¿Puede hablarnos de la Responsabilidad Social de Grupo Vilar Riba, de cómo ha evolucionado hasta la actualidad y cuáles son actualmente sus principales áreas estratégicas?
Para hablar de términos como responsabilidad social o sostenibilidad, primero se tendría que explicar qué significan bien y en qué marco vamos a utilizar cada uno de estos términos. Muchas veces tendemos a devaluar estos términos, unas veces por simplificación, por ejemplo, hablando solo de aspectos ambientales cuando hablamos de sostenibilidad; y en otras ocasiones por generalización, involucrando aspectos de gestión técnica en el campo de la responsabilidad social.
En nuestro caso entendemos la RSC como la aplicación de los principios de la sostenibilidad en el buen gobierno de las empresas, y esto incluye también al entorno de influencia de estos, stakeholders, vecinos, …
Vilar Riba (VR) nace con el objetivo de aportar valor añadido a las empresas desde una visión estratégica, sostenible y de buen gobierno a través de la confianza y proximidad. Con un gran desarrollo y ámbito de influencia, la compañía nace hace más de 30 años en la comarca de Osona, lo que ha permitido que Vilar Riba sea un referente para las principales empresas de Cataluña central.
Uno de los pilares fundamentales en el desarrollo estratégico de Vilar Riba ha sido ofrecer un servicio completo e integrado a sus clientes. Más de 130 profesionales son capaces cada día de ofrecer una solución totalmente integradora en cualquier ámbito; fiscal, jurídico, contable, consultoría, laboral, recursos humanos, procesos,…
Hemos desarrollado una herramienta propia de análisis para detectar en qué grado, y en cada una de las áreas principales de gobernanza de las empresas, está implantada la sostenibilidad. Esto nos lleva a tener una foto precisa no solo de donde están nuestros clientes, si no el esfuerzo y el camino que se ha de desarrollar para llegar a nuestro objetivo.
En VR entendemos que el desarrollo de la sostenibilidad o de la RSC pasa primero por el desarrollo interno. Uno ejemplo de ello es la implantación de estrategias HPO (High Performance Organizations) para nuestros trabajadores y clientes. El objetivo es potenciar el crecimiento y desarrollo a través de principios de sostenibilidad y buen gobierno, adaptando la situación organizativa en cada momento.
¿Qué iniciativas o proyectos nos podría compartir de su estrategia de Responsabilidad Social y cuáles son sus principales beneficios y beneficiarios?
El objetivo de VR es integrar la sostenibilidad y RSC en el día a día de las empresas.
Siempre se intenta implantar un marco común basado en principios tales como la mejora continua, acciones de impacto casi-nulo, nulo o sumideros (aquellos que crean una huella positiva), mitigación del riesgo, planes de desarrollo, planes de igualdad, información y comunicación responsable al entorno, compliance, …
Uno de los últimos eventos en los que VR ha participado ha sido el fórum gastronómico. Fue una ocasión única para que nuestros clientes no solo pudieran hablar y explicar los grandes avances en la gestión empresarial de la restauración, sino que expusieran los impactos del sector y cómo establecer nuevas estrategias empresariales que integren aspectos sociales o medioambientales.
Otro reto importante es la implantación del modelo de HPO en algunos clientes. El propósito es desarrollar equipos y organizaciones de alto rendimiento, que contribuyan a un futuro más sostenible: rentable, saludable, innovador y responsable. El modelo utiliza técnicas de neuroliderazgo, transformación personal y digital, así como de excelencia operativa como el Agile. En el desarrollo de las personas pasamos de unas competencias por comportamientos a unas competencias por experiencias, de trabajo en equipo a equipos de alto rendimiento y creando una cultura de feedback y aprendizaje.
¿Qué importancia tiene para las empresas la comunicación de la Responsabilidad Social y cómo se debe de trabajar?
La comunicación es el vehículo que canaliza la confianza y verificación del buen gobierno de las empresas. Hay muchos ejemplos de empresas que son líderes en materia de sostenibilidad y RSC como Interface, Ikea, Acciona… y que, de alguna manera, pueden marcar el camino al resto. Además, poseen excelentes departamentos de comunicación y marketing.
Para la mayoría de las empresas existen excelentes herramientas (empresas como VR puede ayudar a desarrollar en las mismas) como por ejemplo las memorias de RSC, los cuadros de mando de los indicadores de los ODS, …
Otro punto importante son las certificaciones “sostenibles”, entendiendo como sostenible aquellas que van un paso más allá de un aspecto legal u obligatorio. Aquí podríamos incluir certificaciones de mejora continua, de ecodiseño, de igualdad de género o más específicas de cada sector. Por ejemplo: las certificaciones B-Corp, Leed, breeam o verde en el sector de la construcción; o el certificado de gestión minera sostenible para actividades extractivas.
¿Cuál considera que es la situación actual de la RSE en nuestro país y sus principales barreras y desafíos de futuro?
La crisis del coronavirus ha sido una disrupción en nuestro modelo actual. Cuando se habla de entornos en el mundo de la mejora continua se habla normalmente de entornos VUCA. Este acrónimo hace en realidad referencia a un entorno volátil, incierto, complejo y ambiguo. Obviamente que la crisis del coronavirus ha afectado a todas las empresas, pero aquellas que han podido crear estructuras más flexibles tendrán mayores posibilidades de éxito.
La disrupción en la gestión de las empresas provocada por la nueva situación resulta en un cambio radical en la forma de cómo hacemos negocios, aprendemos, gestionamos y realizamos nuestras actividades. Pero los momentos disruptivos son etapas clave también para implantar medidas de buen gobierno, que en la sociedad pre-disruptiva son difíciles o lleva mucho tiempo de cambiar.
Pongamos por ejemplo la igualdad salarial. La actual brecha salarial conllevaría, al ritmo de “progreso” actual, 105 años para poder erradicarla. La RSC lucha por reducir este gap hasta anularlo, pero es necesario también un cambio cultural, un cambio total hacia la sostenibilidad y la responsabilidad social.
Es importante entender todos los “efectos mariposa” que nuestras organizaciones son capaces de crear. Por ejemplo, no hay casi empresas que trabajen con ciclos de materiales cerrados. Siempre hay algún residuo o vertido que se libera al entorno. Este entorno se ve afectado por ese impacto. Pongamos por ejemplo la acidificación de los océanos. Existen vertidos con un componente ácido (la gran mayoría) que están haciendo subir el nivel de acidez de los océanos. Los océanos es la “máquina” esencial que regula el cambio climático, si bien son el principal captador de CO2. Romper este equilibrio oceánico supone estar generando mayor CO2 a la atmosfera, incrementar el nivel del agua, o incluso la pérdida de muchas especies cuya sensibilidad para capturar alimentos depende del grado de acidez que pueda tener el agua.
El principal reto de la RSE es explicar bien a la sociedad cuales son los retos a los que nos enfrentamos (desde un punto de vista social, económico y medioambiental) y desarrollar las herramientas para combatirlo.
¿Cuáles son los próximos retos y desafíos de su organización en esta materia y cómo los piensan llevar a cabo?
Mediante las técnicas y metodologías ya comentadas, en VR nos proponemos acompañar a nuestros clientes en el viaje de la RSC para integrarla definitivamente en el buen gobierno de las empresas, principalmente a través de sus planes estratégicos.
Internamente, estamos retándonos a la continua formación y desarrollo de herramientas y estrategias propias para estar en todo momento a la vanguardia de las necesidades del entorno.