Poner en primer plano el cuidado de nuestra salud y bienestar se ha convertido en una prioridad creciente en nuestra sociedad, especialmente en cuanto a los alimentos y bebidas que consumimos. No solo es fundamental garantizar la calidad de estos productos, sino también su adecuada conservación. La búsqueda de soluciones que generen confianza y seguridad ha ganado fuerza, especialmente a la luz de investigaciones científicas recientes que advierten sobre el impacto de ciertos materiales de envasado en nuestra salud.
Un estudio reciente publicado en el Journal of Exposure Science & Environmental Epidemiology reveló que la exposición a ciertos envases puede introducir más de 3,000 sustancias químicas tóxicas en el organismo humano.
“En ANFEVI estamos convencidos de que alimentar al mundo de forma responsable es posible, protegiendo tanto a las personas como al medio ambiente. El vidrio no es solo un envase; es una solución integral que aborda los desafíos de seguridad y sostenibilidad de la industria alimentaria. El vidrio es una barrera contra contaminantes, preserva la calidad del contenido y es infinitamente reciclable. Estas características reflejan no solo ventajas técnicas, sino un firme compromiso con nuestros consumidores y con el entorno,” señala Karen Davies, Secretaria General de ANFEVI.
En este contexto, y con motivo del Día Mundial de la Alimentación, ANFEVI (Asociación Nacional de Fabricantes de Envases de Vidrio) resalta la importancia del vidrio como material de envasado seguro, destacando sus cualidades únicas para garantizar la seguridad alimentaria:
El vidrio es totalmente higiénico, hermético e impermeable, proporcionando una barrera insuperable contra contaminantes externos, preservando así los alimentos sin riesgo de oxidación o corrosión. Además, resiste altas temperaturas, permitiendo procesos de esterilización sin comprometer la calidad ni la seguridad del contenido.
Este material no tiene olor ni sabor, lo que permite que los alimentos conserven su aroma, color, sabor y textura originales. También protege alimentos sensibles a la luz, como el aceite y la cerveza, mediante el uso de colores específicos en los envases.
Gracias a su naturaleza química inerte, el vidrio no libera sustancias en los alimentos ni en el medio ambiente. Es estable y puro, lo que lo convierte en un material seguro para el almacenamiento prolongado y que no se descompone en micropartículas que puedan perjudicar los ecosistemas.
El vidrio también se destaca por ser altamente ecológico: está compuesto de materias primas naturales y es reciclable de manera indefinida sin pérdida de calidad. Este proceso de reciclaje apoya prácticas sostenibles y contribuye a reducir la generación de residuos.
Es el único material de envasado que ha recibido la etiqueta GRAS (Generalmente Reconocido como Seguro) por la FDA de EE.UU. Además, los envases de vidrio están exentos del Reglamento REACH en Europa, debido a su inercia química y sus propiedades no tóxicas, subrayando su importancia para la salud humana y ambiental.