Mientras más y más corporaciones anuncian compromisos para llegar a cero emisiones netas, todavía son pocas las que establecieron objetivos climáticos concretos que hagan realidad esa descarbonización. Los liderazgos efectivos que permitan pasar de la ambición a la acción real para enfrentar la crisis climática deben reconocer que las transiciones son desafiantes y el camino hacia un futuro sostenible y justo no será simple.
Es por eso que el sector privado necesita comprender las complejidades para descarbonizar sus operaciones mientras que invierte fuerte en acciones que apoyen una transición justa para todos: personas y biodiversidad.
Hay que ser realistas en aceptar que hoy en día no contamos con las tecnologías o soluciones disponibles a precios asequibles que permitan a todas las empresas reducir a cero las emisiones dentro de sus propias operaciones y cadenas de valor. Entonces, como parte de un proceso de transición ecológica y de las estrategias climáticas corporativas, es justo permitir al sector privado la compensación del efecto de sus emisiones residuales mediante la compra de créditos de carbono.
¿Qué son los créditos de carbono?
Un crédito de carbono es igual a una tonelada de CO2 que se elimina de la atmósfera, ya que la atmósfera no tiene fronteras. A través de esta unidad de medida, las empresas y las personas pueden financiar proyectos en todo el mundo que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero por medio de tres formas. La primera evita las emisiones, por ejemplo, reemplazando la energía derivada de combustibles fósiles por energía de fuentes renovables. La segunda elimina las emisiones de la atmósfera, por ejemplo, plantando más árboles, los cuales capturan carbono de la atmósfera y lo almacenan en forma líquida o sólida. La tercera secuestra y destruye las emisiones, por ejemplo, capturando gas metano de las aguas residuales.
A través de adquirir créditos en el mercado voluntario de carbono, el sector privado no solo “compensa” sus emisiones, sino que también puede crear un mayor impacto para las comunidades locales gracias a los co-beneficios y a las actividades adicionales. Por ejemplo, el Proyecto Kariba logra su objetivo principal de proteger una vasta extensión de bosque a orillas del lago Kariba (en Zimbabwe), por medio de la capacitación de personas locales, proporcionando flujos de ingresos alternativos, aumentando el acceso al agua potable y empoderando a las mujeres, lo cual al mismo tiempo mejora significativamente los medios de vida locales.
Los tipos de proyectos de acción climática que pueden emitir créditos de carbono son:
- Silvicultura y conservación: incluyendo: reforestación, restauración de suelos, protección forestal y gestión sostenible del suelo.
- Energía renovable: incluyendo energía hidroeléctrica, eólica, solar y geotérmica.
- Proyectos comunitarios: incluyendo tecnología mejorada de estufas y acceso a agua potable, entre otros.
- Conversión de residuos a energía: incluyendo biogás proveniente de vertederos y biomasa.
Los créditos de carbono de alta calidad se adhieren a un estricto conjunto de estándares. Las empresas deben asegurarse que los proyectos en los que invierten estén registrados con un estándar de verificación independiente reconocido en el ámbito internacional, como Gold Standard, Verified Carbon Standard (VCS) de Verra, Social Carbon y Climate, Community and Biodiversity Standards (CCBS), o ante estándares verificados por la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
Estos estándares son claves para certificar los beneficios climáticos y sociales, y garantizan que el proyecto sea real, verificado, permanente y adicional. La adicionalidad significa que las reducciones de las emisiones logradas por el proyecto no habrían sucedido si el proyecto no se hubiera implementado y que este no sería viable sin los ingresos extra que suponen los créditos de carbono. Por eso, el sector privado juega un papel clave para brindar esos ingresos y, así, “neutralizar” sus emisiones
¿Cómo elegir créditos de carbono?
Una vez que la empresa mide su propia huella de carbono, va a tener bien claro cuál es la cantidad de toneladas de CO2 que debe reducir a largo plazo. Y mientras va reduciendo cada vez más esa huella, debe compensar las emisiones que no puede evitar hoy a través de invertir en proyectos de acción climática para volverse una corporación neutra en carbono. Pero, ¿cómo puede una compañía decidir en qué proyectos de créditos de carbono invertir?
