La Presidenta de la Fundación CYD, Ana Botín, ha destacado los logros cosechados por la Universidad española en los últimos 20 años aunque ha señalado dos retos “prioritarios” a los que hacer frente: “es urgente contar con mayores recursos económicos; hacen falta 3.500 millones de euros anuales adicionales para alcanzar el objetivo del 1% del PIB establecido por la LOSU para llegar a la media europea”. Botín ha añadido que la segunda gran prioridad para la Universidad es lograr una mayor autonomía y capacidad de autogestión al nivel de otros países europeos. Así lo ha indicado durante la clausura del acto de presentación del Informe CYD 2024, la vigésima edición del informe de referencia de la universidad española.
La vigésima edición del Informe CYD marca un hito significativo en el análisis del sistema universitario español. A lo largo de estas dos décadas, el Informe CYD se ha consolidado como una herramienta fundamental para analizar la evolución de las universidades en España, evaluando su desempeño a través de indicadores clave de recursos, rendimiento y calidad.
La edición de 2024 ofrece una visión general del sistema universitario, con énfasis en la necesidad de modernizar la gobernanza universitaria en sentido amplio para afrontar las siete prioridades estratégicas identificadas en ediciones anteriores. Sin estos avances, las universidades españolas carecerán de las herramientas para competir internacionalmente y cumplir su papel en el desarrollo económico y social.
La presidenta de la Fundación CYD y la paratriatleta y médica, Susana Rodriguez Gacio, han conversado acerca de liderazgo, superación y el papel de la educación en el crecimiento personal y su contribución a la sociedad.
En este sentido, Ana Botín ha subrayado que “la educación a lo largo de la vida es el mejor ascensor social porque tiene la capacidad de transformarnos como personas, a nivel emocional, cultural y, por supuesto, económico. Es clave para construir sociedades más justas e inclusivas y fundamental para afrontar los retos del mundo actual, individual y colectivamente”.
Susana Rodríguez Gacio ha manifestado que “desde siempre, y gracias al entorno en el que crecí, vi en la educación la mejor herramienta posible para igualar a las personas, sea cual sea nuestra procedencia y nuestras características. El nivel y la calidad de educación son fieles indicadores de la salud de un país, pues los datos positivos abren la puerta a mayores posibilidades de avance y desarrollo, mientras que el quedarse atrás significa que queda trabajo por hacer”. Además, ha señalado: “Yo tuve oportunidad de formarme en dos universidades públicas, como son la de Vigo y la de Santiago de Compostela, para mis estudios de Diplomatura en Fisioterapia y Licenciatura en Medicina, así como para cursar estudios de Máster en una universidad privada. Ambas opciones igual de válidas y que se adaptan a diferentes circunstancias y necesidades. Lo importante es que se mantenga una formación de calidad para las generaciones venideras, y ojalá que puedan mejorar las perspectivas laborales dentro de nuestro país sin necesidad de buscar nuevos horizontes en el extranjero.”.
20 años de la universidad española
En la primera parte del acto, en una mesa redonda moderada por Sònia Martínez Vivas, directora de la Fundación CYD, expertos del ámbito universitario, de la empresa y de los estudiantes han analizado la evolución de la universidad española en estos últimos 20 años, desde la primera edición del Informe CYD, el Informe CYD 2004, hasta la fecha, poniendo especial énfasis en los cambios que han experimentado los retos y desafíos a los que deben hacer frente nuestras universidades.
“Todos los que hemos pasado por la universidad seríamos ahora diferentes si no hubiésemos pasado por ella y hemos de reconocer que ahora también somos mejores”, ha apuntado Francesc Solé Parellada, Vicepresidente de la Fundación CYD, quien también ha señalado que “la universidad actual es mucho mejor que hace 20 años”.
Para Antonio Abril, Presidente de la Conferencia Consejos Sociales desde 2017 hasta la actualidad, “la universidad en su momento cumplió siendo el motor del cambio a la transición democrática. Ahora yo pido a la sociedad que responda y tire de la universidad”. Y es que, en su opinión, “España destaca por su capacidad productiva científica en la universidad, pero el gran reto está en garantizar que esa producción se convierta en investigaciones con impacto en la sociedad”.
Por su parte, Emma Antolin, Vicepresidenta de Antolin, ha puesto en valor el fuerte vínculo entre empresa y universidad y ha destacado lo mucho que la universidad ha supuesto para ella: “Me ha dado la posibilidad de crecer dentro de la empresa familiar, me ha dado un contexto que es tremendamente relevante. Aprendes a conocerte”.
José Antonio Mayoral, Vicepresidente de CRUE y rector de la Universidad de Zaragoza, ha señalado durante su intervención que “la universidad sigue siendo un ascenso social” y ha destacado dos puntos esenciales: la incorporación al espacio europeo y el crecimiento de la oferta de las universidades privadas. Así, ha invitado a reflexionar si la oferta académica actual es la que debemos tener o no y, si está adecuada a los cambios cada vez más vertiginosos.
Para Juan Vázquez, Presidente de CRUE de 2003 a 2007, de los siete retos que se mencionan en el Informe CYD los que más le preocupan son dos: “la meritocracia con exceso. Hemos olvidado que hay que ser competitivos y, además, competentes. Y hacer que la universidad sea un lugar de sosiego, de pensamiento, de creatividad y de libertad”.
Por último, María Ramírez, estudiante de Ingeniería Aeroespacial de la Universidad Politécnica de Madrid, ha destacado el papel de la mujer en las STEM y ha puesto en valor la comunidad como “una red de valor, una verdadera red formada por profesores, estudiantes y compañeros”. Así, ha remarcado que hay muchos ingenieros españoles trabajando fuera del país, pero se muestra esperanzadora en lo que se refiere al entorno laboral: “En España hay talento, tenemos habilidades y los conocimientos necesarios”.
El Informe CYD 2024 analiza, en sus cuatro capítulos, el avance de las siete prioridades estratégicas de la universidad española definidas en anteriores ediciones y, mediante un conjunto de indicadores seleccionados, visualiza el estado actual y la evolución de cada uno de estos ámbitos. Aumentar la inversión, atraer y retener talento, mejorar la empleabilidad, asegurar la transferencia del conocimiento, impulsar la internacionalización, mejorar el acceso y la equidad, y acelerar la transformación digital se mantienen como las 7 prioridades estratégicas para la universidad española, según el mencionado estudio.