Según las Naciones Unidas, más de la mitad de la población mundial vive en ciudades y para 2030 se espera que la cifra aumente hasta alcanzar el 60%. Aunque las ciudades ocupan solo el 3% de la superficie terrestre, representan entre un 60% y un 80% del consumo de energía y el 75% de las emisiones de carbono.
Desafortunadamente, esta creciente urbanización de la sociedad ha traído consigo un mayor consumo de los recursos naturales y una mayor generación de residuos y de emisión de gases contaminantes. Así, con estas previsiones, no es de extrañar que uno de los ODS marcados en la Agenda 2030 de Naciones Unidas -el ODS 11-, se centre en conseguir ciudades y comunidades sostenibles, fomentando la reducción del impacto medioambiental, zonas verdes y un urbanismo sostenible.
En este punto, un eje esencial en las estrategias de economía circular para avanzar hacia la consecución de ciudades sostenibles es la gestión correcta y eficiente de los residuos y el reciclaje, una meta en la que la colaboración público-privada tiene un papel clave.
Y eso es algo que tenemos muy claro en Ecoembes, desde donde llevamos más de 20 años trabajando de la mano de ciudadanos, empresas y administraciones públicas para cuidar el medioambiente a través del reciclaje de los envases. Porque si algo hemos aprendido en todo este tiempo es que, para conseguir cualquier propósito, se necesita colaboración.
Pero no menos importante es la innovación, una herramienta primordial para dar respuesta a los grandes desafíos que tenemos por delante en materia de sostenibilidad y circularidad de nuestras ciudades.
No nos puede resultar ajeno que el mundo avanza a una velocidad vertiginosa, naciendo nuevas coyunturas que requieren de nuevas soluciones y, aquí, la innovación puede convertirse en la piedra angular del desarrollo, pero este debe ser sí o sí sostenible: no podemos entender el desarrollo de nuestras ciudades y municipios como algo independiente de la sostenibilidad.
En este sentido, desde Ecoembes llevamos tiempo trabajando por estar a la vanguardia en innovación y tecnología para adaptarnos y dar respuesta a las nuevas necesidades de la sociedad siempre con la vista puesta en el cuidado de nuestro entorno natural.
Resultado de ello es la creación, yace ya un lustro, de TheCircularLab, nuestro centro de innovación en economía circular para repensar todo lo que tiene que ver con los envases: desde su diseño sostenible, hasta la búsqueda de envases lo más respetuosos posibles con el entorno, pasando, por supuesto por la mejora y tecnificación del propio proceso de reciclaje. En definitiva, una iniciativa que nace para contribuir a crear unas ciudades inteligentes y circulares.
Este centro de innovación es la materialización de una apuesta rotunda por hacer más eficiente el sistema de reciclaje a través de la tecnología y la búsqueda constante de nuevas soluciones que ha permitido el desarrollo de proyectos como Smartwaste, una plataforma que ofrece a las administraciones información constante y actualizada para establecer rutas de recogidas de los contenedores personalizadas en función, entre otros, de lo llenos que estén.
Otro de los proyectos que mayor crecimiento ha tenido en los últimos dos años y que nació de este centro de innovación sobre economía circular es RECICLOS, un Sistema de Devolución y Recompensa (SDR) desarrollado con tecnología 100% española que aúna tecnología e incentivos para motivar a los ciudadanos a reciclar más y mejor sus latas y botellas de plástico de bebidas.
Toda esta evolución y, por qué no, revolución, en el ámbito del reciclaje se sirve de tecnologías como internet de las cosas (IOT), inteligencia artificial, reconocimiento de imágenes, tokenización, blockchain o big data. Innovaciones, todas ellas, relacionadas con el concepto de smart cities, que usa también la tecnología como herramienta para optimizar la eficiencia de los municipios y de su economía, pero de una forma sostenible y sostenida.
Sin lugar a duda, hay un largo camino por recorrer y fechas como el Día Mundial de las Ciudades nos deben ayudar a poner el foco en contribuir a la construcción de unas ciudades del futuro basadas en el reaprovechamiento de los recursos, conscientes de que la única forma de evolucionar es hacerlo bajo el paraguas de la sostenibilidad y que, para ello, tenemos a nuestro alcance un gran abanico de innovaciones tecnológicas de las que debemos hacer uso con el mejor de los criterios. Porque no solo debemos pensar en que nuestras ciudades y municipios crezcan, sino en que prosperen.
Y eso solo es posible si lo hacemos con la meta de alcanzar una sociedad 100% circular.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial de las Ciudades, en colaboración con LafargeHolcim.