En South Pole somos líderes del mercado voluntario de carbono ya que podemos ofrecer a nuestros clientes el portafolio de proyectos de acción climática más grande del mundo para que las empresas puedan hacen lo siguiente:
- Elegir proyectos que estén alineados con su marca, negocio y los ODS que más les interese
- Personalizar proyectos existentes para generar impactos prioritarios para la empresa
- Diseñar proyectos nuevos dentro o fuera de la cadena de suministro del negocio
Ya sea que la empresa desee lograr compromisos de reducción de emisiones de manera rápida y eficiente, respaldar proyectos en ubicaciones específicas o diseñar actividades en los proyectos alineadas con la marca, encontraremos las soluciones adecuadas para maximizar el valor para los programas de sostenibilidad corporativa.
A la hora de elegir los proyectos, está claro que el precio será un factor importante así como elegir el tipo de acción climática. Si bien las soluciones basadas en la naturaleza suelen ser muy requeridas, otras iniciativas como la reducción de metano pueden ser menos llamativas pero lograr un gran impacto en la mitigación del cambio climático. A futuro, los créditos a partir de tecnologías de captura y remoción de carbono van a ser cada vez más relevantes.
Como se mencionó antes, es importante seleccionar créditos de carbono certificados con estándares internacionales que estén aprobados por la International Carbon Reduction and Offset Alliance (ICROA), los cuales cuentan con la mayor rigurosidad ambiental. South Pole es miembro de ICROA y sólo utilizamos estándares aprobados por la alianza para certificar el impacto de nuestros proyectos, los cuales son auditados regularmente por terceras partes.
Para plantear una estrategia efectiva de compensación, también vale la pena revisar los Principios de Oxford para una Compensación de Carbono alineada con Cero Emisiones Netas, que recomiendan priorizar primero la propia reducción de emisiones de la empresa, asegurar la integridad ambiental de los créditos y comunicar cómo se utilizan los créditos de carbono.
¿Es la compensación de carbono “greenwashing” o marketing verde engañoso?
No es Greenwashing siempre y cuando las empresas establezcan objetivos basados en la ciencia y hojas de ruta para descarbonizar sus operaciones y cadenas de valor, y utilicen créditos de carbono para compensar las emisiones residuales en su camino hacia el cero neto.
El uso de los mercados voluntarios de carbono para canalizar el financiamiento a proyectos alrededor del mundo que reducen las emisiones GEI y emiten certificados siguiendo los estándares de carbono de la más alta calidad, garantiza el impulso a la acción por el clima de forma más rápida. Al mismo tiempo, se trata de una de las muchas herramientas climáticas: es una estrategia eficaz y una solución sólida que permite a las empresas actuar hoy mismo, mientras se desarrollan tecnologías más respetuosas con el clima para ayudarlas a descarbonizar.
Los créditos de carbono son una forma eficiente, rentable y transparente de catalizar la descarbonización global. Esta compensación es fundamental para catalizar la acción por el clima, ya que fija un precio al carbono que emiten las empresas, transformándose así en un incentivo rentable para que éstas reduzcan sus propias emisiones a largo plazo. En el fondo, se trata de un mecanismo de financiación para proyectos elegibles y meritorios cuyas reducciones de emisiones no tendrían lugar de otro modo, debido a la falta de apoyo económico, de transferencia de tecnología y conocimientos técnicos.
“El mercado voluntario de carbono actual está impulsado, en gran medida, por la percepción de que la huella de carbono de una empresa es un pasivo, y debemos asegurarnos de que las empresas que están tomando medidas para abordar dicho pasivo cuenten con un camino claro para hacerlo. Además, ser proactivas en la lucha contra el cambio climático brinda a las empresas una oportunidad única para fortalecer su marca, incluso combatiendo la desigualdad y la injusticia climática a escala global”, aseguró David Antonioli, Director Ejecutivo de Verra.
Ser neutral en carbono es un paso importante para ayudar a resolver el cambio climático, pero los créditos no deben verse como una solución o licencia para continuar con las prácticas que le hacen daño al medio ambiente. En South Pole vemos el cambio climático como un rompecabezas, ya que requiere varias piezas que encajen entre sí para completar la imagen.
La reducción de emisiones es la pieza más importante en la acción por el clima mientras que la compensación por medio de créditos de carbono también es una alternativa de gran importancia. Tenemos que dejar de discutir acerca de si es mejor la reducción interna o la compensación de carbono. Si queremos tener alguna posibilidad de llegar al cero neto para 2050, no hay que asumir que será suficiente una u otra medida, sino que se requiere de ambas y un poco más.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial del Medioambiente, promovido por Ayuda en Acción dentro de su proyecto #1Planet4All, financiado por la Unión Europea.