Entrevista con Cristina Giménez, directora de Identidad y Misión de Esade para hablar sobre la Semana de la Sosteniblidad, organizada por esta institución el pasado mes de abril, así como sobre las acciones llevadas a cabo por la universidad para impulsar la RSE y la formación en esta materia.
Esade celebró la primera edición de su Semana de la Sostenibilidad del día 12 al 18 del pasado mes de abril ¿cuál ha sido el objetivo de este evento?
La idea era construir, junto con nuestros alumnos, antiguos alumnos y todo el personal de Esade, un espacio de debate, de conversación y, sobre todo, de concienciación, acerca de cuáles son los principales retos sociales y medioambientales a los que se enfrenta nuestra sociedad.
Ha sido fruto de la colaboración, una circunstancia que ha supuesto un antes y un después en la manera de gestionar la sostenibilidad en Esade. De hecho, el claim de la semana era “Working Together for a Better World”, porque lo que queríamos era unir esfuerzos, algo muy en línea con el ODS 17 de las Naciones Unidas, partnership y colaboración.
Este trabajo ha puesto de relieve que para construir una visión y unos objetivos compartidos necesitamos trabajar todos juntos, poniendo el énfasis y el foco en las personas y en el planeta.
¿Qué acciones se han llevado a cabo?
Hemos organizado más de una treintena de actos, todos ellos en colaboración con los alumnos, como sesiones de debate o talleres, y muchas actividades entre las que caben destacar un cinefórum, una exposición de arte o una jornada de limpieza de playas. La idea era trabajar desde la concienciación hasta la acción.
Entre los temas que hemos abordado destacan el acceso a la educación para contribuir a la reducción de la desigualdad, el consumo responsable de la moda o los modelos de negocio sostenibles. En este apartado contamos con la participación de antiguos alumnos que han puesto en marcha negocios relacionados con la economía circular y el desarrollo sostenible porque nuestro objetivo no era solo tomar conciencia de los retos, sino ver que es posible contribuir a la sociedad y tener un impacto positivo.
También hemos organizado sesiones con entidades del tercer sector y otras centradas en la salud, porque la idea durante toda esta semana no era solo abrir nuestra mente, sino abrir también nuestras emociones y nuestra voluntad. La situación de emergencia climática en la que nos encontramos requiere una transformación social que esté basada en nuevos enfoques y comportamientos, y esto no es posible sin una actitud de descubrimiento, apertura y de comprensión mutua. Esto es lo que buscamos no solo conversando, sino haciendo otro tipo de actividades más humanistas, relacionadas con la música, el arte, etcétera.
En este sentido me gustaría también destacar la participación del experto en liderazgo sostenible Chris Lowney durante la sesión de apertura. Lowney nos habló de tres tipos de actitudes que todos debemos desarrollar para tener un impacto positivo; apelaba, primero, a recordar que todos somos líderes, que todos tenemos una responsabilidad, y, segundo, que tenemos una oportunidad de liderazgo ante estos retos, que podemos ser heroicos, y que ser heroicos significa vivir y trabajar por propósitos mayores a uno mismo. La tercera actitud que destacaba era la de ser ingeniosos, disponer de libertad interior para asumir riesgos y no tener miedo a cambiar comportamientos o las formas de hacer las cosas porque siempre se hubiesen hecho de una determinada manera.
En el marco de esta iniciativa se celebró el Health Day (14 de abril), una jornada dedicada por completo al ODS-3, Salud y Bienestar. ¿Qué conclusiones se sacaron de las ponencias y de los testimonios de los expertos?
Nos centramos especialmente en el autoliderazgo, en cómo establecer unas rutinas para ser más resilientes. La transformación social requiere de actitud de descubrimiento, de comprensión mutua, de resiliencia, y la base para alcanzarlas es el autoliderazgo y el autoconocimiento. En ese sentido, es muy importante establecer rutinas que incluyan el silencio, el mindfulness, el conectar con lo más profundo de uno mismo….
También son claves los hábitos de nutrición saludables, la práctica del deporte o de la meditación. Para cuidar a los demás y al planeta, primero tenemos que cuidarnos nosotros mismos y mantener una actitud positiva, ser heroicos, ingeniosos, resilientes y, sobre todo, ser conscientes de que tenemos ante nosotros una gran oportunidad.
¿Con qué otras iniciativas impulsáis la responsabilidad social y la sostenibilidad desde Esade?
Como institución educativa, vinculada a la Compañía de Jesús y con una historia de más de 60 años, el compromiso por la justicia social está presente en nuestra misión desde su fundación. Desde hace años, lo que busca nuestra pedagogía es que los alumnos tengan una experiencia y una reflexión. Por ejemplo, trabajan en proyectos e iniciativas que contribuyan a reducir las injusticias sociales. Es decir, nuestros alumnos son expuestos no solo cognitivamente a conceptos e ideas, sino que además tienen un aprendizaje experiencial y reflexionan en base a esta experiencia.
