Cuando pensamos en sostenibilidad tendemos a situarnos en el plano material, en el uso eficiente de las cosas, el consumo responsable, el acceso global, la cobertura de necesidades… conscientes de que los recursos materiales son escasos y son finitos. Pero la sostenibilidad afecta a todos los aspectos de la gestión en la empresa y, de forma muy directa, a la dirección de personas. La sostenibilidad en la dirección de personas requiere de una gestión consciente y equilibrada y, al igual que en lo material, proporciona eficiencia, porque está orientada al aprovechamiento de las capacidades individuales y a crear las condiciones que fomenten el compromiso, optimizando esfuerzos y resultados.
En sentido contrario, una empresa que no considere la sostenibilidad en la gestión de personas tendrá mayores costes de oportunidad que se traducirán en menor atracción y menor implicación profesional. La gestión sostenible sitúa la persona en el centro, procurando su bienestar y su crecimiento personal y profesional, facilitando su vinculación con el proyecto y, a su vez, revirtiendo en el crecimiento y la competitividad empresarial. Son conceptos claros y poco (…)
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