A pesar de que en España la superficie forestal ha aumentado considerablemente en las últimas décadas debido al abandono de usos tradicionales y al éxodo rural hacia las ciudades, el país sigue siendo deficitario en madera. Sin embargo, esta realidad, que comparte con otros países europeos, contrasta con la situación en países en vías de desarrollo, donde la agricultura (incluida la ganadería, la producción de soja, aceite de palma…etc) es la principal causa de pérdida de bosques en los trópicos. Además, la ampliación de carreteras, los incendios y la tala comercial también contribuyen a la destrucción y degradación de estos bosques.
El estudio publicado por Environmental Research Letters señala que a nivel mundial se ha perdido más del 60% de la superficie forestal per cápita en 60 años, lo que equivale a 81,7 millones de hectáreas de bosque desde 1960 hasta 2019. Según National Geographic, aproximadamente un tercio de la pérdida de cobertura forestal ocurrida desde el año 2000 en el mundo se debe a la deforestación, principalmente provocada por nuevos usos del suelo. Estos datos son un claro indicativo de los drásticos cambios que la actividad humana está provocando en el planeta y evidencian una preocupante realidad. Esta situación tiene repercusiones negativas en el ecosistema, amenaza la vida de las personas y genera graves consecuencias en la economía local, la biodiversidad y la calidad del aire.
Asumir nuestra responsabilidad
Se prevé que estos acontecimientos se acentúen con el paso del tiempo, a causa del aumento de la población mundial y la creciente demanda de productos agrícolas, además de los efectos del cambio climático que afectan a la producción de alimentos. En este sentido, es necesario encontrar una solución sostenible que frene la deforestación y degradación forestal, haciendo hincapié en la deforestación importada. Los impactos de esta práctica tienen una relación directa con la alta demanda de productos cultivados fuera de las fronteras europeas como la madera, la carne de ganado, el aceite de palma u otros productos agrícolas.
En el contexto actual, es crucial asumir nuestra responsabilidad en la promoción de un modelo de producción y consumo alternativo. Este compromiso cobra aún más relevancia dado que la Unión Europea ha aprobado recientemente una nueva directiva conocida como ‘Productos Libres de Deforestación’ (EUDR), la cual busca detener la actividad de empresas que comercializan en el mercado europeo productos básicos vinculados a la deforestación.
‘’Bosques Vivos’’
La Fundación COPADE, comprometida con esta emergencia medio ambiental, pone en marcha la iniciativa ‘’Bosques Vivos: ciudadanía y empresa comprometidas en la lucha contra la deforestación importada’’. El propósito de este proyecto es concienciar tanto a las empresas como a la población española sobre la relevancia de conservar nuestros bosques y adoptar prácticas sostenibles en la producción y el consumo. Con el objetivo de sensibilizar a más de 50.000 personas, busca fortalecer el compromiso de la ciudadanía española y el tejido empresarial con el desarrollo sostenible y la Agenda 2030.
Esta iniciativa, que cuenta con el apoyo financiero de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid), abarca diversas áreas con el objetivo de fomentar mejoras que beneficien a todos los implicados. Esto incluye no solo a quienes participan en la cadena de producción, como empresas, organizaciones y gobiernos, sino también a los eslabones finales de la cadena de consumo.
Además, se presta atención a otros actores clave, como las comunidades rurales, donde se busca disminuir la deforestación mediante la promoción de prácticas sostenibles y la preservación de los recursos naturales, siendo estas poblaciones vulnerables en los países donde se origina la “deforestación importada”, donde se trabajará proporcionándoles información pertinente sobre este fenómeno y alternativas sostenibles.
El proceso de actuación implica colaborar con las comunidades afectadas por la deforestación, recopilando información mediante entrevistas y estudios, aprovechando la presencia de COPADE en varios países de Latinoamérica y sus relaciones con organizaciones locales. Además, también se realizarán guías corporativas, eventos y jornadas de reflexión para involucrar a los actores en la producción de productos que causan la deforestación. Asimismo, se organizarán actividades para concienciar a las personas consumidoras sobre la importancia de elegir productos libres de deforestación, a través de eventos y foros.
Modelo de producción y consumo más consciente
La puesta en marcha de “Bosques Vivos: ciudadanía y empresa comprometidas en la lucha contra la deforestación importada” se alinea con varios Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Agenda 2030. En primer lugar, buscará contribuir con el fin de la pobreza (ODS 1) al reconocer la importancia de los bosques como medio de vida para comunidades enteras vinculados a ellos. Además, promoverá la conservación de los ecosistemas terrestres (ODS 15) mediante prácticas sostenibles de producción y consumo.
“Desde la Fundación COPADE, entendemos la trascendencia de abordar no solo la deforestación desde una óptica ambiental, sino también desde una perspectiva social. En este contexto, más allá de alinear nuestras acciones con los objetivos de la Agenda 2030, nos enfocamos en comprender exhaustivamente los impactos que generan nuestras actividades en el entorno y las comunidades locales.’’ señala el Director General de COPADE, Javier Fernández.
Por otro lado, también abordará la reducción de las desigualdades (ODS 10) al garantizar la inclusión y participación de comunidades locales y poblaciones rurales. Asimismo, esta iniciativa fomentará la producción y el consumo responsable (ODS 12) al impulsar operaciones empresariales responsables. Para alcanzar estos objetivos, el plan de acción incluye la formación de alianzas para lograr la concesión de los objetivos (ODS 17).
‘’De hecho, nuestra herramienta Compromiso Huella Social y Sostenibilidad, analiza el impacto ecológico de las acciones vinculadas a los bosques y estudia sus repercusiones en las personas y comunidades que dependen de ellos. Al integrar la Huella Social en nuestras estrategias, no solo nos comprometemos con la preservación del medio ambiente, sino también con el bienestar de las comunidades locales y la promoción de prácticas sustentables en el sector forestal.’’ declara Javier Fernández. ‘’Esta herramienta nos impulsa hacia un modelo de producción y consumo más consciente, donde se prioriza el equilibrio entre la conservación ecológica y el progreso social, contribuyendo así a la construcción de un futuro más equitativo y sostenible para todos los involucrados.’’ concluye el director general de COPADE.
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