Interpretar música con la mirada gracias a un instrumento tecnológico o tocar el saxo con baja capacidad pulmonar son sólo algunos ejemplos de cómo la tecnología puede ofrecer oportunidades artísticas para las personas con discapacidad. Este fue el hilo conductor del evento ‘Tecnología para la inclusión’, que celebró la Fundación SIFU en el CaixaForum Madrid. A través de actuaciones en vivo, historias de superación y la participación de reconocidos ponentes, en el evento se debatió acerca de las oportunidades que la tecnología puede ofrecer a nivel artístico a las personas con discapacidad. Todo ello bajo la conducción de Oriol Saña, músico y Director Artístico de la Fundación SIFU
El Presidente de la Fundación SIFU, Cristian Rovira, recordó que casi el 30% de las personas con discapacidad no puede participar en actividades relacionadas con la cultura, según datos del INE. Si hablamos de las personas que quieren, además, desarrollar su talento artístico, el porcentaje se reduce. “De ahí nace la idea de nuestra Fundación de desarrollar e impulsar estos instrumentos tecnológicos”, explicó.
Los instrumentos a los que se refería Rovira son el EyeHarp, el Travel Sax y el Oxi One. El primero es un proyecto social que, como afirmó su fundador, el informático y músico Zacharias Vamvakousis, tiene como principal objetivo mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad a través de la música.
Zacharias estuvo acompañado por Joel Bueno, que fue el primero de los más de 50 intérpretes de Eyeharp en el mundo. Joel es un joven artista con parálisis cerebral que, gracias a esta tecnología que le permite interpretar con la mirada, ha hecho realidad su sueño de ser músico.
Por otra parte, el ingeniero Ramon Mañas, presentó a los asistentes el saxofón electrónico más pequeño y ligero del mundo, el Travel Sax, que se puede tocar con una sola mano, sin hacer mucha presión sobre las teclas o teniendo una baja capacidad pulmonar.
Mañas explicó que la misión de los creadores del Travel Sax es “crear más música en el mundo, porque eso es lo que más une a la gente”. “No tiene sentido desarrollar tecnología sin incluir al máximo número de personas posible”, señaló.
En la misma línea, el DJ Paskal Kleiman, que pincha con los pies, indicó que la tecnología “ha democratizado” el mundo de la música. Kleiman presentó el instrumento con el que hace sus sesiones. El Oxi One es un secuenciador musical con herramientas intuitivas para la composición y con botones accesibles.
Durante el evento también se habló de la importancia de introducir estas nuevas tecnologías en las escuelas de música para asegurar la accesibilidad real de estos espacios y que las personas con discapacidad no sean solo espectadores, sino también intérpretes.
A este respecto, la Subdirectora de la Escuela Superior de Música de Catalunya (ESMUC), Melissa Mercadal, aseguró que lo fundamental “son las actitudes”. “Tenemos que dejar espacio, crear lugares pensados y creados para un colectivo diverso”, añadió.
En la misma línea se expresó Pol Oñate, músico y becado de la Fundación SIFU: “Antes de construir un auditorio, o de elaborar un programa educativo, hay que pensar en que va dirigido a un colectivo diverso, con necesidades diversas, y construir todo a partir de esa premisa”.
Fundación SIFU apuesta por el desarrollo tecnológico al servicio del talento artístico de las personas con discapacidad
A través de actuaciones en vivo, historias de superación y la participación de reconocidos ponentes, en el evento se debatió acerca de las oportunidades que la tecnología puede ofrecer a nivel artístico a las personas con discapacidad. Todo ello bajo la conducción de Oriol Saña, músico y Director Artístico de la Fundación SIFU
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