El Índice de Competitividad de las economías aragonesa y española ha vivido un positivo proceso de convergencia con la Unión Europea en los últimos 25 años; especialmente destacable en el caso de Aragón, que ha logrado en 2023 superar la media nacional y europea. Así se refleja en el informe elaborado por CEOE Aragón, en el seno de su Consejo Empresarial, y en colaboración con Ibercaja, que analiza la evolución de este índice entre 1999 y el año actual.
Así, el Índice de Competitividad de Aragón ha alcanzado el 103,3 desde un punto de partida de 88,7 en 1999, sobre la base 100 de la UE y frente al 95,7 del conjunto de España, que partía de un 89,4.
Infraestructuras y nuevas tecnologías
Los distintos componentes del Índice han evolucionado de manera muy heterogénea. En Aragón, los impulsores de su mejora son las infraestructuras y el uso de las nuevas tecnologías. Ambos se sitúan de manera muy destacada en los dos primeros lugares (126,5 en ambos casos), cuando partían hace 25 años desde la última y antepenúltima posición (54,2 y 82,1).
Otros dos indicadores se muestran por encima de la media europea: la competitividad precio (110,5), que ya partía de un elevado 109,0 en 1999, y las condiciones de vida (103,5), cuya variación ha sido más irregular y ha sufrido un ligero descenso respecto al inicial 104,9.
Los otros tres capítulos se sitúan por debajo de la media europea. Tanto el capital humano como el mercado laboral iniciaban el recorrido en 1999 ligeramente por debajo del nivel 100 de convergencia (96,2 y 96,3 respectivamente). Su evolución inicial en los siguientes años muestra mejoras, aunque en la última década y media han permanecido en una tendencia descendente, situándose finalmente en 98,0 y 95,1 respectivamente.
Innovación, asignatura pendiente
Mención aparte merece el capítulo de innovación. Partiendo de una situación de enorme desventaja inicial (64,1 en el año 99), experimentó una fuerte mejoría en años posteriores hasta situarse en 102,7 en el año 2006. Sin embargo, desde entonces emprendió una tendencia negativa que lo ha llevado a situarse en 54,7 en 2023 y suponer el mayor lastre en la posición competitiva de Aragón.
Estos datos revelan la necesidad de abordar decididamente el impulso de la innovación en nuestra economía y sociedad. También la mejora del capital humano y el mercado laboral, especialmente en lo relativo a la productividad, son aspectos que Aragón debe potenciar especialmente para mantener y fortalecer la competitividad en el futuro.
Para la elaboración de este índice sintético, se han analizado 27 variables que influyen en la competitividad, agrupadas en torno a siete categorías o capítulos: infraestructuras, mercado laboral, capital humano, innovación, uso de nuevas tecnologías, condiciones de vida y competitividad de precios.
La gran diversidad de variables observadas produce como resultado una mezcla de competitividad económica y social, al incluir mediciones tanto económicas como de calidad de vida.
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