Arnuldo, Deliro o Priti son unos pocos ejemplos de cómo podemos generar un cambio positivo en el tejido social y económico de las comunidades a través de nuestras elecciones de consumo
La Norteña, un ejemplo de apoyo a las comunidades
El distrito de Santa Rosa del Aguaray a unos 250km de Asunción (Paraguay) es el escenario donde nacen las historias de dos familias que se dedican al cultivo de hierbaluisa y frutas cítricas para producir té.
Arnuldo y su mujer Mirna, con tres hijos, poseen ocho hectáreas de tierra donde llevan 16 años cultivando estos dos productos con la ayuda de cuatro trabajadores. La agricultura siempre ha sido su sustento económico pues ya eran propietarios de una granja donde cultivaban mandioca, un tipo de yuca.
Por su parte, Ramón Monges, padre de dos hijos, cuenta con 20 años de experiencia cultivando hierbaluisa. En su finca actual obtiene tres cosechas al año de esta planta de característico aroma de limón, y entre mayo y junio, se dedica a la producción de cítricos con la ayuda de cinco trabajadores.
La Norteña, además de ayudar a Ramón con el secado y la exportación de su producción de té, le aporta un valor añadido. “La Norteña me ha concedido el impulso económico necesario para contratar trabajadores que preparen el suelo antes de cultivar, haciendo más eficientes mis cosechas”, comenta Ramón.
Gracias a La Norteña y Oikocredit, Ramón va a hacer realidad el sueño de su vida: tener suficientes ingresos para que sus hijos puedan estudiar.
La dulce labor social de Norandino en Perú
Norandino, la protagonista de esta historia es una asociación de productores de cacao asociada con Oikocredit desde 2017. Originaria de la Sierra de Piura ubicada en el extremo norte de Perú, fue creada con 200 miembros en 1995 y más de 20 años después, 7.000 familias de la Sierra forman parte de esta sociedad.
La organización nació para defender los principios fundamentales del comercio justo y ha experimentado un desarrollo tan espectacular que ahora tiene un peso económico real en la región. Norandino ha conseguido ofrecer una prima significativa a los agricultores por encima del mercado local.
Una de las claves del éxito de la organización es haber permanecido cerca de las bases de los pueblos, mediante la contratación de productores autóctonos de la Sierra, ofreciendo de esta manera una nueva oportunidad a las zonas rurales de Perú. Además, y para generar un mayor impacto social, Norandino, junto con otras organizaciones participó en la creación de la asociación de productores de comercio Justo en Perú, la Coordinadora Nacional de Comercio Justo, con la finalidad de negociar con el estado a favor de los proyectos de desarrollo en la región
Una de las familias que forma parte de esta comunidad es la integrada por Deliro, Gloria y sus tres hijos, quienes viven en la zona de Tupacamaro II, en la región de Amazonas. El sustento económico del hogar son dos hectáreas de tierra donde cultivan cacao.
Desde hace dos, se unieron a la cooperativa, con el fin de obtener un precio justo para su producción. “Ahora podemos pagar la atención médica y la educación y, además, gracias a un programa de desarrollo de capacidades y la asistencia técnica que hemos recibido, obtenemos ahora un mayor rendimiento de las tierras”, narran Deliro y Gloria.
Gracias a los 20 años de trabajo de Norandino y Oikocredit, la calidad de vida de los productores ha mejorado. Pero sin duda, el verdadero éxito de esta colaboración es la escolarización y la formación de los jóvenes, aspectos en los que las familias han invertido los resultados de su esfuerzo, asegurando a sus hijos un futuro mejor.
Oikocredit y DOTEPL, un granito de arena contra la esclavitud laboral
En lo más profundo de las montañas en el norte de La India se encuentra Darjeeling, una región conocida por producir los mejores tés de origen. El sabor de la perfecta taza humeante de té Darjeeling, es posible gracias a las miles de personas que trabajan en las plantaciones, en su mayor parte mujeres.
Una de ellas es nuestra protagonista, Priti Thapa, que con tan solo 28 años está a cargo, junto con su esposo, de un hogar de seis personas. Priti recolecta té durante 8 horas, mientras su hija mayor asiste a la escuela en la plantación, algo poco habitual, ya que en La India, millones de niños están obligados a trabajar.
Cuando las plantaciones de té no son rentables, los propietarios las abandonan, dejando sin nada a los trabajadores y sus familias. Por este motivo, Oikocredit, a través de su socio Darjeeling Organic Tea Estates Private Limited (DOTEPL), se ha dedicado a perpetuar la producción mediante la adquisición y renovación de plantaciones abandonadas. Su primera compra, la plantación Ambootia, que obtuvo el sello “Fair Trade” y de agricultura ecológica, es conocida a nivel internacional por tu té de alta calidad bajo la marca The Amoobita Tea Group.
Esta colaboración tiene beneficios, tanto para los propietarios como para los trabajadores, ya que los propietarios están obligados a mantener a sus trabajadores, cubrir sus necesidades básicas y ofrecer un salario justo. Algo que puede parecer normal, pero que en La India no lo es, ya que más de 18 millones de personas trabajan en condiciones de esclavitud.
Tanto Priti como otras recolectoras están felices de contar que DOTEPL. “No solo nos proporciona un salario digno y a tiempo, sino que nos concede una gratificación adicional, un fondo de previsión, botas de goma, paraguas, necesarios para protegerse de la lluvia y el sol, y alimentos”, comenta agradecida Priti. Además, su familia cuenta con la ayuda de DOETPL que les proporciona las herramientas y recursos necesario para cultivar hortalizas y criar vacas, cerdos y gallinas.
El compromiso de DOTEPL con el bienestar de sus trabajadores, fueron las principales razones por las cuales Oikocredit decidió asociarse. Desde 2013 Oikocredit apoya a DOTEPL en la recuperación de las plantaciones de té abandonadas.
Consulta más información responsable en las publicaciones Corresponsables y en el Caso Práctico de Oikocredit en el Anuario Corresponsables 2024.