Consejo Mundial de Farmacia (WPC) y Agrupación Farmacéutica Europea (PGEU) han presentado sendos documentos en los que analizan el alcance de los problemas de suministro de medicamentos, alertan del incremento que se están produciendo en todo el mundo y proponen soluciones que podrían minimizar su impacto con la intervención de los farmacéuticos. Entre otros, WPC destaca el sistema CISMED que “proporciona una cuantificación de las faltas de medicamentos a nivel regional y nacional y un sistema de alerta temprana que permite a los sistemas sanitarios anticiparse a la demanda y reaccionar con rapidez”.
La Declaración de posicionamiento de la WPC sobre desabastecimientos de medicamentos, señala que estos suponen un problema gravísimo con serias repercusiones en la salud, ya que hace que los pacientes se vean privados de los medicamentos que se les han prescrito. En palabras de Stephen Armstrong, Economista jefe, “este documento servirá de eje para las actividades y conversaciones del WPC sobre este asunto ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y en otros foros farmacéuticos”.
El documento, que recoge las aportaciones del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, recomienda que se dé una mayor flexibilidad en la legislación nacional a los farmacéuticos para dispensar una alternativa al medicamento prescrito después de que se haya declarado oficialmente el desabastecimiento. También defiende el reconocimiento del papel de la farmacia comunitaria en la gestión de la escasez de medicamentos, haciendo referencia a CISMED como herramienta clave para la detección precoz de faltas de suministro que sirve para proporcionar a las autoridades competentes información en la que basar sus decisiones para mitigar o prevenir desabastecimientos.
Por último, hace referencia al proyecto Medicines Shortages Reporting Initiative (MedSRI), liderado por el Consejo General, que tiene por objeto el diseño de un sistema paneuropeo de notificación de incidencias de suministro a nivel de farmacia comunitaria y en el que participan asociaciones farmacéuticas de Alemania, España, Irlanda, Países Bajos y Portugal.
Situación en Europa
Por su parte la Agrupación Farmacéutica Europea en su Informe anual sobre desabastecimiento de medicamentos, afirma que prácticamente todos los grupos terapéuticos de medicamentos siguen escaseando y la situación en 2023 ha empeorado en comparación con años anteriores. Solo en los Países Bajos se registraron 2.292 desabastecimientos el año pasado, que afectaron a unos 5 millones de personas. Otros países como Suecia, Portugal y España registraron un aumento significativo del número de desabastecimientos.
El Presidente de PGEU, Aris Prins, sostiene que “a pesar de los continuos esfuerzos de los farmacéuticos por encontrar una solución, los desabastecimientos siguen dejando a muchos pacientes sin su tratamiento. Una situación que causa frustración y molestias a los pacientes y erosiona su confianza en nuestra profesión y en el sistema sanitario. Del mismo modo, genera estrés al personal de farmacia e impone una carga administrativa adicional al trabajo diario de las farmacias”. En 2023, cada farmacia de la UE dedicó una media de casi 10 horas semanales a hacer frente a la escasez de medicamentos, tiempo que se ha triplicado en los últimos 10 años y que podrían destinar a otras tareas, como asesorar a los pacientes sobre el uso seguro y eficaz de los medicamentos”.
Existen grandes diferencias entre los países en cuanto a las opciones que los farmacéuticos pueden ofrecer para encontrar alternativas – por ejemplo, la sustitución – en caso de que el medicamento prescrito no esté disponible. Por ello PGEU propone que los farmacéuticos dispongan de mayor flexibilidad para así aprovechar sus competencias, conocimientos y experiencia y ayudar eficazmente a los pacientes ante la falta de medicamentos.