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En las últimas décadas, los jóvenes nacidos en España se han ido emancipando cada vez más tarde, y cada vez lo hacen menos para formar su propia familia. Según el análisis de los últimos datos censales de 2022, en España vivían con su pareja el 43% de las mujeres de 30 a 34 años nacidas en España y el 32% de sus pares varones. Son las cifras más bajas del último medio siglo y quedan muy lejos de las de 1970, cuando vivían con su pareja el 85% de las mujeres y el 81% de los varones de ese tramo de edad, según constata Funcas en su última edición de Notas de Coyuntura Social.
“Esta caída de la vida en pareja de los jóvenes españoles se registra desde los años 80 del siglo pasado, pero, según nuestro análisis de los datos de los censos de población, se habría acentuado en los tres últimos lustros. Una experiencia que era tradicionalmente común a la inmensa mayoría de los jóvenes en torno a los 30 años es ahora claramente minoritaria”, explican desde la dirección de Estudios Sociales de Funcas.
Por otra parte, ha crecido la proporción de los jóvenes que viven solos: entre las mujeres nacidas en España de 30 a 34 años, pasó del 2% en 1991 al 10% en 2022, y entre los varones, del 3% al 13%. Este crecimiento se produjo principalmente en las últimas décadas del siglo XX y la primera del XXI, pero desde 2011 se ha mantenido relativamente estable. También ha crecido la proporción de quienes viven con sus hijos, pero no con una pareja, desde el 5% de las mujeres de 30 a 34 en 1991 al 10% en 2022. Eso sí, buena parte de la caída en el porcentaje de jóvenes emparejados la ha absorbido el aumento del porcentaje de los no emancipados, que ha pasado del 18% de las mujeres de 30 a 34 en 1991 al 31% en 2022, y desde el 26% al 44% en el caso de los varones de la misma edad.
La caída en la proporción de jóvenes que viven en pareja, un fenómeno generalizado en Europa y en otras partes del mundo, es en España, además, una de las materializaciones actuales de la forma de familia tradicionalmente dominante, en la que la emancipación del hogar paterno tiende a ser tardía y a estar muy asociada a la formación de la propia familia.
Todavía hoy el porcentaje español de jóvenes no emancipados es uno de los más altos de la Unión Europea. En 2023, un 46% de la población de 25 a 34 años vivía con sus padres (51% de los varones y 40% de las mujeres). Los datos reflejan las dos grandes variedades de familia en Europa según la edad de emancipación: la temprana, con porcentajes de residencia con los padres muy bajos (países del norte y del centro de Europa), y la tardía, con porcentajes altos (sur y este de Europa)—además de casos intermedios.
La emancipación tardía se ha acentuado en España en las últimas tres décadas y media. Según el análisis de los datos de la Encuesta de Población Activa, entre las mujeres de 25 a 29 años nacidas en España, casi dos tercios (66%) estaban emancipadas en 1987, pero la cifra cayó hasta el 35% en 2024. La emancipación de los varones de 25 a 29 años nacidos en España, siempre con tasas inferiores a las de las mujeres, sigue un patrón similar. Sin embargo, a lo largo de esos 37 años se ha dado una cierta convergencia entre hombres y mujeres, ya que la diferencia se ha reducido desde los 18 puntos porcentuales a unos siete debido a una caída más intensa de la tasa femenina.
Incluso entre las mujeres de 30 a 34 años nacidas en España se observa también una reducción de la tasa de emancipación desde 1987, cuando alcanzaba el 85%, mientras que en 2024 se había reducido al 74%. En cualquier caso, esta caída de 11 puntos no ha sido tan pronunciada como en el tramo de edad anterior (31 puntos). También se ha reducido la tasa de emancipación de sus coetáneos varones, desde el 79% al 64%.
Que tan pocos jóvenes de origen español vivan en pareja en la actualidad podría explicarse por las dificultades que afronta hoy la juventud española, como la inestabilidad laboral y los precios de la vivienda, entre otros factores. Sin embargo, la caída de los emparejamientos juveniles y el retraso de la formación de familias son un fenómeno generalizado en los países desarrollados, lo que puede explicarse, además de por causas locales, por cambios culturales más amplios.
Las elevadas tasas de emancipación tardía, en cambio, sí tienen un marcado componente local y, además, han tendido a intensificarse en los últimos 35 años. Los cambios económicos, políticos o culturales que se han producido en este periodo, si acaso, parecen haberlas reforzado.
El análisis y la discusión pública de la realidad social exigen el conocimiento de sus dimensiones cuantitativas. Sobre esta premisa se basan las «Notas de Coyuntura Social», publicación de Funcas que aborda temas de actualidad utilizando evidencia estadística reciente. El objetivo de estas Notas consiste en presentar datos contrastables que permitan dimensionar los problemas sociales y fundamentar argumentos para la reflexión y el debate público responsable.
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