¿Qué os ha llevado a iniciar una relación de alianza con una fundación comunitaria?
Una de las buenas maneras de apoyar el desarrollo de nuestro entorno más cercano es aliarse con el movimiento asociativo local, bien directamente en algún proyecto concreto con una o varias asociaciones, o bien a través de una entidad cuyo objeto sea el fortalecimiento de dichas asociaciones. En nuestro caso hemos transitado, a lo largo de los años, desde la primera opción a la segunda, ya que hemos tenido la suerte de conocer a la Fundació Horta Sud, que se ajusta como un guante a nuestras expectativas.
¿Recomendarías a otras empresas de tu sector la experiencia de trabajar conjuntamente con el movimiento asociativo?
No creemos que sea una recomendación; creemos más bien que es una obligación moral.
Las empresas somos parte de la sociedad civil, y por tanto tenemos la obligación de trabajar en el fortalecimiento de la misma; cada una según su experiencia, orientación, recursos…. Pero creemos que no es una opción quedarse fuera. En este sentido las fundaciones comunitarias son buenos instrumentos para canalizar recursos empresariales; especialmente cuando, por las circunstancias, la empresa tenga alguna dificultad para acercarse al mundo asociativo.
¿De qué forma está vuestra compañía apostando por el desarrollo de buenas prácticas socialmente responsables que contribuyan a la consecución de los ODS? ¿Nos puedes explicar brevemente vuestra evolución hasta la actualidad?
Creemos que el mundo avanza también por los pequeños pasos, y en ese sentido es importante tomar conciencia. La difusión del concepto de responsabilidad social y los objetivos ODS son sobretodo generadores de toma de conciencia. A partir de ahí empieza la acción.
En lo concreto trabajamos con el objetivo a tres años de generar por nuestros medios el 25% de la energía que consumimos, a través de la puesta en marcha de centrales solares en nuestras instalaciones. Además trabajamos conjuntamente con la Fundació Horta Sud para estar presentes en todos aquellos proyectos de desarrollo comunitario en los que sea considerada nuestra aportación. Desde el punto de vista interno trabajamos en la armonía y no discriminación laboral tratando de aportar al bienestar personal la flexibilidad organizativa siempre que sea posible. Todo esto adicional, claro, a los procesos exhaustivos de reciclaje de residuos peligrosos, seguridad e higiene, igualdad, etc.
¿En qué medida se crea valor social y ambiental, además de económico, en vuestro sector y cuáles son las principales barreras y obstáculos para hacerlo?
El sector del automóvil ha sido tradicionalmente puntero en el desarrollo de sistemas de eficiencia energética, actualmente se encuentra en plena transformación siendo motor y punta de lanza hacia el objetivo de la reducción y finalmente abandono de los combustibles fósiles. Es un sector que resumen las contradicciones de las sociedades avanzadas actuales y al mismo tiempo las oportunidades que esas contradicciones generan.
La labor es compleja y requiere del apoyo y sobre todo el convencimiento de toda la sociedad.
¿Cuáles son los otros grandes retos y desafíos de tu empresa en cuanto a la responsabilidad social empresarial?
El gran reto es seguir apoyando al movimiento asociativo local, aquel que afecta a nuestro entorno, donde vivimos, trabajamos, influimos y somos influidos, aumentando progresivamente nuestra implicación. Enfocados a las personas internas y externas. Para ello contamos con el apoyo incondicional de la Fundació Horta Sud.
Esta entrevista forma parte del Dosier Corresponsables: Fundaciones Comunitarias