Los aspectos ambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) han tomado un fuerte impulso en los últimos años por parte de las organizaciones. Este tipo de criterios han dejado de ser un discurso ético para convertirse en un factor determinante en el rendimiento financiero a largo plazo de una empresa teniendo un claro impacto en los ingresos, ya que, tanto clientes como accionistas, están empezando a poner su foco en empresas más sostenibles, produciendo un cambio radical en el mercado de inversión.
Seguir cumpliendo con los marcos normativos
A ello se le suma que, a nivel europeo, los objetivos climáticos de las diferentes agendas gubernamentales son cada vez más estrictos y las compañías necesitan cumplir con una serie de requisitos que deben presentar a reguladores, accionistas e inversores y, para ello, es imprescindible contar con una gestión y un análisis eficaz de los datos.
“Los aspectos ambientales, sociales y de gobernanza ya forman parte de los procesos de gestión de las organizaciones. Esto ha traído nuevas fuentes de información y nuevos datos y gestionarlos dentro del actual ecosistema tecnológico de las organizaciones para que fluyan adecuadamente hasta los puntos de análisis y decisión correspondientes. De esta manera, los datos gestionados de una manera eficiente se convierten en el mejor aliado para una organización en cuanto a la mejora de su impacto ambiental, su reputación con clientes, socios y accionistas y, además, para seguir cumpliendo con los marcos normativos” afirma Bernardo Godar U. de Denodo.
Dentro de este contexto, IDC y Denodo – líder en gestión de datos – han presentado su informe ‘Cómo la virtualización de datos ofrece una hoja de ruta hacia la sostenibilidad empresarial’, con el objetivo de realizar un análisis de la madurez de las empresas europeas en materia de sostenibilidad y marcar una hoja de ruta hacia la eficiencia.
El análisis muestra que en más de 4 de cada 10 organizaciones europeas incluyen en sus objetivos acciones relacionadas con la sostenibilidad, y el 35% ya trabaja en desarrollar una visión global del impacto medioambiental de sus operaciones.
La virtualización de datos es una tecnología imprescindible
El problema es que, las empresas que han empezado a avanzar en sus esfuerzos de sostenibilidad están experimentando diversos desafíos operativos y tecnológicos debido a que los sistemas empresariales en los que basan sus modelos de negocio se establecieron antes de que la sostenibilidad se considerara como una prioridad. De hecho, de acuerdo con los datos obtenidos en el informe, durante 2022, 2 de cada 10 empresas destinaron alrededor del 10% de su presupuesto de TI a acciones relacionadas con la sostenibilidad y sólo el 10% de compañías europeas se encontraba en las fases más maduras de sus iniciativas de sostenibilidad.
Esto implica que, para lograr un progreso significativo en sostenibilidad, las organizaciones necesitan recopilar datos de múltiples fuentes a través de diferentes sistemas, departamentos, funciones y ubicaciones geográficas. En este marco operativo, la virtualización de datos es una tecnología imprescindible cuando se trata de integrar grandes cantidades de datos no homogéneos e incompatibles procedentes de fuentes de datos heterogéneas. La capa de virtualización integra todo tipo de fuentes de información, independientemente de su formato, de forma eficaz e intuitiva.
Para Bernardo Godar U., “la gestión y el análisis eficaz de los datos son fundamentales para comprender la situación en cuanto a ESG en las organizaciones y supervisar su evolución a lo largo del tiempo. Así mismo, la incorporación de nuevos datos unido al uso de datos tradicionales desde perspectivas diferentes de reporte y regulación, hace que sea imprescindible una plataforma que virtualice los datos y minimice la fricción causada por estos desafíos, con la premisa de reutilizar la tecnología existente, y no provocar necesariamente nuevos proyectos para adecuar los sistemas existentes a los nuevos requerimientos. Un principio básico de la sostenibilidad es el reciclaje y la reutilización, también en la gestión de la realidad tecnológica presente en cada organización.”
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