La farmacéutica Ferrer, certificada B Corp en 2022, reafirma que hay otra manera de hacer negocios, desde una relación empresarial ética que contribuya a una sociedad mejor. En los tres últimos años, Ferrer ha destinado más del 40% de media de sus beneficios netos a diferentes proyectos sociales y ambientales orientados a crear una sociedad más justa y equitativa. Como recoge la Memoria de Sostenibilidad, en 2022 se reinvirtieron el 47% de los beneficios, materializando, un año más, el propósito de generar un impacto positivo en la sociedad.
Rentabilidad empresarial y beneficio social al mismo nivel
“Como empresa tenemos la obligación y la responsabilidad de poner rentabilidad empresarial y beneficio social al mismo nivel. Consideramos que el negocio farmacéutico no es un fin en sí mismo, sino un medio para generar cambios sociales sustanciales. Somos conscientes que aún nos queda mucho camino por recorrer, pero queremos animar a otras compañías a seguir el mismo camino”, declara Mario Rovirosa, CEO de Ferrer.
Precisamente, para inspirar a otras empresas y para multiplicar el impacto positivo más allá de las fronteras de Ferrer, se han puesto en marcha diversas iniciativas que, implicando a sus socios comerciales, proveedores y otras compañías. El programa Suppliers for good es una muestra de ello. Con este proyecto Ferrer quiere acompañar y guiar a sus proveedores en la mejora de sus prácticas ESG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza, por sus siglas en inglés). Para ello, se inició un proceso de evaluación ESG de sus proveedores y, en 2022, ya se contaba con 320 proveedores evaluados a través de Ecovadis, que incluyen ya cerca del 50% de los identificados como significativos. Fruto de este esfuerzo, en 2022 se logró el reconocimiento como líderes en CDP (Carbon Disclosure Project) Supplier Engagement. Además, y para ser coherentes con estrategia, Ferrer se ha certificado EcoVadis Gold.
También se ha iniciado un proyecto parecido para implicar a sus socios comerciales, llamado Partners for good. El proyecto consiste en evaluar y fomentar el desempeño ambiental, social y de gobernanza corporativa entre los socios seleccionados, y definir acciones para acompañarlos e implicarlos en la generación de un impacto positivo en la sociedad.
Sociedad justa y equitativa
Los datos de la Memoria de Ferrer de 2022 también reflejan la apuesta de la compañía, a través de su eje Great People, por una cultura centrada en las personas y que apuesta por el liderazgo femenino. Así, el 51% de todos los mandos directivos está representado por mujeres. De hecho, el equipo de la alta dirección lo componen 6 mujeres y 5 hombres.
“Las personas de Ferrer son nuestro motor y queremos que se sientan comprendidas, valoradas, motivadas, escuchadas. Y nos esforzamos porque sigan desarrollándose. Muestra de ello es que en 2022 dedicamos casi 127.000 horas a formar a nuestra gente, lo que representa 68 horas por persona. Porque queremos que las personas de Ferrer sientan que están en el mejor lugar para trabajar y que además vivan en su día a día nuestro propósito”, afirma Bea Vila, Chief People & Sustainability Officer de Ferrer. Del total de horas, solo el 5% corresponde a la formación obligatoria, mientras que el 68,5% son formaciones de habilidades y upskillings y el 26,5% técnicas.
En este sentido, la empresa revalidó en España, México y Portugal su certificación como un excelente lugar para trabajar (Great Place to Work®) y añadió dos nuevos países: Chile y Costa Rica. Con una participación récord del 96% de la plantilla, el 75% considera que Ferrer es un excelente lugar para trabajar y el 88% manifestó sentir orgullo por la contribución que la compañía hace en la sociedad.
Además, Ferrer reafirma su cultura basada en la confianza y en la responsabilidad consolidando su apuesta por el trabajo flexible a través de un modelo propio sin restricciones entre la presencialidad y el teletrabajo, para aquellos profesionales que, por sus funciones, puedan trabajar a distancia. Bajo el nombre de Great Work!, la compañía farmacéutica ha optado por un sistema de Activity Based Working, ofreciendo distintas formas de trabajar en función de la actividad de cada persona.
Las personas de Ferrer también fueron un motor del eje Social Justice, a través del cual la compañía trabaja para crear una sociedad más justa y equitativa. Para ello, la empresa movilizó a 925 personas a través de su programa de voluntariado, dedicando más de 6.437 horas a proyectos sociales y ambientales.
Gran parte de la reinversión de los beneficios netos de Ferrer se destina a proyectos como el de Ferrer for Food, llevado a cabo por la Fundació Ferrer Sustainability. Se trata de un proyecto de cocina social que reparte, a diario, más de 4.000 comidas nutricionalmente completas a personas en situación de vulnerabilidad y las distribuye a 51 entidades sociales de Barcelona y del Maresme.
En 2022, además, la Fundació de Música Ferrer-Salat conmemoró sus 40 años de historia, marcados por el fomento de la excelencia musical y la transformación social a través de la música. Cuatro décadas de actividad, en las que destaca su contribución a la integración social a través de la educación musical formal reglada.
Otro proyecto de impacto social destacado es el de la Fundació Èxit, una iniciativa que tiene la misión de reducir el abandono educativo temprano de jóvenes en situación de vulnerabilidad social. Durante 2022, gracias a todas las actividades conjuntas con la Fundació Èxit, hemos logrado impactar en la vida de 218 jóvenes, 38 dentro del programa Leader Coach, mejorando la empleabilidad y reduciendo las tasas de abandono escolar del grupo de jóvenes a través del coaching y el mentoring.