¿De qué forma está vuestra organización apostando por las buenas prácticas sostenibles?
En un contexto tan amplio como es la sostenibilidad resumiríamos dos grandes ámbitos de trabajo bajo los cuales se desarrollan diferentes prácticas que tienen un impacto directo tanto en nuestra actividad como en nuestros grupos de interés.
Estos bloques, que los presentamos como “Agricultura Responsable” y “Productos Sanos y Sostenibles”, se traduce directa y principalmente en aplicar políticas para promover una gestión agrícola responsable, a contribuir al desarrollo sostenible en nuestra cadena de suministro y a trabajar con modelos de producción y consumo eficientes y sostenibles. Esto sin olvidar la parte social y el capital humano de “Gente Comprometida”, con iniciativas y objetivos orientados a las personas y equipo que forman Borges, así como las comunidades locales en las que trabajamos.
La forma en la que apostamos por desarrollar este tipo de prácticas es integrándolo en el día a día de todas las áreas y equipos, ya que toda actuación que hacemos y decisión que tomamos, tiene un impacto directo hacia nuestro entorno.
¿Nos puedes explicar brevemente vuestra evolución en dichas prácticas hasta la actualidad?
Como en todo proceso hay una primera fase de análisis y de debate interno, de cuestionárnoslo todo, de preguntarnos qué impactos reales tiene lo que estamos haciendo, qué aportamos al consumidor, qué le podríamos aportar para mejorar aún más su salud y su alimentación, qué prácticas de mi día a día podrían influir en un futuro desde un punto de vista ambiental o social, entre otras. Hay muchísimas cuestiones que tiene que estar presentes en el día a día de cualquier organización.
En el momento que tenemos la madurez y los debates de forma transversal e incluyamos los riesgos de la agenda mundial en nuestro día a día – como puede ser los efectos del cambio climático-, entonces es cuando vemos un cambio notorio en nuestras prácticas. Si no cambiamos nada, nada va a cambiar. Consideramos que estamos avanzando desde esta perspectiva y hacia estos objetivos y esto permite que en la actualidad podamos arrancar proyectos y tomar decisiones en base a criterios sólidos y bien fundados. Y lo más importante, que tienen un impacto directo a nuestros consumidores, proveedores y trabajadores/as, entre otros.
¿Puedes especificarnos algunas buenas prácticas y/o iniciativas concretas que estáis llevando a cabo en esta materia y qué objetivos persiguen?
Destacaríamos como una de las principales líneas de trabajo la lucha por la descarbonización en la industria y la reducción de emisiones de CO2, donde en los últimos años, a través de la adquisición de energía eléctrica renovable hemos podido evitar anualmente la emisión de 8.000 toneladas de CO2. Por otro lado, en materia de aprovisionamiento también perseguimos objetivos enfocados a promocionar un modelo agrícola sostenible y que pueda formar parte de la solución para frenar el cambio climático.
Necesitamos unos suelos fértiles y sanos, acompañados de un ecosistema y una biodiversidad rica. Para ello, desarrollamos planes para fomentar la biodiversidad en nuestras fincas, desde un punto de vista holístico, teniendo en cuenta el manejo de nutrientes, la gestión del suelo, la escasez de recursos naturales como es el agua y potenciando técnicas de agricultura de precisión para adaptarnos a las necesidades de las plantas.
¿Cuáles son los otros grandes retos y desafíos de tu organización/empresa en materia de gestión socialmente responsable?
Vivimos en un entorno con muchos factores externos, sociales, ambientales y económicos de los que dependemos directamente y que también influyen en la definición de nuestra gestión responsable. Por eso, en nuestro camino nos acompañan grandes retos que pasan especialmente, por un lado, por capitanear un sector agrícola y alimentario que fomente un modelo de producción y consumo sostenible, a través de un modelo capaz de garantizar la seguridad alimentaria mundial. Y por otro, por promover al mismo tiempo ecosistemas saludables que apoyen una gestión responsable de la tierra, el agua y los recursos naturales.
Otro gran ámbito es el de la Salud y la Nutrición. En este sentido, tenemos una gran responsabilidad hacia nuestros consumidores y clientes, tratando de ofrecer siempre productos sanos y sostenibles, aplicando continuamente mejoras nutricionales en nuestros productos y ampliando nuestra oferta reforzando siempre las grasas saludables en nuestra dieta. Esto nos ha llevado por ejemplo a lanzar nuevos productos, que representan una alternativa a grasas saturadas presentes actualmente en la industria.
¿Qué importancia tiene para vuestra empresa colaborar con la Fundación Empresa y Clima y qué beneficios creéis que os aporta en vuestra transición climática?
Todos somos conocedores de la importancia de las alianzas, de crear sinergias entre empresas y fundaciones para poder alcanzar unos objetivos comunes. Con la Fundación Empresa y Clima concretamente, compartimos una hoja de ruta común, persiguiendo unos objetivos en materia de transición climática y que compartimos también con muchas otras empresas del sector.
Esta colaboración nos ha ayudado a comprendernos mejor, a calcularnos, a vernos desde otro punto de vista y a estar al día de nuevas legislaciones. Esta alianza hace que nos podamos adaptar a los nuevos contextos y especialmente a prepararnos para el futuro.
Esta entrevista forma parte del Dosier Corresponsables: La transición hacia una economía verde, promovido por la Fundación Empresa & Clima