Uno de los grandes compromisos en los que está inmerso el sector del transporte de viajeros por carretera es su contribución al esfuerzo colectivo de hacer un mundo más sostenible y contribuir, a través de la movilidad responsable, a la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero y reducir los efectos del cambio climático que amenaza a nuestras sociedades. Nuestro foco está además puesto en el usuario en contribuir de forma decidida a garantizar la movilidad para todos, condición básica de la calidad de vida. Estos desafíos podemos resumirlos en dos retos principales, descarbonización y digitalización.
El proceso de descarbonización, que ya habíamos iniciado en el sector antes del COVID, es ahora un reto apremiante y una oportunidad dado que es precisamente la descarbonización una de las prioridades del Plan de Recuperación y Resiliencia y uno de los criterios para la asignación de los fondos europeos con los que está dotado. Es una realidad que el autobús es uno de los modos de transporte menos contaminantes, tan solo representan el (…)
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