El 15 de enero comenzó a 54ª Reunión Anual del Foro Económico Mundial. Este evento, que tiene lugar del 15 al 19 de enero en Davos, Suiza, busca ser más que una respuesta a los problemas; pretende ser un catalizador para la reconstrucción de la confianza en tres niveles críticos: hacia el futuro, dentro de las sociedades y entre las naciones.
En el tercer día del Foro Económico Mundial en Davos, la atención se centró en dos cuestiones apremiantes: el cambio climático y la situación en Ucrania, marcando la convergencia de líderes mundiales en torno a estos temas cruciales.
Transición hacia la energía verde
El cambio climático, como era de esperar, ocupó un lugar destacado en la agenda. La activista Greta Thunberg se preparaba para abordar el escenario y reunirse con el director ejecutivo de la Agencia Internacional de Energía, Fatih Birol. El secretario general de la ONU, António Guterres, instó a los líderes a comprometerse con promesas “creíbles” de cero emisiones netas, destacando la necesidad de planes de transición transparentes basados en reducciones reales de emisiones.
La transición hacia la energía verde fue un tema central, especialmente con la Unión Europea comprometiéndose a movilizar ayuda estatal para preservar empresas y evitar traslados a los Estados Unidos como parte de su plan Green Deal. Guterres subrayó la importancia de un compromiso significativo entre Estados Unidos y China en cuestiones climáticas, comerciales y tecnológicas para evitar confrontaciones.
En el ámbito comercial, el Foro ofreció un espacio crucial para el diálogo entre ministros, empresas y sindicatos. La Alianza Global para la Facilitación del Comercio presentó más de 20 proyectos público-privados de reforma comercial en países en desarrollo, con ahorros iniciales notables. Además, iniciativas como TradeTech promovieron la colaboración para acelerar innovaciones comerciales escalables.
Se plantearon seis prioridades comerciales de cara a la 13ª Conferencia Ministerial de la OMC. Estas incluyen la reafirmación del valor del sistema comercial mundial, una transición industrial equitativa, la facilitación del comercio transfronterizo mediante tecnología, la generación de confianza en el comercio digital, la priorización de aspectos sociales y ambientales en las cadenas de valor, y el empoderamiento de naciones en desarrollo.
Abordar la injusticia y promover la fraternidad internacional
A pesar del papel crucial de los mercados emergentes en el comercio mundial, las barreras al comercio de servicios siguen siendo significativas. Aunque las guerras comerciales han reducido las barreras arancelarias, la carga administrativa y los costos logísticos aún plantean desafíos, especialmente en mercados emergentes.
El cambio climático y la revolución tecnológica están remodelando la economía global, y el comercio debe adaptarse para respaldar la acción climática y evitar el proteccionismo perjudicial. La “slowbalization” ha afectado el comercio desde mediados de la década de 2000, y la fragmentación del comercio podría costar hasta el 8-12% de la producción mundial.
El Papa Francisco instó a los líderes en Davos a abordar la injusticia y promover la fraternidad internacional. En una carta al presidente del Foro, Klaus Schwab, cuestionó cómo, en un mundo tan avanzado, la gente aún sufre hambre y explotación.
En un toque de curiosidad, se reveló que el aforo diario en Machu Picchu se incrementará este año, mostrando que incluso en medio de discusiones económicas, hay espacio para considerar la variabilidad del turismo.
En resumen, el Foro de Davos no solo fue testigo de debates cruciales sobre cambio climático y comercio, sino también de llamamientos éticos para abordar la desigualdad global y la explotación. Queda por ver cómo las promesas y discusiones se traducirán en acciones concretas en el escenario mundial.
Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables.