Las amenazas del cambio climático elevan las expectativas sobre las empresas, que desempeñan un papel fundamental en el camino hacia una economía más circular. La consecución de los ODS para 2030 depende en gran medida de la participación e inversión del sector privado. Y de la capacidad de dichas empresas de informar e involucrar a sus audiencias.
Los líderes empresariales se plantean hoy dos preguntas: cómo afecta nuestro negocio al clima y viceversa, ya que los problemas climáticos son riesgos de negocio y es necesario actuar para mitigarlos.
El ecosistema empresarial se enfrenta así a diferentes retos. Cómo abordar la biodiversidad o la conservación de la tierra y el agua. Cómo contribuir a los objetivos del Acuerdo Climático de París y a las metas que se están estableciendo para llegar al net zero. Cómo abastecerse de forma responsable de materias primas y reducir los residuos y la contaminación, invirtiendo en modelos circulares y ciclos de vida a largo plazo gracias al uso inicial, reciclaje y reutilización. Cómo garantizar que las comunidades con menores ingresos o desfavorecidas no soporten una carga desproporcionada de contaminación o daños medioambientales.
En este sentido, las empresas líderes elaboran ambiciosas estrategias de sostenibilidad, articulándolas en plataformas comunicativas creativas y accesibles, que generan compromiso con los avances de la empresa y su impacto positivo. Para ello, consideramos relevantes algunas pautas a tener en cuenta a la hora de gestionar la comunicación en torno a la problemática medioambiental:
1. Escuchar y comprender las preocupaciones de los públicos de interés
Escuchar qué opinan los consumidores sobre el desempeño del negocio desde un punto de vista climático. Hoy en día, las herramientas de análisis ofrecen un conocimiento profundo de las percepciones de una marca, material o práctica. Una escucha que debe ser activa: una posición sostenible puede quedar rápidamente obsoleta si la tecnología, la percepción pública o los principales retos climáticos cambian con el tiempo.
2. Qué ámbito climático estoy legitimado para liderar
Identificar los problemas medioambientales en los que cada empresa tiene la capacidad y, sobre todo, la credibilidad, para ofrecer soluciones. Para asegurarse así de que sus ambiciones encajan con la cultura de su empresa y su forma de trabajar.
3. Establecer un propósito
La historia más relevante es convencer de que el propósito es importante. Lo que la empresa cree -y lo que hace- guiada por estas creencias. Cómo esta estrategia está rindiendo cuentas sobre los avances en sostenibilidad y mejorando su impacto en el mundo.
4. Equilibrar la simplicidad y la complejidad con un único enfoque
Los consumidores necesitan un mensaje sencillo que inspire o una llamada a la acción que se entienda fácilmente y se lleve a cabo. Por otro lado, el entorno corporativo y los clientes B2B pueden necesitar acreditaciones técnicas y explicaciones complejas que demuestren que se está avanzando. En definitiva, necesitamos mensajes adaptados a cada público; campañas creativas, audaces y llamativas y un único enfoque segmentado por formatos y canales. Una acción auténtica y creíble.
5. La transparencia como palanca de comunicación
Con un consumidor cada vez más consciente y responsable, las empresas deben desarrollar narrativas auténticas y transparentes para relacionarse con sus públicos. También crear plataformas de colaboración con el Tercer Sector y decisores políticos. En resumen, integrar la sostenibilidad en el buen gobierno corporativo, como atributo clave en su reputación.
6. Implicar a los líderes en la defensa climática
Determinar la involucración de los empleados, sobre todo, el papel de los líderes. Los CEO de hoy no sólo se manifiestan a título individual, sino que hablan con una voz colectiva, sobre todo en cuestiones de sostenibilidad y diversidad.
7. Reforzar la comunicación sobre la “S” de Social en ESG
La pandemia ha revelado lagunas en los esfuerzos corporativos en torno a los impactos sociales dentro de los aspectos medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG), incluyendo la salud y la seguridad de los empleados y los clientes, los derechos humanos y las normas laborales, que deberían abordarse como parte de cualquier esfuerzo de recuperación ecológica o de transición a cero emisiones.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día del Medio Ambiente