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Ball desempeña un papel esencial en la introducción del agua en lata en el mercado, impulsando esta categoría, consolidándola como una tendencia y reafirmando su compromiso con la economía circular y la preservación de los recursos naturales. En este Día Mundial del Agua, celebrado el 22 de marzo, la reflexión sobre el consumo consciente se vuelve aún más relevante, y la elección de envases sostenibles es un paso esencial para la reducción del impacto ambiental.
Cada vez más, los consumidores priorizan productos que tengan un menor impacto ambiental y contribuyan a un futuro más sostenible. El agua envasada en latas de aluminio surge como una solución práctica y responsable para aquellos que buscan adoptar alternativas alineadas con la economía circular.
A diferencia de otros envases desechables, la lata de aluminio puede reciclarse muchas veces sin perder calidad, siendo la más reciclada globalmente (71%). Además, su ciclo de reciclaje es eficiente: la lata de aluminio regresa a los estantes como nueva en aproximadamente 60 días después de su descarte correcto, reduciendo significativamente la necesidad de extraer nuevos recursos naturales. Asimismo, el proceso de reciclaje del aluminio consume solo el 5% de la energía necesaria para producir aluminio primario, convirtiéndolo en una opción con una menor huella de carbono.
Para Daniela Tomatti, Vicepresidente Comercial y de Sostenibilidad de Ball para América del Sur, la concienciación del consumidor es un factor decisivo en la transición hacia un consumo más sostenible. «El consumidor moderno está cada vez más atento al impacto ambiental de sus elecciones y busca alternativas que combinen practicidad y responsabilidad ambiental. El agua en lata se presenta como una solución innovadora, garantizando un envase seguro, ligero y de rápida refrigeración, además de fomentar una cadena de reciclaje eficiente e inclusiva. Elegir esta opción refleja un consumo más consciente y alineado con las demandas de un futuro sostenible», destaca.
La protección del contenido también es un diferencial del envase. Las latas de aluminio garantizan la calidad del agua al impedir la entrada de luz y oxígeno, que pueden comprometer el sabor y la pureza del producto. Para los amantes del agua con gas, el sellado hermético preserva la frescura y la carbonatación de la bebida por más tiempo, ofreciendo una experiencia superior al consumidor. «Es esencial replantear los hábitos de consumo y apoyar soluciones que preserven los recursos naturales. El agua en lata representa un paso significativo en la construcción de un futuro más sostenible, combinando conveniencia, seguridad y responsabilidad ambiental«, refuerza Daniela.
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