¿Qué ha llevado a vuestra organización a formar parte de la Plataforma por las Empresas Responsables?
Nuestra entidad se creó hace 40 años, cuando el concepto de “Empresa Responsable” era algo que no tenía cabida en las estructuras de los sectores tanto públicos como privados.
Señalamos este punto porque formando parte de lo que entonces inauguraba nuestro periplo histórico, como era la Asociación de Educación para la Salud (ADEPS), había personas como Federico Mayor Zaragoza (Director General de la UNESCO), el cardiólogo Pedro Zarco, o los profesores Pedro Laín Entralgo, Julio Caro Baroja, María Sáinz Martín (nuestra presidenta y fundadora), Joaquín Ruiz Jiménez, o Ricardo Díaz Hochleitner, que entendían muy bien el significado de “responsabilidad” aplicado a todas las esferas de la sociedad, y en especial al ámbito de la Sanidad, que es nuestra área de trabajo fundamental , donde lo público y lo privado, la industria y los servicios, los grupos etarios y los lobbies de poder construyen un mosaico que refleja muy bien la realidad de lo que podría denominarse Responsabilidad Social Corporativa.
Nuestra presencia en la plataforma es especial por nuestro carácter y fines ya que no competimos con nadie, ni trabajamos en las áreas de influencia de la mayoría de sus integrantes. Somos una entidad con mucha experiencia e historia, con una visión muy clara y unos valores sustentados en hábitos y entornos físicos y sociales que promueven el bienestar y la calidad de vida de la ciudadanía. Trabajamos en aportar valor en esos elementos transformadores como son la SALUD y la EDUCACIÓN que facilitan los procesos de empoderamiento social y promueven algo tan cotidiano y fundamental como es la autonomía de la persona.
¿De qué modo consideráis que os aporta formar parte de esta alianza y qué efectos a corto plazo esperáis conseguir con ella?
Pertenecer a la plataforma nos ayuda a cumplir muchos de los fines fundacionales, de nuestra ética y ADN dentro de las cuales se encuentra la de construir Redes y sinergias con profesionales e instituciones públicas y privadas, sobre la base de una apuesta decidida por la investigación, la formación y la transferencia de conocimientos.
El hecho de poder compartir visiones, propuestas y distintas metodologías de hacer las cosas enriquece los objetivos y las acciones finales que desde la plataforma vayan surgiendo. Se trata de un trabajo colaborativo y una responsabilidad compartida entre las distintas organizaciones y áreas de distinta naturaleza que la conforman. Los efectos a corto plazo es el poder trabajar la RSC de una forma real y efectiva desde la interdisciplinaridad.
¿De qué modo tu organización trabaja para mitigar o alertar sobre los impactos sobre los derechos humanos y medioambientales de las empresas? ¿Nos puedes explicar brevemente vuestra evolución hasta la actualidad? ¿Y alguna buena práctica con los objetivos que persigue?
El sector sobre el que nosotros intervenimos (el llamado sociosanitario) es lo más parecido a una Matrioska. El mundo de la salud y la enfermedad es el motor de las civilizaciones. Estos conceptos han ido variando a lo largo de las últimas décadas y con ello los objetivos de bienestar y salud comunitaria.
Los profesionales del sector socio sanitario han validado la importancia de su labor en últimos meses, pero parece que sustentado en la creencia popular del trabajo vocacional, estos miles de trabajadores y profesionales del sector siguen teniendo las tasas de opacidad más grandes del sector industrial español, con cláusulas y condiciones laborales que en ocasiones difieren poco de países donde los derechos laborales son inalcanzables.
Por otra parte, no olvidemos que el sector salud también se enfrenta a sus propios desafíos medioambientales. Hace unos meses la organización Health Care Without Farm (HCWH) publicó un informe que presenta una estimación global de lo que significa la huella climática de este sector salud. Y los datos son bastante desalentadores. Así, esa huella climática equivale a las emisiones anuales de gases de efecto invernadero de 514 centrales eléctricas de carbón, de tal forma que si este sector fuera un país sería el quinto emisor más grande del planeta. Los retos, como vemos, son paradigmáticos.
Por eso nuestras acciones van siempre en dirección a desarrollar estrategias y programas teniendo como base los determinantes sociales de la salud de cara a reducir las inequidades, algo que siempre nos recuerda la propia UIPES (Unión Internacional de Promoción de la Salud), como organismo consultivo de la OMS y a la cual pertenecemos. Son muchos los programas y proyectos dirigidos hacia estos sectores que son estratégicos en la configuración de una sociedad más justa y libre. Y es así como venimos trabajando desde hace ya 40 años, interviniendo en los diferentes escenarios sociales, desde una perspectiva multidisciplinar y de género, o desarrollando el activismo social para motorizar los cambios necesarios a través de redes profesionales e institucionales.
