Con motivo del inicio del curso escolar, cuando el gasto de las familias se incrementa, Educo ha instalado un plato gigante en la terraza de la terminal de llegadas de Atocha, en Madrid, para denunciar que no todos los niños y niñas que lo necesitan pueden acceder a una beca comedor. En España, prácticamente 1 de cada 3 menores de 18 años – el 27,8% – vive en riesgo de pobreza, pero las becas y ayudas públicas al comedor solo alcanzan al 13%. Eso significa que alrededor de 1 millón de niños y niñas que deberían recibir una beca comedor se quedan sin esta opción.
Esta es una de las principales conclusiones del informe Recetas que educan. Los 10 ingredientes de una buena política de becas y ayudas al comedor escolar en el que se analiza los complejos sistemas de las comunidades autónomas para recibir este apoyo económico y explica, en gran parte, por qué hay tantas familias sin recursos que no pueden llevar a sus hijos e hijas al comedor escolar.
“El comedor escolar garantiza que niños y niñas reciben una comida completa al día, algo básico cuando el precio de los alimentos sigue disparado. Desde Educo consideramos que asegurar este espacio forma parte de su derecho a la educación porque, además de comer, aprenden hábitos nutricionales y sociales, comparten tiempo de ocio, gestionan conflictos y están acompañados y cuidados. Muchos de los que no van al comedor terminan comiendo solos en casa porque las personas adultas de la familia están trabajando. Nadie debería quedarse fuera de este espacio que garantiza la igualdad de oportunidades”, afirma Pilar Orenes, directora general de Educo.
El informe presentado desgrana los 10 ingredientes que debería tener un buen sistema de becas y ayudas al comedor para que la infancia en situación de pobreza no quede excluida de este espacio. En general, todos estos sistemas tienen algo que mejorar y algunos de ellos tienen graves carencias.
Uno de los temas que Educo pone sobre la mesa es que cada comunidad autónoma utiliza fórmulas diferentes para definir la población infantil que puede beneficiarse de las becas. De esta forma, con una familia formada por dos personas adultas y dos hijos o hijas, nos podemos encontrar que en la Comunidad de Madrid tiene que ingresar menos de 12.000 euros anuales para optar al 80% de la beca comedor. En Cataluña la misma familia ingresando menos de 14.321 euros podría recibir el 100% de la beca. En el caso de Extremadura, la beca completa se puede solicitar con unos ingresos inferiores a 15.329 euros y en Galicia con menos de 28.000. En Castilla – La Mancha la renta máxima para pedirla son 6.717 euros mientras que en Castilla y León se necesitan 15.039 euros.
“Con la misma renta familiar, un niño o niña puede optar o no a las ayudas para el comedor dependiendo de donde viva. Hay territorios en los que una familia tiene que tener unos ingresos realmente bajos para tener la posibilidad de recibir beca comedor. Por eso, proponemos que se use como baremo mínimo para pedir la beca el umbral de pobreza que establece el Instituto Nacional de Estadística”, explica la directora de la entidad. En el caso de una familia formada por 2 personas adultas y 2 niños o niñas, el umbral es de 20.023,92 euros anuales, o lo que es lo mismo, 1.668 euros al mes.
Por otro lado, el informe de Educo recalca que 5 comunidades – Baleares, Cantabria, Comunidad de Madrid, La Rioja y Navarra – no dan nunca el 100% de la beca, es decir, la gratuidad total por renta familiar. Y en 3 —Canarias, Cataluña y Comunidad Valenciana— el 100% está condicionado a otros requisitos, como que exista una valoración por parte de los servicios sociales. “Desde hace 10 años trabajamos con escuelas y entidades sociales para apoyar a las familias más vulnerables. Y hemos visto que muchas que reciben una beca parcial no pueden hacer frente al pago de la diferencia, por lo que o solo llevan a sus hijos e hijas al comedor los días que tienen beca o, directamente, no lo utilizan y renuncian a ella”, añade Pilar Orenes.
