La construcción, como la conocemos hoy en día, es un gran consumidor de materias primas y un gran generador de residuos y la situación comienza a ser insostenible. Los desechos se acumulan y los recursos se agotan, el cambio es ahora más necesario que nunca. Según el último informe de la ONU “2020 Global Status Report for Buildings and Construction”, las emisiones derivadas de la explotación de los edificios alcanzaron en el año 2019 su nivel más alto, con el 28% del total a nivel mundial.
Con la inclusión de las emisiones de la construcción de edificios, este porcentaje aumentó hasta el 38% del total de emisiones mundiales de CO2. Por otro lado, en la Unión Europea, la construcción es responsable del 36,4% de la generación de residuos, siendo la actividad con el mayor porcentaje.
Resulta necesario realizar un cambio de modelo y desvincular el desarrollo económico del consumo masivo de materias primas y de la degradación del medio ambiente. La solución al problema asociado al sector de la construcción está en la economía circular, que huye del modelo lineal de extraer-producir-usar-tirar y opta por un modelo circular de extraer-producir-usar-recuperar, eliminando así el concepto de residuo.
Grupo Construcía es la primera compañía constructora que ha sido capaz de desarrollar una metodología propia y certificada para construir bajo un modelo de economía circular, un modelo que no consume nuevos recursos, no genera residuos, crea espacios saludables para las personas y el medio ambiente y, además, es rentable. Es la metodología Lean2Cradle®. Esta combina los beneficios de los principios del Cradle to Cradle, donde los materiales y productos utilizados están diseñados desde el inicio para ser seguros, saludables y circulares, con la metodología constructiva Lean Construction, con la que se optimizan recursos, tiempos y costes.
Los beneficios de la construcción circular asociados al medio ambiente parten de esa eliminación del concepto de residuo. Los productos, además de analizarse a nivel molecular para evitar toda sustancia tóxica, se diseñan para poder ser reincorporados en nuevos ciclos al final de la vida útil del edificio en el que están instalados. Estos productos saludables ayudan a reducir la huella de carbono del edificio, las toxicidad ambiental o ecotoxicidad y la toxicidad humana.
Pero además de los múltiples beneficios medioambientales, tiene beneficios para la sociedad y la economía. Un edificio circular mejora la calidad del aire interior y el confort lumínico, térmico y acústico, y genera además un mejor comportamiento financiero del activo (mayor valor residual, menor riesgo de mercado y regulatorio, menor coste de mantenimiento, aumento de la productividad de los ocupantes, incremento de la demanda…)
La metodología Lean2Cradle® consigue aumentar el valor de los activos, no solo generando un impacto positivo a nivel económico, sino también en las personas que los ocupan, en la sociedad y en el medio ambiente.
Primer Informe sobre Construcción Circular en Europa
A través de este informe, elaborado por el Grupo Construcía, se analiza en profundidad la metodología Lean2Cradle® y las herramientas que han desarrollado para medir y tangibilizar el valor social y financiero que se deriva de su aplicación. Un documento en el que se recogen las claves de la aplicación de la economía circular al sector de la construcción y se analizan los diferentes impactos positivos que genera.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial del Medioambiente, promovido por Ayuda en Acción dentro de su proyecto #1Planet4All, financiado por la Unión Europea.