La XI Jornada Ambiental, organizada conjuntamente entre Familia Torres, la Universidad de Barcelona y el meteorólogo Tomàs Molina, ha reunido este miércoles en el Aula Magna de la UB a doce expertos y activistas climáticos para hablar del efecto de la crisis ecosocial que vivimos en la salud mental y en el futuro de los jóvenes y cómo la angustia climática está generando acciones de protesta por parte de quienes tendrán que vivir en un futuro con perspectivas no muy buenas. Un hecho que los puede llevar a jugar un papel importante en su construcción y en un cambio necesario y que, de hecho, podría convertir el problema en parte de la solución, impulsándolos a actuar. Unas 150 personas han asistido presencialmente a la jornada y más de un centenar más la han seguido virtualmente desde el canal YouTube de la UB.
En la inauguración, Tomás Molina ha recordado los inicios de la Jornada Ambiental, en el año 2012, el objetivo ya era entonces generar un debate universitario, científico y social, que fue centrándose en sucesivas jornadas en el cambio climático, las energías renovables, el agua, etc. Miguel A. Torres, presidente de Familia Torres, ha apuntado que, a pesar de todas las alertas y la emergencia clara que vivimos, “todo sigue igual, no hay cambios, no se ve voluntad de cambiar radicalmente la situación”. Aunque cada vez sean más las empresas con un compromiso ambiental, “seis de las diez empresas más grandes del mundo son del sector del petróleo y es muy difícil luchar contra ello”. “Según la revista Nature, estamos superando todos los límites para que la Tierra sea habitable”, ha recordado Torres, y si no hacemos nada eso nos puede llevar “a la extinción”. Citando a la famosa activista Greta Thunberg, ha concluido, “it’s time to rebel“.
Teresa Jordà, Consellera d’Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural, ha apuntado que la ecoansiedad no es solo cosa de los jóvenes sino de toda la ciudadanía, aunque “hablemos muy poco” y “requiere valentía”. “Durante demasiados años nos hemos pensado que los recursos eran infinitos y que lo podíamos hacer todo, que todo se valía”, y “se ha avanzado” en el cambio, pero “no lo suficiente”. “Todavía no se ha abierto el debate sobre los usos del agua”, y el sector que paga casi todas las consecuencias es el primario, los agricultores y ganaderos, un sector importantísimo para la adaptación al cambio climático. Desde un punto de vista social, además, ha concluido Jordà, “estamos avanzando en la transición energética”, pero hay que recordar que “no hay ninguna revolución que no deje mucha gente atrás” y, en este caso, deberíamos evitarlo.
El rector de la UB, Joan Guàrdia, ha hablado de la respuesta a la emergencia climática como una causa colectiva que interpela a todos y nos lleva a actuar ante un reto. Y en los últimos años, esta respuesta ha ido creciendo y “no tiene marcha atrás”. Esto es, ha dicho, “una gran oportunidad”.
Anna Barnadas, secretaria d´Acció Climàtica, bióloga y docente, ha dicho durante su intervención que somos “muy reticentes a los cambios” y, además, “hemos hecho de la economía el puntal máximo de nuestro progreso”. No debemos “salvar el planeta”, el planeta vivirá, sino ser humildes –y sinceros– y “salvar la vida de nuestra especie”. Además, hay que revisar la sociedad, sus valores y aterrizarlo todo con ciencia y datos. Así, los jóvenes pueden volverse resilientes, y ser un relevo que, además, ha remarcado, debería entrar en política porque es la manera de transformarlo todo.
Los aspectos clínicos y científicos de la ecoansiedad
En un primer bloque, la ecoansiedad ha sido abordada desde un punto de vista clínico, describiendo y analizando qué es y por qué se produce. En dos conferencias consecutivas que se complementaban, la doctora Virginia Krieger, de la Facultad de Psicología de la UB, y Caroline Hickman, psicoterapeuta de la Universidad de Bath (Inglaterra) y coautora del estudio científico más grande que se ha publicado sobre esta materia, han analizado este problema global y que cada vez es más prevalente entre niños y jóvenes.
La angustia por la incertidumbre en el futuro y la imposibilidad de controlarlo, sentimiento común en nuestra sociedad, hace percibir a los jóvenes que no tienen futuro, que la humanidad está condenada y que, además, los gobiernos no responden como es debido.
Ante todo, las expertas han propuesto dos vías diferentes pero complementarias para enfrentar el problema. Por un lado, observar los indicios del desarrollo de esta angustia y, desde el entorno familiar y social inmediato, promover la alfabetización ecológica y la implicación de niños y jóvenes en acciones en favor del medio ambiente y la sostenibilidad, además del desarrollo de estrategias para mejorar el bienestar emocional. Por otro, los gobiernos del mundo deberían responder claramente, protegiendo la salud mental de sus ciudadanos emprendiendo políticas éticas y colectivas contra el cambio climático para reducir el estrés que sufren y mejorar su visión del futuro.
