El avance de la inteligencia artificial parece imparable. Hasta la fecha se ha hablado mucho de las oportunidades que puede brindar al sector empresarial pero no tanto de su vertiente responsable e inclusiva. ¿Qué nos puede decir al respecto?
La inteligencia artificial es una de las grandes palancas de transformación social. El objetivo, desde una perspectiva de responsabilidad, es que abra oportunidades para escalar iniciativas orientadas al bien común y también, evitar en lo máximo posible, las amenazas que puede comportar a nivel de derechos fundamentales.
Podemos decir que, desde el punto de vista de la responsabilidad, la IA tiene paralelismos con lo que representó en la década de los 90 el proceso de globalización. Si ésta era bien administrada podía generar crecimiento económico y reducción de la pobreza para todos los países. Una globalización injusta podía representar crecimiento para las empresas y poblaciones de los países ricos y explotación para la población de los países en vías de desarrollo.
Ahora, la IA requiere de un uso responsable por parte de todas las organizaciones, y especialmente por parte de las empresas que son las más avanzadas en su desarrollo e implementación. Para que no comporte violaciones de derechos fundamentales, para que no genere discriminaciones y se asegure la protección de datos y de la identidad, para que sea gestionada con transparencia, para que tenga mayor accesibilidad (brecha digital), para que no comporte tanto impacto ambiental… y para que se oriente también a iniciativas de impacto social.
¿Qué avances colaborativos para nuestra sociedad puede generar un buen uso de la IA?
Para generar impacto social, la IA requiere fundamentalmente un enfoque colaborativo. La IA necesita una buena explotación de datos. Las empresas tienen más experiencia y recursos para generar buenas arquitecturas de datos. Las ONG y las administraciones públicas disponen de mayor acceso a datos básicos relacionados con los retos sociales y medioambientales a los que la IA pueda aportar soluciones innovadoras escalables y replicables. Especialmente, en los ámbitos de la salud, la educación, el acceso y el uso del agua, el uso eficiente de la energía, las ciudades sostenibles, etc.
Todo ello nos orienta a que se impulsen más iniciativas colaborativas multisectoriales que pongan en común activos y competencias diversas que empresas, administraciones públicas, ONG y otras organizaciones no lucrativas pueden aportar para co-crear y llevar a cabo iniciativas de gran impacto social basadas en un buen uso del IA
¿Puede el sector empresarial regularse por sí solo en este sentido o por el contrario cree necesaria la regulación por parte de las administraciones?
El sector empresarial deberá autorregularse para un uso responsable e inclusivo de la IA y adaptase a la regulación pública que irá apareciendo. Como en el caso del cambio climático, la autorregulación empresarial ayuda, pero no es suficiente y las grandes transformaciones para pasar a una economía baja en carbono no pueden depender solo de ella y de las dinámicas del mercado. Requieren una decisiva e inteligente regulación pública.
Igual creo que es necesario para la IA. La regulación pública va a ir avanzando, con diferentes ritmos y diferentes énfasis en las diversas regiones del mundo, pero siempre con un decalaje importante en el tiempo respecto al desarrollo e implantación de la IA. Esto exige un uso responsable por parte de las empresas mediante la autorregulación y una adecuación a la regulación cuando esta llegue.
Las empresas más responsables, que adoptan de forma temprana la autorregulación y van por delante en un enfoque de negocios responsables, también marcan los mejores estándares para la regulación que después llegará. Serán las mejores preparadas para adaptarse a la misma.
A mediano y largo plazo, ¿cómo ve el avance de la inteligencia artificial en el sector empresarial?
Como imparable y como la gran herramienta tecnológica de las próximas décadas para fortalecer sus factores de competitividad. El reto es que lo sea de forma responsable y que no solo sirva para generar más beneficios empresariales para los accionistas sino beneficios económicos, sociales y medioambientales para todos los grupos de interés de la empresa.
Esta entrevista forma parte del Dosier Corresponsables: Por una IA Responsable, junto a Esade y Fundación SERES