Un nuevo informe elaborado por la Agencia Internacional de Energía (AIE), la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena), la División de Estadística de las Naciones Unidas, el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud (OMS) revela que la brecha mundial de acceso a la energía persiste actualmente con 675 millones de personas sin electricidad y 2.300 millones que dependen de combustibles nocivos para cocinar, lo que señala la necesidad de invertir en energías renovables.
Principales conclusiones
El informe destaca que el creciente endeudamiento y el aumento de los precios de la energía están obstaculizando la posibilidad de lograr un acceso universal a la electricidad y a métodos no contaminantes para cocinar. Según las proyecciones, si no se toman nuevas medidas y no se continúa con los esfuerzos actuales, para el año 2030 cerca de 1.900 millones de personas carecerán de acceso a métodos no contaminantes para cocinar, mientras que 660 millones no tendrán acceso a la electricidad.
Estas carencias tendrán un impacto negativo en la salud de las personas más vulnerables y contribuirán al cambio climático. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cada año fallecen 3,2 millones de personas debido a enfermedades causadas por el uso de combustibles y tecnologías contaminantes, que aumentan la exposición a niveles tóxicos de contaminantes en el aire interior.
Por otro lado, el informe señala que en 2010 el 84% de la población mundial tenía acceso a la electricidad, cifra que aumentó al 91% en 2021, lo que significa que más de 1.000 millones de personas lograron obtener dicho acceso. Sin embargo, el ritmo de crecimiento fue más lento entre 2019 y 2021 en comparación con períodos anteriores. Aunque la electrificación de las áreas rurales ha sido determinante, siguen existiendo grandes deficiencias en las ciudades.
Las mayores carencias se observan en el África subsahariana, donde reside más del 80% de la población mundial sin acceso a la electricidad (en 2021, 567 millones de personas en la región carecían de electricidad). Desde 2010, ha habido pocos avances en esta región.
Además, el mundo todavía está lejos de alcanzar el acceso universal a métodos no contaminantes para cocinar en 2030. Hay 2.300 millones de personas que aún utilizan combustibles y tecnologías contaminantes para cocinar, especialmente en África subsahariana y Asia. Por ejemplo, los hogares pueden dedicar hasta 40 horas a la semana a la recolección de leña y a cocinar con ella, lo cual impide que muchas mujeres busquen empleo, participen en las decisiones locales y que los niños asistan a la escuela.
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