El activismo climático como reacción y necesidad
El segundo bloque de la Jornada Ambiental lo ha abierto el profesor del CSIC Fernando Valladares. Tras denunciar el impacto del negacionismo, una minoría que se enlaza con intereses políticos, sociales, económicos… ha contrapuesto la ecoansiedad, una reacción a una situación muy grave y que debe combatirse desde la raíz, ya que es un problema que puede impedir la acción. Y la acción, justamente, mejora la ecoansiedad, y el activismo es una de esas formas terapéuticas. También se puede reaccionar con ira, una manera de canalizar la preocupación de manera positiva y que puede llevar a un activismo más intenso, que rompa inercias, lo que hay detrás de ‘Fridays for Future’ o las acciones en museos de arte de todo el mundo. Un movimiento social que “no se puede ignorar y tiene una gran potencia”. Conectar estas dos reacciones es muy importante para poder cambiar las cosas, “muy saludable” para las personas y los colectivos, un “círculo virtuoso” que podría salvarnos del “precipicio” hacia donde nos dirigimos. Es por ello por lo que ha invitado a reflexionar y a actuar para conseguir la ruptura que necesitamos.
Después, Tomás Molina y Carlota Bruna, dietista-nutricionista y embajadora del Pacto Europeo por el Clima, han hablado de la ansiedad climática. En base a una encuesta llevada a cabo durante las mismas Jornadas, han señalado cómo de generalizada es esta preocupación en todas las franjas de edad, que se manifiesta como impotencia, ansiedad y tristeza, pero también en ira y miedo. Una angustia sobre el futuro de la humanidad y sobre el curso de la propia vida que se refuerza con un efecto prácticamente nulo de las políticas públicas a la hora de apaciguarla con sus acciones.
La reconocida activista climática alemana Luisa Neubauer, coorganizadora de “Fridays for Future”, también ha intervenido con una pequeña ponencia titulada ¿Por qué deberías ser un activista climático? Crecida en los noventa, una época dorada donde parecía que todo era posible y nada parecía un problema. Sin embargo, vio que la situación empeoraba rápidamente y los gobiernos no hacían casi nada para ponerle remedio. Así pues, finalmente, vio que tenía el deber de intervenir, y como ella muchos más jóvenes, para que los cambios no sean sólo cosméticos sino reales y profundos. Una reacción contra el futuro hacia donde vamos, pero también hacia la inacción y la tristeza ante este horizonte oscuro.
La recta final de la Jornada Ambiental ha comenzado con una mesa redonda sobre acciones iniciadas por jóvenes ante esta gran crisis. Desde Greenpeace España, Dani Arenas ha querido romper la “visión heroica” de los activistas climáticos y reivindicar a todas las personas que hay detrás y que hacen posibles las acciones. Todo el mundo puede poner su grano de arena. Elisabet Manich ha explicado la génesis de la Asamblea Ciudadana por el Clima de Barcelona y cómo se organizaron para elaborar propuestas para las instituciones. Maria Serra, embajadora del Pacto Europeo por el Clima, ha hablado del deber de hablar con todo el mundo, de ir a todas partes, de involucrarse en el futuro de un mundo que tendremos que vivir todos. “La ecoansiedad viene de no estar dentro de la sala” donde se toman las decisiones y no entiendes qué hacen ni puedes influir. Finalmente, Beatriu Garcias, de End Fossil Occupy Barcelona, ha hablado de los movimientos nacidos para convertir esta ecoansiedad en acción directa no-violenta para enfrentar la crisis climática y ha afirmado que los medios no dan visibilidad a sus acciones, a menos que recurran a iniciativas espectaculares.
La jefa de Comunicación de la Representación de la Comisión Europea en Barcelona, Laura Rahola, ha hablado del futuro de los jóvenes en Europa y de lo que están haciendo las instituciones comunitarias. La realidad es la que es, ha admitido, pero ha apuntado que hace cuatro años que el cambio climático es la “prioridad absoluta” de la Comisión Europea. Esto, sin embargo, dependerá de las opciones políticas que gobiernen en el continente, y por lo tanto es necesaria la participación ciudadana para continuar e incluso acelerar el trabajo que se ha puesto en marcha.
La profesora Teresa Sauras, de la Facultad de Biología de la UB y delegada del rector para la Sostenibilidad, ha presentado las conclusiones de la Jornada, haciendo un pequeño resumen de las intervenciones, antes de la clausura, que ha ido a cargo del vicerrector adjunto Ernest Abadal, Miguel A. Torres y Tomàs Molina. La XI Jornada Ambiental ha finalizado con un llamamiento colectivo para detener la dependencia del petróleo a través de camisetas con el mensaje “JUST STOP OIL” que han lucido algunos ponentes, miembros del comité asesor y asistentes a la jornada.
El vídeo completo de la jornada está disponible en https://www.ub.edu/ubtv/video/
Consulta más información responsable en las publicaciones Corresponsables y en el Caso Práctico de Fundación Familia Torres en el Anuario Corresponsables 2023.