sin duda. Las empresas tenemos que ser ejemplo y referentes en moldear y ayudar a dar a las personas a elegir bien, de forma consciente y responsable. Y cuanto más grande es la empresa y más líder es en su sector mayor es su obligación de ser referente, de proporcionar toda la información y de facilitar que se tomen decisiones conscientes y responsables. Por tanto, honestidad y transparencia al máximo. Pero no podemos hacerlo solos. Los gobiernos deben implicarse, deben trabajar con las empresas. Y, luego, hay una labor de concienciación y de educación al ciudadano, imprescindible. El ciudadano y las ciudadanas somos motor de cambio. Si exigimos, y desde que existen las redes sociales eso tiene una fuerza brutal, las empresas responden. Necesitamos liderazgo en las empresas pero también fuerza en los ciudadanos y no se consigue la fuerza si no hay pedagogía y educación.
¿Cómo encaja esta iniciativa “Provoquemos un Cambio” dentro de la política general de responsabilidad social corporativa de tu empresa?
Nosotros nos preciamos de decir que no tenemos responsabilidad social corporativa sino que está en nuestro ADN. Nosotros no esperamos a ver como acaba el ejercicio para ver qué destinamos a corregir o a mejorar. No tenemos, y lo digo con todo el cariño del mundo, un purgatorio, porque desde el primer minuto que llegamos al trabajo cada día intentamos hacer las cosas de manera honesta y ya provocando esos cambios. No creemos que tengamos que tener una RSC. Somos Responsabilidad Social Corporativa. Por lo menos así lo sentimos desde que nos fundamos.
Veritas promueve la alimentación ecológica certificada, sostenible y socialmente justa ¿Cuáles son las principales buenas prácticas que tenéis en marcha en estos ámbitos?
Somos la primera cadena de supermercados en Europa certificada B Corp. B Corp es un movimiento nacido en Norteamérica que reconoce aquellas empresas que son las mejores para el mundo por su impacto en la comunidad, su actividad social y su pacto medioambiental. Y somos la primera en haber obtenido esa certificación tan difícil de alcanzar. Solo 4% de las empresas que se autoevalúan pasan el filtro. Nos sentimos muy orgullosos, no por el sello, sino por lo que significa, todo lo que hay detrás del sello B Corp.
Tenemos varios ejemplos de buenas prácticas. Lo primero es que tratamos muy bien a toda la gente con la que trabajamos. Intentamos tratar muy bien a los productores de frutas y verduras, por ejemplo, nos preocupamos de conocerlos personalmente y hablamos de precio solo una vez al año. Planificamos las cantidades y adquirimos compromisos anuales. Les damos muchísima tranquilidad y confianza porque no tienen que estar cada semana subastando su producto o vendiéndolo a ver quién se lo compra. Esta es nuestra manera de trabajar.
Podría destacar también que nos pusimos el año pasado como objetivo que todas las mujeres usen desodorante ecológico, porque los desodorantes no ecológicos tienen tres o cuatro ingredientes que están relacionados con el cáncer de mama. Lo que hicimos es una campaña de concienciación y desarrollamos un desodorante con la marca Viridis, una marca nuestra cuya venta fue íntegramente destinada con fines solidarios para ayudar a diferentes asociaciones que tienen que ver con la lucha contra el cáncer de mama. El objetivo no es desarrollar un desodorante solidario sino, a través del desodorante solidario, concienciar a todas las mujeres de que usen un desodorante ecológico.
Otro ejemplo son los uniformes que utilizamos para las personas que trabajan en los supermercados, que son de materiales reciclados y ecológicos.
Tenemos un montón de iniciativas y seguro que aunque hiciera un repaso de todas me dejaría un montón sin mencionar. Pero, en definitiva, lo más importante es que más que hacer proyectos que certifiquen que trabajamos de manera responsable es que somos responsables de nacimiento.
Hasta hace poco se decía que ser sostenible y hacer estas cosas era algo muy difícil y que para competir uno tenía que ser “malo” y, luego, si le quedaba beneficio, corregir cosas. Yo creo que hoy la responsabilidad puede ser arma de competitividad, se puede tener un buen negocio como consecuencia de hacer las cosas bien. Y eso es un cambio de modelo muy importante. Nosotros situamos el propósito en el centro y nuestro propósito es mejorar la salud de las personas y el planeta, y que todo el mundo puede alimentarse de una manera saludable para ellos mismos y para su entorno. Porque entendemos que la salud es un concepto único y tratamos de que eso sea un factor de competitividad y no al revés.
Hace un año y medio Oxfam Intermon vino a vendernos sus productos de comercio justo, tienen una buena gama de productos ecológicos magníficos. Les dijimos que los pondríamos a la venta, pero también les propuse ir más allá y aliamos en proyectos sociales para darles un impulso. Mi propuesta fue hacer un cobranding y la primera respuesta de Oxfam Intermon fue que, normalmente, no hacen alianzas con empresas. Entendí sus reticencias iniciales porque poner tu marca, que tiene unos valores, al lado de otra siempre tiene sus riesgos. Pero seguimos hablando y nos fueron conociendo y finalmente vieron que nuestros valores y los suyos coinciden. Así fue como nació la primera experiencia mundial de Oxfam Intermon en cobranding con una cadena de supermercados. Desde entonces tenemos el café Mujer Uganda, un café que beneficia a las cooperativas de mujeres productoras de café en ese país, y que tiene la marca Veritas y marca Oxfam en el mismo envase. Hemos hecho lo mismo con una panela de Perú y con un producto de cacao. Es una iniciativa que a mí me satisface muchísimo y Oxfam ha visto en nosotros una marca con la que unirse y trabajar juntos.
Otro ejemplo ha sido cuando el pasado mes de marzo nos encontramos, como sociedad, una situación crítica que no habíamos vivido, como es la pandemia provocada por el COVID-19, que nos obligó a todos a tomar unas medidas súper restrictivas en nuestro día a día. Nosotros como cadena de supermercados y servicio esencial no nos vimos afectados, salvo por el apoyo emocional intensísimo que tuvimos que hacer a todas las personas, que fue durísimo. Tuvimos la gran suerte de poder seguir trabajando pero con un estrés emocional tremendo. Durante esa segunda quincena de marzo y todo el mes de abril todos los supermercados vendimos muchísimo más de lo que hubiera sido normal, lo que supuso un incremento de medio millón de euros más o menos en nuestros ingresos. A primeros de mayo decidimos que esa cantidad, que no habríamos tenido de no ser por la situación, deberíamos revertirla en la sociedad, entendiendo que a partir de entonces habría muchas necesidades en muchos ámbitos. Así que lo que hicimos con ese medio millón de euros fue crear un plan al que llamamos Plan Respuesta. En ese plan revertimos el 100%, esos 500.000 euros, entre nuestros proveedores, empleados y clientes que lo necesitaban. Doblamos las ayudas sociales que ya hacíamos con colectivos vulnerables y también dimos ayuda directa a asociaciones como, por ejemplo, Cruz Roja.
Escucha aquí la entrevista completa con el protagonista: