Con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, que se conmemora mañana, 11 de febrero, el grupo sanitario Ribera pone en valor el papel destacado de las mujeres investigadoras en los ensayos clínicos y estudios observacionales en sus hospitales, donde participan o lideran proyectos que pueden suponer grandes avances para la Medicina del presente.
A través de la Fundación Ribera Salud, el grupo ha dado un impulso muy importante a la investigación en los últimos años. En su memoria, constan 55 ensayos clínicos en marcha en 2023, más de 650 participantes y casi una treintena de investigadores, muchos de ellos mujeres. Además, el año pasado firmó un acuerdo estratégico con Pratia, una red de centros de investigación con más de 90 sedes en seis países de Europa, que está permitiendo organizar de forma más eficaz y eficiente los ensayos clínicos en los hospitales universitarios del Vinalopó (Elche) y Torrejón, así como en el hospital Ribera Povisa, gracias a la sinergia de los mejores profesionales de ambas entidades, y también acceder a nuevos ensayos.
Un futuro prometedor para las mujeres en la Ciencia
Muchas investigadoras del grupo Ribera trabajan en proyectos y ámbitos innovadores, con un impacto directo en la salud de los pacientes. Carmen Mogio, jefa del Servicio de Alergología e investigadora en el hospital Ribera Povisa (Vigo), por ejemplo, pone el foco de su trabajo en la inmunoterapia, por considerarlo “el único tratamiento capaz de modificar la evolución de la enfermedad al actuar sobre la respuesta inmunológica a largo plazo”.
Magda Palka Kotlowska, especialista en Oncología médica del Hospital Universitario de Torrejón, por su parte, busca concienciar sobre la importancia del deporte en la prevención y el aumento de la supervivencia en el cáncer, y también profundiza en el estudio de factores inflamatorios y autoinmunes decisivos en su control. Amparo Santamaría, jefa de Hematología y Hemoterapia del Hospital Universitario de Vinalopó, centra su investigación en la trombosis en pacientes con cáncer y en el uso de la inteligencia artificial para su prevención, además de la regeneración de la reproducción humana mediante terapia con células madre. Desde la perspectiva de la tecnología aplicada a la salud, Dolores Corbacho, jefa de Servicio de Neumología en Ribera Povisa, investiga el uso de la inteligencia artificial en radiografías de tórax para la detección temprana de patologías como la neumonía o el cáncer pulmonar. Tal y como ella misma explica, «la IA puede ser clave para reducir desigualdades en salud y mejorar la eficiencia en el diagnóstico clínico», destaca.
Todas ellas coinciden en señalar que el futuro de la mujer en la Ciencia “es optimista, aunque todavía hay retos que superar”. Carmen Mogio (Ribera Povisa), destaca que «las mujeres tenemos hoy una mayor libertad para elegir nuestro camino profesional, y creo que esto representa un avance significativo». No obstante, insiste en la importancia de contar con «una mayor representación femenina en posiciones de liderazgo y más apoyo a la investigación para evitar la fuga de talento».
Por su parte, Magda Palka Kotlowska (Torrejón) señala que «la Ciencia mejora la vida en todos los campos y las mujeres, con su trabajo, motivación y enfoque, son una parte esencial de este progreso». Sin embargo, considera fundamental «mejorar la financiación, los recursos humanos y la conciliación familiar, para que tanto hombres como mujeres puedan avanzar en esta labor al máximo nivel». En la misma línea, Amparo Santamaría Ortiz (Vinalopó), subraya que «las oportunidades han mejorado, pero el reconocimiento todavía no es el que merecemos». Apuesta por más mujeres en puestos de mando y por visibilizar sus logros.
Los desafíos de las mujeres en la Ciencia
Uno de los principales obstáculos que señalan estas investigadoras en el desempeño de su trabajo es la conciliación entre la vida personal y profesional. Magda Palka Kotlowska (Torrejón) asegura que «al tener hijos, se intenta mantener el mismo ritmo de trabajo, sin considerar que el día sigue teniendo 24 horas y que abandonar la vida familiar no es viable». Amparo Santamaría (Vinalopó), además, pone el foco en la invisibilización de las mujeres en ciertos entornos académicos y la dificultad de acceder a oportunidades equitativas respecto a sus colegas masculinos.
Por su parte, Dolores Corbacho destaca la falta de formación específica en el campo de la inteligencia artificial aplicada a la salud, así como la representación limitada de mujeres en roles de liderazgo en tecnología y Medicina.
Casi todas coinciden en señalar la necesidad de fomentar vocaciones científicas desde edades tempranas. «Es clave acercar la investigación a los jóvenes desde el instituto, motivarlos y hacer planes educativos que despierten su interés», sostiene Magda Palka Kotlowska. Por su parte, Amparo Santamaría Ortiz insiste en la importancia de educar en igualdad desde la infancia: «Debemos enseñar a niñas y niños a creer en la equidad y el feminismo, porque la ciencia necesita diversidad de perspectivas para avanzar».
Con testimonios como estos, el grupo sanitario Ribera apuesta por visibilizar el trabajo de sus profesionales investigadoras, así como reafirmar su compromiso con la igualdad de género en la investigación y la Ciencia, apostando por un futuro en el que mujeres y hombres puedan desarrollar su talento en igualdad de condiciones.