¿De qué forma está vuestra organización apostando por las buenas prácticas sostenibles?
Eco Intelligent Growth (EIG) nace justamente para ayudar a las empresas a ser una fuerza de cambio positivo para la economía, el medioambiente y la sociedad. Cuando en 2004 leímos “Cradle to Cradle: Remaking the way we make things” (W. McDonough & M. Braungart) entendimos que era indispensable trabajar para iniciar este cambio de rumbo en nuestro contexto. Desde entonces nos enfocamos en ayudar a las empresas a adaptar la manera en que diseñan y fabrican sus productos —y también en la manera en que los comercializan—, diseñan, construyen y gestionan sus edificios, inspirándonos en los sistemas naturales donde no existe el residuo, la energía está disponible y es limpia y la diversidad hace al sistema más fuerte y resiliente.
¿Nos puedes explicar brevemente vuestra evolución en dichas prácticas hasta la actualidad?
Desde que se fundó EIG en 2005 hasta hoy ha habido un cambio radical en el contexto. Cuando comenzamos no existía la “economía circular”. El modelo lineal estaba en uno de sus picos de expansión, plena burbuja inmobiliaria y la sostenibilidad, en la mayoría de los casos, era poco más que un poco de maquillaje. En ese contexto, una propuesta como la nuestra era vista como utópica e innecesaria. Comenzamos trabajando en edificación, con programas de edificios sostenibles como LEED, agregando la capa Cradle to Cradle. También iniciamos nuestra andadura en la evaluación de productos con Cradle to Cradle Certified, en aquel entonces como licencia de MBDC, los creadores del programa.
Entre 2010 y 2012 se produce un punto de inflexión. Aparece la Fundación Ellen MacArthur impulsando con fuerza la economía circular, la Unión Europea anuncia la adopción de este modelo y, a partir de ahí y hasta hoy, la aceleración es exponencial.
En ese momento también se crea el Cradle to Cradle Products Innovation Institute y nos acreditamos como asesores independientes.
A finales de 2012, Grupo Construcía entra en nuestro accionariado para que los ayudemos en su transformación interna, convirtiéndose en nuestro principal aliado en el desarrollo de innovación en el sector de la construcción, e impulsando el cambio en las industrias relacionadas. En los últimos tiempos, el aumento de los precios de las materias primas y los grandes acontecimientos globales han confirmado que estábamos en el camino correcto. Hoy está claro que la economía sólo puede crecer si contribuye a restaurar los sistemas naturales.
¿Puedes especificarnos algunas buenas prácticas y/o iniciativas concretas que estáis llevando a cabo en esta materia y qué objetivos persiguen?
Hemos desarrollado metodologías y herramientas para hacer posible la aplicación de la economía circular en el sector de la edificación a todos los niveles. Nuestra metodología Lean2Cradle®, desarrollada junto con Construcía, nació para hacer posible la ejecución eficaz, orientada a preparar a los edificios como “bancos de materiales”. Para ello también hemos desarrollado un pasaporte de materiales, que ha ido evolucionando en estos años, experiencia que actualmente estamos compartiendo con administraciones públicas y empresas.
Actualmente estamos en la segunda fase del desarrollo de la metodología para medir el ciclo circular del carbono, C3A®, en colaboración con el Politécnico de Milano y la UPC. Esta metodología nos permitirá tener información clave para tomar decisiones, por ejemplo, a nivel de gestión de materiales (almacenes de carbono), estrategias para devolverlo al suelo y evitar las emisiones.
El programa C2C Certified en su versión 4 también es una herramienta esencial, como único programa para el desarrollo y evaluación de productos para la economía circular y lo estamos utilizando para transformar la manera en que las empresas diseñan, producen y comercializan sus productos
¿Cuáles son los otros grandes retos y desafíos de tu organización/empresa en materia de gestión socialmente responsable?
Nosotros, como consultoría, no tenemos “grandes retos” propios, los grandes retos los encontramos en nuestros clientes. En nuestro trabajo como consultores y asesores del programa Cradle to Cradle Certified, investigamos a fondo las cadenas de suministro de diferentes sectores. En un mundo globalizado como el de hoy, esto significa enfrentarse a realidades muy diversas. Uno de los grandes retos está en lograr que toda la industrialización que se ha externalizado a países en desarrollo sea un motor real de cambio social y no simplemente un ahorro en costes.
Otro de los retos actuales está en la gestión de la información. Identificar la información correcta y gestionarla en el tiempo. La trazabilidad y la transparencia son dos grandes desafíos a superar para que la economía circular se implemente como modelo dominante. Muchas empresas aún se manejan en entornos de desconfianza. El cambio de modelo requiere de un cambio de actitud, desde lo personal a lo profesional. Trabajar como un sistema en el que todos colaboramos de una forma u otra para compartir el éxito.
¿Qué importancia tiene para vuestra empresa colaborar con la Fundación Empresa y Clima y qué beneficios creéis que os aporta en vuestra transición climática?
La Fundación Empresa y Clima viene llevando a cabo una tarea fundamental en el diálogo con los grandes actores, quienes realmente tienen el poder de generar cambio. Habíamos participado en los inicios, pero aún no era el momento del mercado. Hoy volvemos porque queremos participar en este diálogo, contribuir de forma colectiva a lograr los objetivos climáticos, pues sabemos que no hay alternativa y que nadie puede hacerlo solo. O vamos juntos, o fracasaremos.
Esta entrevista forma parte del Dosier Corresponsables: La transición hacia una economía verde, promovido por la Fundación Empresa & Clima