También, sin lugar a dudas, el hecho de haber nacido en el seno de un Hospital como el Clínico San Carlos de Madrid, y más aún en la Unidad de Educación para la Salud del Servicio de Medicina Preventiva, como un modelo único en toda Europa, condiciona nuestro trabajo, las actividades de formación y capacitación de los profesionales, las Campañas, los propios RRHH materiales y técnicos, la pertenencia a redes nacionales e internacionales, nos ha obligado a ser más rigurosos en nuestro trabajo pero también más creativos a la hora de tejer alianzas o de propiciar la participación de grupos etarios en todos y cada uno de nuestros programas.
Algunos de los programas que venimos desarrollando y que más impacto han tenido y están teniendo son, entre otros, el Programa PAJEPS (Programa de Agentes Jóvenes en Educación para la Salud) que lleva en marcha desde hace más de 25 años y donde ha llegado a formar a más 800 jóvenes provenientes de distintas comunidades autónomas y con perfiles diversos con el fin de hacer realidad el trabajo interdisciplinar como pilar central dentro de la Educación para la Salud. El fin último, es que lleguen a ser referentes/agentes de salud de sus respectivas comunidades pudiendo transmitir los conocimientos en cascada (de joven a joven). Este proyecto ha cruzado fronteras no hace mucho tiempo pudiendo trasladar este mismo modelo de formación y comenzar a desarrollarse en Iberoamérica.
Por otro lado, se encuentra el Programa Salud y Lectura y más concretamente la Red Estatal de Bibliotecas para Pacientes (www.bibliotecasparapacientes.org) que agrupa a 49 Bibliotecas Hospitalarias de toda España, dando servicio a más de 360.000 usuarios cada año y albergando cerca de 492.000 ejemplares. En estos meses de pandemia y gracias a la difusión en distintos medios de comunicación y RRSS, el programa y la Red han sufrido una pequeña gran revolución pudiendo actualizar y ampliar su fondo bibliográfico gracias a diversas donaciones de empresas, editoriales y particulares, pudiendo así llevar una historia, unas palabras y nuevos mundos de fantasía a aquellas personas ingresadas por Covid y por otras patologías en los distintos hospitales de la Red.
Es una labor ingente donde el foco siempre está puesto en eso que llamamos Cultura de la Salud como modelo que promueve el bienestar y la calidad de vida de la población.
¿Cuáles son, en tu opinión, los grandes retos y desafíos/oportunidades de las empresas en materia de gestión responsable de los DDHH y del medio ambiente?
Hablar de desafíos y de retos, que en este caso se presenta como parte de las oportunidades, es algo que dependerá del sector al que te dirijas. No es lo mismo nuestro sector Salud que el sector tecnológico o de la logística.
Seguimos hablando de retos y de oportunidades, pero para nosotros, a pesar de la Pandemia, esos retos y esas oportunidades hay que encauzarlas dentro de la Agenda 2030 y los Desafíos de Desarrollo Sostenible. 17 objetivos convertidos en 17 metas que involucran a tanto a entidades públicas, como privadas y por ende a todas las estructuras de gobierno, a los sectores productivos y a la sociedad civil en su conjunto, es decir, a distintos agentes como uno solo, con una visión de conjunto y de comunidad en la que todxs tenemos responsabilidad y debemos aportar y participar de una manera constructiva.
Para nosotros, como entidad privada no lucrativa, que desde sus inicios trabaja para fomentar la salud a través de la educación y la investigación científica y técnica, hace suyos algunos de estos Objetivos porque ya estaban en el ADN de sus principios éticos, su misión y sus valores.
El reto, desde nuestro punto de vista, está por tanto en conjugar y encajar todas las piezas que dé como resultado una especie de “Cubo de Rubik” formado por los 17 ODS. Es decir, observar la RSC como un conjunto de múltiples variables y factores interdependientes y que deben encajar entre sí. No se trata de volcar todos los esfuerzos, concienciación y responsabilidad sobre un único tema u objetivo dejando de lado al resto porque entonces esa “visión tipo túnel” será responsable de que las acciones, medidas y/o propuestas fracasen desde su nacimiento.
Esta entrevista forma parte del Dosier Corresponsables: Plataforma por Empresas Responsables.