“El vino es respeto, el vino es historia, el vino es valor humano, el vino es paciencia”. Con estas premisas, Bodegas Protos ha querido representar los valores y la filosofía que definen al mundo del vino, a través de cinco ilustraciones diseñadas por Laura Pacheco.
Transmitir el respeto que el sector del vino tiene al mundo rural, al terruño, a las personas que trabajan tanto en el viñedo como en la bodega, al consumidor final, a los orígenes de la bodega, a esos 11 visionarios que fundaron Protos y que pusieron el primer granito de arena para convertir a la bodega en lo que hoy es.
Unos valores universales, ya que son compartidos por todo el sector del vino, por cualquier bodega o denominación de origen de cualquier país del mundo. A través de la mano de la ilustradora Laura Pacheco, podemos ver como todo comienza en la naturaleza, y como la vid es el elemento común donde transcurre todo. Desde las raíces se va construyendo un universo entorno al mundo del vino, donde las personas y la tierra se fusionan para constituir un todo.
Según Carlos Villar, Director General de Protos: “Queríamos que, de un solo vistazo, la gente pudiera ver cuáles son aquellas cualidades que representan al sector del vino. Y todo pivotado en dos palabras: respeto y paciencia”. “Ese respeto por la naturaleza, por la historia, por el valor humano. Y la paciencia, uno de los adjetivos que más caracterizan al sector. Esa espera para elaborar grandes vinos, desde el cuidado de la viña, que queda desnuda desde la vendimia, hasta que florece y vuelve a dar sus frutos. Ese cocinar a fuego lento para conseguir lo mejor”, puntualiza.
Y, esto mismo es lo que ha reflejado Laura Pacheco en las cinco ilustraciones, que, tal y como, ella lo define, ha construido, a través de su estilo figurativo, con elementos simbolistas, en el que ha jugado con los colores y las texturas para crear diferentes atmósferas. Y de este modo, nacen estas ilustraciones, inspiradas, tal y como comenta ella, “en los paisajes de los viñedos y las escenas de la vendimia. Desde el principio tuve claro que la vid debía tener una presencia fundamental en la ilustración y resultó ser el elemento perfecto para estructurar las diferentes escenas”.
En la primera ilustración, se puede ver a un par de figuras trabajando en lo que es la rama de una vid, preparándola, para que pueda dar las mejores uvas. Porque ahí, es donde comienza todo, en el terruño. En la segunda ilustración, los fundadores de la bodega miran al futuro, a unos niños jugando, mostrando que un paso hacia delante es una mirada, también, atrás. En la tercera ilustración, un grupo de personas recogen la uva, en el momento de la vendimia, encargándose de escoger los mejores racimos, los que más tarde darán los mejores vinos.
Y, por último, el valor de la paciencia. Un decantador gigante enraizado a la vid. Dentro, dos personas sujetan una botella de vino, en la que cae el vino elaborado. Ese vino que ha descansado en las barricas, adormilado en botella, para despertar en los hogares de todos los consumidores y amantes del vino. Todas juntas crean la quinta ilustración, el resumen global de su trabajo, que actualmente forma parte de la decoración del Ágora de Protos, el nuevo espacio enoturístico y restaurante de Protos inaugurado recientemente en su mítica bodega de 1927.
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