Durante la temporada navideña el consumo de plásticos incrementa notablemente, se calcula que el número de residuos diarios aumenta un 30% en el mes de diciembre, en gran parte debido al uso de plásticos de un solo uso. A pesar de que cada año nos encontramos con la misma problemática, la prohibición de estos materiales en España sigue siendo un tema que suscita debate.
Tras la aprobación de la Directiva de Plásticos adoptada en 2019, un gran sector de la población ha manifestado preocupación por los efectos colaterales de esta ley, no precisamente para el medioambiente, sino para los fabricantes y los empleos derivados de esta industria.
El Dr. José Montoya Belmonte, Ingeniero industrial y docente de la Maestría Oficial en Economía Circular y Desarrollo Sostenible de la Universidad Internacional de Valencia – VIU, perteneciente a Planeta Formación y Universidades, cuenta con una mirada optimista respecto a estos temores infundados.
La industria del plástico no muere, solo se transforma
Según lo indica el experto, antes de que esta ley obligue a cerrar fábricas y eliminar puestos de trabajo, esta normativa puede representar una oportunidad para que el sector del plástico se transforme, promoviendo la creación de nuevos empleos relacionados con la fabricación de materiales más sostenibles y la mejora de los procesos de reciclaje.
«La prohibición está exclusivamente en plásticos de un solo uso, el plástico no va a desaparecer tan fácilmente, además, actualmente es un material muy necesario en muchos sectores por sus propiedades y que ninguno otro es capaz de proporcionar», afirma el docente de VIU. «Las empresas deben apostar por la inversión en temas de I+D+i, para mejorar y adaptar sus instalaciones a la fabricación de plásticos nuevos con un tanto por ciento de material reciclado o nuevas características como por ejemplo reducciones de micraje».
En España, una de las iniciativas más destacadas para que las empresas reduzcan el uso de plásticos de un solo uso es su adhesión al Pacto Europeo de los Plásticos, lanzado en 2020. Este pacto busca acelerar la transición hacia una economía circular en el ámbito de los plásticos, estableciendo objetivos concretos para 2025. Entre los compromisos destacan que todos los envases y productos de plástico sean reciclables o reutilizables y que, al menos, un 30% del plástico en los envases sea reciclado.
Este pacto, promovido por países como Francia y los Países Bajos, también incluye medidas para reducir el peso del plástico en los embalajes y aumentar la capacidad de reciclaje en al menos un 25%. Empresas de diversos sectores se han sumado, asumiendo compromisos de sostenibilidad y trabajando activamente para cumplir con estos objetivos.
Para las empresas dedicadas a la recolección y reutilización del plástico, la prohibición representa una oportunidad para generar nuevos puestos de trabajo y fomentar la innovación y el desarrollo. Estas empresas no solo adquirirán un papel más relevante en la economía circular, sino que también contribuirán a mejorar la calidad de vida de sus empleados, fortaleciendo el valor de su labor en un contexto más sostenible.
¿Cuál es la respuesta de la industria del plástico en España a estas regulaciones?
La industria del plástico en España ha respondido a las nuevas regulaciones de plásticos de un solo uso con varias estrategias clave que buscan adaptarse a las exigencias normativas mientras promueven prácticas más sostenibles y responsables:
Innovación: Muchas empresas han comenzado a desarrollar bioplásticos y materiales biodegradables para sustituir los plásticos tradicionales y cumplir con la normativa.
Economía circular: Se está avanzando hacia la producción de plásticos reciclables y reutilizables, fomentando el reciclaje y minimizando los desechos.
Colaboración con otras industrias: Las empresas plásticas están trabajando con sectores como el alimentario para crear envases más sostenibles que sigan siendo funcionales y cumplan con las normativas.
Asunción de responsabilidades: Las empresas están adaptándose a la responsabilidad ampliada del productor, cubriendo los costos de gestión y reciclaje de los productos que generan.
Los plásticos siguen siendo motivo de alarma ambiental
Un plástico puede tardar años en degradarse, y aunque se descompone, las partículas llegan de todos modos a los ecosistemas y hasta nosotros, los humanos. Un estudio reciente de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), por sus siglas en inglés, sobre microplásticos y nanoplásticos, y aunque pueden estar presentes en los alimentos, principalmente a partir de la contaminación ambiental del lugar donde se cultivan o crían los alimentos, no hay suficiente evidencia científica que demuestre que los microplásticos y nanoplásticos que se usan en envases migren a los alimentos y bebidas.
Las personas están expuestas a microplásticos y nanoplásticos por diversas vías, como es la inhalación a través del aire, la ingesta de alimentos contaminados y/o la absorción por el contacto con productos de cuidado personal aplicados sobre la piel.
Según la FDA, la evidencia científica actual indica que los niveles de microplásticos o nanoplásticos detectados en los alimentos no suponen un riesgo para la salud humana, de igual manera aquellos detectados en la salud humana.
El Informe de Evaluación de la Directiva de Plásticos de un Solo Uso, elaborado por la Rethink Plastic Alliance -que analiza la implementación de la directiva en los países miembros de la UE, incluida España- destaca el objetivo de reducir el 50% de estos plásticos para 2026 y hasta un 70% para 2030, aunque subraya que aún no existe una estrategia específica completamente desarrollada a nivel nacional en España para alcanzar estos objetivos.
Asimismo, la Evaluación de la Sostenibilidad de la Prohibición de los Plásticos de un Solo Uso, que investiga el impacto de esta prohibición en la contaminación marina y en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, demuestra que la prohibición de plásticos de un solo uso ha reducido la contaminación marina en un 5.5% en la UE, pero sugiere que es solo una solución parcial y que deben adoptarse medidas adicionales para disminuir el uso de productos de un solo uso, independientemente de su material.
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