El pasado 13 de diciembre, Youth Business Spain entregó sus Premios Emprendimiento YBS 2023, que suponen un reconocimiento de los mejores proyectos de emprendimiento juvenil inclusivo. Hablamos de esos pequeños negocios que resultan fundamentales para la buena marcha de la economía, y cuyo éxito al mismo tiempo demuestra la buena labor del ecosistema de entidades de apoyo al autoempleo y emprendimiento juvenil inclusivo.
El segundo premio, dotado con 1.000 euros, fue para Emilse Loizaga, fundadora junto a su marido Juan Matías Herrera de Jabones Panambi que comercializa jabones artesanos y ecológicos comprometidos con el desarrollo local en Mallorca, donde se ubican, y con la sostenibilidad y la economía circular. Nos lo cuenta la propia Emilse en esta entrevista.
¿Qué te llevo a poner en marcha una empresa de fabricación de jabones artesanales?
En el trasfondo de mi experiencia empresarial, el universo de este mundo no me resulta desconocido. Ya en 2007, en Argentina, me lancé a la aventura con la apertura de una tienda dedicada a productos de perfumería. Fue en ese establecimiento donde capté un patrón intrigante: cada vez que un cliente se aproximaba a los jabones, de manera instintiva, llevaba el producto a su nariz para percibir su aroma. “Aquí hay algo”, reflexioné, y esa revelación quedó grabada en mi mente.
Rememorando mis días de clases de química en el instituto, revivió en mí el fascinante proceso de saponificación, la esencia misma de la creación de jabones. Guiada por el deseo de aprovechar este conocimiento, me lancé a la búsqueda de insumos para emprender esta nueva travesía. No obstante, la dificultad radicaba en encontrar materiales de la calidad que yo aspiraba a ofrecer.
Sin titubear, publiqué un anuncio en el periódico en busca de un químico experto en estos procesos. Así fue como encontré a un hábil químico que no solo compartía mi visión, sino que también se convirtió en un valioso amigo. Nuestra colaboración resultó ser un éxito rotundo: juntos ideamos una receta que permitía la utilización de diversos tipos de aceites, desde el aceite de coco brasileño hasta el aceite de oliva español.
Este logro nos llevó a expandirnos con la apertura de cuatro tiendas en toda Argentina, la producción mensual de más de 1.000 kilos de jabón y la oferta de cerca de 30 variedades, desencadenando incluso la divertida problemática de que los clientes no sabían qué jabón elegir, ¡una situación bastante cómica!
En el año 2020, ya en España, decidimos abordar este proyecto desde una perspectiva completamente diferente. Contábamos con la fórmula probada, el conocimiento adquirido y la determinación de desarrollar un proyecto de la mayor envergadura posible. Optamos por establecer una fábrica más moderna, equipada con maquinaria de vanguardia, mayores capacidades de producción y una apuesta por fragancias más exclusivas.
Este nuevo enfoque nos permitió materializar sueños, como el placer de sentir el aroma de mis jabones en Limón de Mallorca o Lavanda de la Tramuntana. Lo que antes en Argentina era solo un anhelo, con los recursos de Europa se volvió tangible, y lo más importante, palpable para aquellos clientes que antes se acercaban tímidamente a oler nuestros jabones en la modesta tienda. Ahora, estos clientes se cuentan por cientos, distribuidos en más de 120 tiendas, así como en hoteles y otras empresas que confían en nuestros productos para satisfacer las necesidades de sus clientes.
¿Hasta qué punto es grave el problema de la presencia de sustancias tóxicas en los productos de higiene y cosmética?
Desde el ámbito académico, abordar este desafío se erige como un catalizador de innovación y progreso. Nos vimos afortunados al contar con la presencia de una estudiante de Máster en nutrigenómica, quien, con profundo empeño, se sumergió junto a Panambí en este intrincado reto.
La realidad que desveló resultó ser avasalladora; por mencionar apenas algunos ejemplos, descubrimos que algunos jabones albergan gluten, suponiendo una amenaza para aquellos con sensibilidad celíaca. Además, muchos de estos compuestos químicos exacerbaban la sequedad cutánea, revelando ser detergentes de una potencia desmesurada. El dilema se presenta con una ironía desconcertante: quienes creían estar preservando la salud de su piel con productos de calidad, descubrían todo lo contrario.
En el universo de Panambí, trazamos paralelismos con la creciente conciencia alimentaria, específicamente en relación con los ultraprocesados. No obstante, lamentablemente aún no alcanzamos el mismo nivel de sensibilización en cuanto a los productos de higiene y belleza. Este contraste resalta la urgencia de elevar nuestra consciencia sobre los productos que aplicamos a nuestra piel, un terreno que requiere exploración y reflexión equiparable a la dedicada al cuidado de nuestra alimentación.
¿Qué tipo de ingredientes empleáis en vuestros productos?
