El aumento de las temperaturas derivado del cambio climático está teniendo múltiples efectos negativos, como el incremento de las plagas urbanas especialmente de insectos. Las ciudades constituyen auténticos ecosistemas en los que conviven los humanos con otros animales, pero el calentamiento global está produciendo un aumento significativo de las plagas, que pueden poner en riesgo la sanidad ambiental y afectar al día a día de los ciudadanos.
Una subida global de la temperatura tiene un efecto directo en el incremento de las plagas debido a que el periodo más frío y adverso se acorta, esto favorece a los ciclos de reproducción siendo más cortos y frecuentes. Muchas especies de insectos como las cucarachas o los mosquitos que proliferan más en la época estival están incrementando su presencia en otras épocas del año como la primavera o el otoño.
Mayor riesgo de transmisión de enfermedades
Las cucarachas, por ejemplo, tienen un gran potencial para reproducirse, y una gran capacidad de adaptación a las diferentes condiciones ambientales, siendo por ello una de las plagas que más está creciendo.
Además, este clima más cálido está contribuyendo al asentamiento de especies invasoras que encuentran nuestro clima cada vez más cálido y acogedor. Éste es el caso del mosquito tigre, que al igual que otros insectos, se ve muy condicionado por el clima. Podemos observar cómo desde su llegada a la península en 2004, la población no ha parado de crecer anualmente debido, en parte, a los efectos del cambio climático.
Y es que el calentamiento global es el factor determinante para que especies invasoras se adapten al clima. Este aumento de las temperaturas también favorece que los virus que transmiten los mosquitos se repliquen con mayor facilidad y rapidez. En este sentido, los expertos apuntan que cada vez más especies tropicales de mosquitos llegaran a nuestro territorio, las cuales pueden trasmitir enfermedades como el Dengue o el Zika.
Una de las problemáticas más preocupantes para la salud pública son las posibles transmisiones de enfermedades de los animales a las personas. La mayor abundancia de plagas incrementa las probabilidades de transmisión. En este sentido, los vectores más habituales suelen ser insectos como cucarachas, mosquitos, garrapatas o moscas.
Actuar de la manera más ágil y eficaz posible
Ante esta creciente problemática, Anticimex, empresa especializada en control de plagas, recomiendo actuar con la máxima celeridad con técnicos especializados para identificar la especie, evaluar el grado de infestación para así poner en marcha las medidas apropiadas para erradicar la plaga antes de que la situación sea compleja. En el caso de Anticimex, disponen del conocimiento de técnicos especialistas e innovadores sistemas que priman la eficacia, además de garantizan el bienestar, la salud de las personas y el mínimo impacto ambiental.
Tal como afirma Eduard Durany, Product Manager en Anticimex España: “Ante cualquier indicio es muy importante contar con profesionales para determinar la especie que causa el problema, el origen de esta para evaluar el grado de infestación y actuar de la manera más ágil y eficaz posible”.
En cuanto al mosquito tigre, es vital saber cómo actúa. “Su temporada de actividad va de mayo a octubre y, a diferencia de otras especies de mosquitos autóctonas, tiene actividad diurna, picándonos principalmente antes del atardecer en la zona de los tobillos. Su rango de vuelo es muy reducido, de unos 400 metros en toda su vida, por lo que si nos pica un mosquito tigre muy posiblemente lo estemos criando en nuestro jardín sin querer”.
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