Otro de los puntos analizados por Educo es si las becas comedor son un derecho o no. En 7 de las 17 comunidades autónomas se asignan becas por un concepto conocido como “concurrencia competitiva”. Eso quiere decir que se dan según la disponibilidad de presupuesto que haya para ese fin, dejando a niños, niñas y adolescentes sin ayudas aun cumpliendo los requisitos. Se trata de Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Castilla y León, Comunidad Valenciana y Murcia donde el límite presupuestario obliga a establecer unos criterios de puntuación para ver quién las recibe, de manera que las familias acaban compitiendo.
El informe de Educo también pone énfasis en que las comunidades autónomas cubren de forma desigual la diversidad familiar. Por ejemplo, solo Andalucía, Galicia y País Vasco ofrecen el 100% de la beca a las familias monoparentales que están justo en el umbral de la pobreza ya tengan uno, dos o tres hijos. Mientras en otras comunidades, esta tipología de familia puede recibir el 50%, el 60% o el 75%. También se tiene en cuenta de manera muy dispar las situaciones de enfermedad, dependencia o discapacidad de alguno de los miembros de la familia. Asimismo, denuncia que los trámites para pedir las becas son complejos, poco comprensibles para las familias y requieren demasiadas gestiones administrativas, sobre todo cuando la situación de la familia que ya tiene beca comedor no ha cambiado de un año para otro.
“Un momento para compartir y convivir con los amigos”
Desde hace 10 años, Educo tiene el programa de Becas Comedor, tanto durante el curso escolar como en verano, para asegurar a la infancia más vulnerable al menos una comida completa y nutritiva al día. Se trata de niños y niñas que no han recibido becas o ayudas públicas o bien solo una parte de ellas y las familias no pueden asumir el resto del coste.
Es el caso de María Gabriela, residente en Madrid y madre de Bárbara Sofía y José Alejandro, de 9 y 4 años, que recibe el apoyo de Educo. Ella se está formando para ser monitora del comedor escolar, pero de momento solo trabaja su marido. “La subida de los precios ha tenido consecuencias económicas en la familia. Antes hacíamos la compra de todo el mes con 200 euros. Ahora solo llegamos al día 15 o 20 del mes con el mismo dinero”, explica esta madre de 32 años. Para ella, que sus hijos puedan ir al comedor es una tranquilidad, porque “no solamente están recibiendo una comida equilibrada, sino que también tienen un espacio donde estar, donde compartir”. La beca de Educo supone una ayuda económica para esta familia; pero también una ayuda emocional ya que “la estabilidad de nuestros hijos es muy importante. Que tengan un lugar donde comer bien y se sientan en familia nos ha ayudado mucho”.
Que el comedor escolar es mucho más que una comida completa al día lo certifica con contundencia Bridget Guilcamaigua, estudiante de 18 años, de Madrid, y exreceptora de Becas Comedor Educo (la recibió cuando tenía 9 años). “Recuerdo básicamente que era el momento más bonito”, cuenta. Por ello, no duda en alabar el espacio del mediodía: “Recomiendo totalmente la experiencia porque es un momento sobre todo para compartir y convivir con los amigos, que a lo mejor ves todos los días, pero quizá no de la manera tan libre como te gustaría”. La joven recuerda las largas charlas que mantenía en el comedor con sus pares: “Compartes muchas palabras. Ahí la gente se extiende mucho al hablar. Es una pena que no todas las familias puedan tener acceso ya que para mí cualquier niño debería vivir esto”.
“Recetas que educan”, la campaña de la ONG
Educo tiene en marcha una campaña para concienciar a la sociedad de la importancia del comedor escolar y de su acceso. Con el inicio de las clases, denuncia con un plato gigante que muchos niños y niñas se quedarán sin comedor este curso y propone “la receta de este curso”: 10 medidas para que el sistema de becas y ayudas garantice el acceso de la infancia más vulnerable.
Desde 2013 Educo ha repartido 59.000 becas comedor y ha facilitado más de 5 millones de comidas a niños y niñas de toda España. “Recetas que educan” incluye un reto solidario para que, gracias al apoyo de la ciudadanía y las empresas, a finales de este año, se hayan podido repartir 6 millones de comidas.
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