Tenemos un importante compromiso con la calidad, así que contamos con bases certificadas por Cosmos (certificación de productos orgánico o naturales). Por poner algunos ejemplos, en los aceites utilizamos siempre primera prensada, ya sea de oliva, coco o ricino. En las fragancias y colorantes cuidamos que no tengan alérgenos y estén certificados. Y no debemos olvidarnos del compromiso con lo local, en la medida de lo posible utilizamos hierbas locales de Mallorca provenientes de huertos orgánicos, que es algo que enamora a los clientes de los hoteles y establecimientos de agroturismo con los que trabajamos.
¿Qué pensáis que diferencia a vuestros productos de los de otras marcas de jabones artesanos y ecológicos?
En esencia, nuestro compromiso radica en la calidad y la producción local, superando la mera etiqueta de artesano y ecológico para convertirse en una opción que compite con cualquier propuesta. Nos movemos en entornos turísticos donde la experiencia es crucial, y el sentido del olfato desempeña un papel fundamental. Al evocar la esencia única del jabón de Marsella, aspiramos a que nuestro jabón de Mallorca logre un impacto similar, transportándote a esos momentos especiales y felices de tus vacaciones.
Más allá de la producción, consideramos toda la cadena, adoptando para ello diferentes medidas, por ejemplo nuestro envase de papel es compostable. Además, promovemos el empleo local y de calidad de los agricultores de hierbas aromáticas. Nosotros apostamos por un producto local, de proximidad, que destaque por su calidad y por la colaboración con proveedores cercanos. En un entorno mayoritariamente turístico, aspiramos a que nuestro jabón se convierta en un emblema de Mallorca, al igual que lo es el de Marsella.
Trabajáis principalmente para hoteles y establecimientos turísticos. ¿Por qué esta orientación hacia la hostelería?
En este resultado convergen diversas corrientes, entrelazando tanto la necesidad imperante en los hoteles de avanzar hacia el “cero residuos”, dictada por normativas y valores, como la adopción proactiva de esta causa, abordando con determinación tanto los envases como los jabones naturales que respetan el medio ambiente y se consumen por completo, cerrando así el ciclo de manera completa. Esta aproximación responde a la esencia de circularizar todo el proceso.
Por otro lado, cada rincón, ya sea un hotel, una localidad o un pueblo, suele albergar un jardín, una área natural o incluso productos distintivos como miel, flores o hierbas aromáticas. ¿Qué experiencia podría ser más enriquecedora que llevar esos aromas a cada rincón de las habitaciones? Este enfoque se alinea con la creciente tendencia de personalizar las experiencias, uniendo el entorno local con la vivencia íntima del huésped.
Puedo afirmar con certeza que al ingresar a un cuarto de baño en un hotel y, en lugar de encontrarte con la convencional pastilla blanca en una bolsa de plástico, descubres un jabón con delicadas flores de lavanda de la Tramuntana, cuidadosamente envuelto en papel que detalla su origen, elaborado en Mallorca con materias primas de la isla, sentirás el deseo inmediato de llevártelo como recuerdo. ¿Qué puede ser más cíclico y armonioso que sumergirse en los evocadores aromas propios de la isla que estás explorando? En cada detalle, se forja una conexión circular, donde la experiencia sensorial y el respeto por la sostenibilidad convergen de manera sublime.
¿Qué ha supuesto para vosotros ganar el segundo premio en los Premios Emprendimiento YBS?
Esta señal es un claro indicativo de que transitamos por la senda correcta. Es completamente normal que, en el devenir emprendedor, las dudas se presenten de manera recurrente; sin embargo, logros como este infunden en nosotros una renovada energía y una firme determinación para encarar el nuevo año con ímpetu creativo e innovador. Compartir este momento mágico con colegas y otros emprendedores fue extraordinario, aunque solo hubiera sido superado por la presencia de mi familia, quienes han sido fieles compañeros desde el inicio de esta apasionante aventura. La meta ahora es cosechar más éxitos para que puedan unirse a nosotros y vivir estas experiencias de triunfo juntos, ¡qué desafío tan emocionante!
¿Cuáles son vuestros objetivos para el próximo 2024?
Estamos progresando en nuestra estrategia de internacionalización, centrando nuestra mirada en mercados como Alemania y Portugal. Nuestra meta es expandirnos a 200 distribuidores para el próximo año, a la par que fortalecemos nuestro equipo comercial para asegurar una presencia sólida en Ibiza, Menorca y Formentera.
No obstante, lo más importante para nosotros es continuar viviendo con pasión este sueño que nos impulsa, tal como rezamos en nuestro lema: “Pasión por los jabones”. Es ese mismo fervor el que nos impulsa a emular a aquel cliente que, con entusiasmo, se acerca a oler cada uno de los jabones en una tienda. En cada paso de nuestro camino, buscamos mantener viva esa chispa que nos inspira a seguir explorando, innovando y compartiendo la esencia de nuestros productos con el mundo.
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