Otra forma a través de la que intentamos contribuir a la sostenibilidad es a través del programa de becas para alumnos con talento, pero sin recursos. Hemos hecho un esfuerzo por ampliar el fondo de becas y poder llegar a más alumnos y darles acceso a nuestras aulas.
Además, pensamos que la mejor forma de educar a nuestros alumnos es transmitiendo valores a través de nuestra forma de hacer. Queremos ser el cambio que queremos ver en la sociedad y por eso estamos revisando nuestras propias operaciones y su impacto en el consumo de agua y de energía. Por ejemplo, desde hace un año, todo consumo de energía que realizamos en Esade proviene de energía renovable.
También me gustaría destacar que hace un año, a raíz de la situación de emergencia sanitaria y climática que estamos viviendo, propusimos a nuestro comité ejecutivo ser más ambiciosos en temas de sostenibilidad y emprender un plan de acción integral muy ambicioso. Como he comentado, llevamos muchos años haciendo muchas iniciativas, pero veíamos que teníamos la responsabilidad de ser una institución líder y de trabajar por esta transformación social.
Este plan de acción se inició en septiembre del 2020 e incluye tres etapas: la etapa de sensibilización, la etapa de diagnóstico y la etapa de visualización de nuestro futuro y desarrollo de nuestros compromisos. Esta Semana de la Sostenibilidad ha sido la culminación de la etapa de concienciación y el inicio de la etapa de diagnóstico. En estos momentos, para realizar el diagnóstico, hemos iniciado un análisis de materialidad con un diálogo con nuestros principales stakeholders y también hemos comenzado con el cálculo de nuestra huella de carbono. Pensamos que para conseguir las cero emisiones el primer paso que tenemos que hacer es estimar bien nuestra huella de carbono, considerando no solo el alcance dos sino también las emisiones indirectas, el alcance tres (que incluye por ejemplo, cómo nos desplazamos cada uno de nosotros al campus).
¿Qué formación ofrecéis desde Esade para preparar las generaciones futuras en los desafíos que plantea la Agenda 2030?
Los expertos sostienen que la Sostenibilidad no se puede abordar sólo desde un punto de vista cognitivo. No basta con introducir asignaturas y conceptos, también es muy importante trabajar desde el punto de vista emocional y espiritual. Emocional, porque tenemos que ser conscientes de lo que pasa a nuestro alrededor y empatizar con los más vulnerables; y, espiritual también, porque conecta con nuestro interior y permite el autoconocimiento y trascender al yo egocéntrico.
En Esade respondemos a este proceso incluyendo en todos nuestros programas asignaturas nucleares sobre dignidad, resistencia y cambio social; sobre sostenibilidad, negocios y valores, y sobre responsabilidad social. También tenemos programas específicos, como el grado “Bachelor in Transformation and Business and Social Impact” (BITBASI), que inicia su andadura este mes de septiembre y formaciones específicas en Esade Executive Education sobre dirección de entidades sociales, liderazgo e innovación social. Dentro de esta categoría de formación, acabamos de lanzar un programa sobre la integración estratégica de la Agenda 2030 y los ODS.
Pero más allá de nuestras asignaturas o títulos, yo pondría el énfasis en que la clave no solo reside en qué conceptos o qué ideas tratamos, sino en cómo lo hacemos, en un aprendizaje holístico basado en la experiencia y en la reflexión. Acompañamos a nuestros alumnos a crecer personalmente y a desarrollar su compromiso. Esto es posible gracias a la experiencia y reflexión posterior. Esta metodología les permite desafiar el statu quo, las referencias actuales, y reflexionar sobre los valores implícitos en toda toma de decisiones. Y, sobre todo, esta pedagogía produce cambios importantes, no solo en el pensamiento, también moviliza a la acción.
¿Cuáles son los próximos pasos que vais a dar en materia de responsabilidad social?
Ahora mismo nos encontramos realizando un análisis de materialidad, que incluye el cálculo de nuestra huella de carbono para poder luego reducirla, necesitamos saber qué estamos haciendo para generar esta huella.
Luego, aparte de este diagnóstico, también estamos llevando a cabo una revisión curricular; es decir, en nuestros programas están presentes estas asignaturas, pero ¿hay algo más que podamos hacer? La Sostenibilidad tiene que estar de forma nuclear en todas las asignaturas y en todas las áreas de conocimiento. No solo puede ser una asignatura que hable de valores, porque está presente en el Marketing, en las Operaciones, etcétera.