Biomímesis es “la ciencia de imitar a la naturaleza en busca de soluciones”.
Con esta palabreja, he querido empezar esta reflexión para bajarnos del pedestal y sumergirnos en la naturaleza de igual a igual, y con el ánimo de preguntarnos y aprender de la observación terapéutica y gratuita a la que nos invita cada vez que tenemos la oportunidad de sumergirnos en ella. Para la gran mayoría no hace falta que nos sigan confirmando los estudios más sesudos de diferentes universidades y multitud de países, sobre las bondades de sumergirnos en espacios verdes, como, bajada de tensión, mejores resultados en estudios, menos criminalidad y agresividad, mejor recuperación de cirugías etc.
Ya ni siquiera hablo de la belleza de un bosque, subrayo lo de “espacio verde” porque lo más fácil, es poder disfrutar de espacios saludables y hermosos como los jardines, parques forestales, jardines comestibles, y por supuesto, los bosques, que todos ellos nos aportan serenidad y salud física y mental.
No vamos a entrar hasta donde estamos dispuestos a renunciar a ciertos hábitos, ni hasta donde estamos dispuestos a esforzarnos en poner esa gotita de agua que aportaba el colibrí para apagar el gran incendio.
Por favor, aquí quería llegar. Seamos honestos, la naturaleza se conformaría con dejarla de agredir continuamente. Ella solita se basta y se sobra para recuperar los espacios que la hemos arrebatado. Bastaron unas semanas de confinamiento para comprobar que llamaba de nuevo a nuestras puertas.
Algo fácil, en favor de la naturaleza, que crea unión y empatía entre las personas que lo practican, es plantar árboles, reforestar zonas deterioradas, o plantas en general, acordes con el entorno y asesorados por personas experimentadas. Como en todo, conviene estar acompañado/a por quien sabe.
Desde Afanias Jardiser, aportamos al bien común, con nuestra experiencia y cariño en todo lo que hacemos. Y pocas cosas nos producen tanta satisfacción, cuando llega el descanso nocturno, cuando reflexionamos después de un trabajo en equipo, con voluntarios/as de diferentes entidades, edades, y sensibilidades, al finalizar una jornada donde nos hemos dado de la mano para hacer una plantación en común, lúdica, divertida y compartiendo un tiempo de integración, de generosidad y vital importancia para el presente y para lo que venga.
Para quien no nos conozca, trabajamos a diario principalmente con dos cometidos muy claros;
– Incorporar nuevos trabajadores a la plantilla de Jardiser con personas con capacidades diferentes.
– Ofrecer una oferta amplia, original y a destacar por el buen hacer. Son varios campos con resultados asegurados:
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Creamos espacios verdes, ajardinamiento con criterio, y buscando siempre la belleza. Y como pioneros desde hace más de 30 años, lo más adaptados al consumo y retos que plantea el cambio climático, con la escasez de agua que nos toca vivir. Una jardinería xerófila, con prioridad de autóctonas y combinada con la estética, bajo mantenimiento y reducido consumo hídrico.
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Mantenimiento de jardines y espacios verdes, por difíciles que sean, y proponiendo siempre combinar belleza y sobriedad. Siempre tenemos respuesta a los retos.
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Reforestaciones donde de verdad se valore la viabilidad y donde podamos conjugar la generosidad de la entidad, que lo costea, y que nos ofrece voluntarios/as para colaborar un día al aire libre, con el lugar donde valoremos con las autoridades locales o de la Comunidad y por supuesto, con nuestra propuesta y colaboración profesional para llevar a buen término los trabajos al aire libre.
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Creación de bosques comestibles, por razones obvias. Son reales y muy posibles, y todos/as nos gustaría vernos jubilados, desayunando con higos y almendras, comiendo con avellanas y nísperos, merendando con cerezas y cenando castañas asadas.
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Espacios interiores acogedores. Que mejor que ir a trabajar a un espacio donde las plantas tienen un protagonismo que nos ayudan a ser más cordiales, con menos estrés, con más empatía entre trabajadores y con un ambiente que nos centra y nos aporta paz.
En verdad, cada día, de una forma anónima, son muchas las personas que ponen su gotita de agua, sin aspavientos, sin que tú o yo lo sepamos, pero están ahí.
Antes que desaparezcan otros dos billones de árboles como en los 200 últimos años, podemos hacer por frenarlo antes que desaparezcamos nosotros. Que a nadie se nos olvide que nosotros dependemos de ellas, pero ellas no dependen de nosotros.
Una plantación conjunta es de lo más sostenible, sanador, divertido, barato y crea vínculos entre todo tipo de personas. Y si no sales de la ciudad o al jardín, insisto, rodéate de plantas en casa, en la oficina, notarás la diferencia. Seguro. Ellas son amables.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial del Medioambiente 2023.