Kimberly-Clark es una multinacional con presencia en 175 países que tiene como propósito un mejor cuidado para un mundo mejor, a través de sus diferentes programas de responsabilidad social y distintos productos que tienen para el cuidado de las personas desde antes de nacer hasta su etapa de adulto mayor. Para el 2030 pretenden impactar a nivel mundial a mil millones de personas con programas relacionados a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y creen firmemente que la comunicación crea un valor compartido que los fortalece.
Cuéntenos sobre el trabajo que realiza Kimberly-Clark
Silvina Seiguer: Kimberly-Clark es una empresa global con presencia en casi toda América Latina. Tenemos una fuerza laboral de 45 mil empleados en Latinoamérica. Una de las cosas que más nos enorgullece como compañía, es el propósito que tenemos de generar un mejor cuidado para un mundo mejor. Tenemos una responsabilidad para la sociedad como compañía de entregar productos esenciales para las vidas de las personas desde antes de nacer, preparando a las madres en su maternidad y cuando nacen los bebés con la línea Huggies; pasando a la adolescencia y los ciclos de la mujer con la marca Kotex e Intimus en Brasil; el cuidado personal de la familia con los diferentes tipos de papel como Suave, Scott y Neve; hasta el adulto mayor con la marca Plenitud. Luego tenemos Kimberly-Clark Professional que son productos para las empresas como las toallas de los baños. Todo ello incluye estar al lado de las personas desde el primer momento de su vida y el cuidado del mundo.
Mencionaste que el propósito de Kimberly-Clark es generar cuidado para un mundo mejor, ¿cómo vienen realizándolo desde la responsabilidad social de su organización? ¿Cómo ha evolucionado a lo largo de los años y cuáles son sus principales estrategias?
Silvina Seiguer: El cuidado es parte de nuestro ADN y así lo vivimos en todos los aspectos de la compañía y desde el punto de vista de la responsabilidad social y sustentabilidad. Hace 2 años, lanzamos nuestra visión de sustentabilidad al 2030 y estamos comprometidos en impactar a nivel mundial a mil millones de personas, a través de nuestros programas, de las cuales en América Latina serán 150 millones, programas que están muy relacionados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas y conectados a los propósitos de cada una de nuestras marcas. Tenemos programas de responsabilidad social que acompañan a cada etapa de la vida y que tienen que ver con la parte familiar (agua limpia y saneamiento), la infancia (salud y bienestar) y la mujer (equidad de género). Desde el punto de vista sustentabilidad ambiental tenemos un objetivo de reducir para el 2030 en un 50% los impactos ambientales en todo lo que tiene que ver con plástico, forestación, carbono y agua. En muchas de nuestras plantas tenemos cero residuos.
¿Cuáles son estas iniciativas o programas que nos han mencionado en los distintos rubros?
Silvina Seiguer: En la parte de agua y saneamiento tenemos el programa “Baños cambian vidas” que lleva siete años y consiste en sensibilizar y educar a las familias en la mejora de sus servicios higiénicos y la importancia de la higiene. Este programa lo desarrollamos con la ayuda de la ONG “Water for People” y beneficia a más de un millón 300 personas y tiene una inversión aproximada de 2 millones y medio de dólares. Pronto iniciaremos una campaña fuerte de cuánto venimos impactando, contando historias que dan credibilidad a la importancia de tener este programa de la mano de nuestra línea de productos Scott, Neve o Suave en Perú. En el ámbito de salud y bienestar, tenemos el programa “Un abrazo para cada bebé” que trabajamos con Unicef desde hace 3 años en el que se ha invertido más de siete millones de dólares para ayudar en el cuidado de los bebés prematuros o en los primeros años de vida, concientizando en la importancia del contacto que necesitan los bebés en sus primeros días de vida. En temas de género tenemos dos programas: la primera con el programa She Can, que tiene que ver con el empoderamiento de las mujeres y el otro son todas las iniciativas que hacemos con Plan International, para contribuir en el tema de la higiene menstrual. Trabajamos iniciativas de la mano con una ONG que valida cada uno de nuestros programas.
¿Podrían detallarnos en qué consiste el programa She Can?
Ana Gushiken: She Can es un programa bajo la estrategia global para el ODS de la equidad de género. Es una plataforma disponible para nuestros empleados y trabajamos con las niñas y todas las mujeres. En el día de la Higiene Menstrual realizamos una actividad donde toda la responsabilidad social está muy alineada con el propósito de la marca. Junto a Plan International, nuestro socio estratégico, hablamos de todo lo relacionado al cuidado con las niñas, y niñas adolescentes para desmitificar el estigma de menstruación, llevando este contenido de educación a las comunidades más vulnerables; tuvimos esta charla en 5 colegios de Lima, y otras en seis países como: Brasil, Colombia, Guatemala, Perú, Costa Rica y Chile, impactando a más de mil personas directamente.
¿Cuál es la importancia para Kimberly-Clark la comunicación de la responsabilidad social?
Ana Gushiken: Siempre mantenemos una fluida comunicación con nuestros stakeholders estratégicos que se componen por nuestros empleados, consumidores, ONG, entre otras alianzas, para conocer sus necesidades porque queremos tener una sociedad informada en lo que nos comprometemos a hacer. Tenemos el reto de impactar globalmente a mil millones de vidas hasta el 2030 y aquí en Latinoamérica a 150 millones de personas. Utilizamos nuestros canales sociales para conectarnos con los principales medios de comunicación y compartir todos nuestros avances que involucran a nuestros consumidores y que están atentos en seguir a las marcas con ADN de responsabilidad social.
Silvina Seiguer: La comunicación permite, también, comunicar contenido real, con base sólida y credibilidad. Es muy importante que la comunicación la utilicemos como una herramienta que va dar visibilidad a eso. La comunicación crea un valor compartido y eso fortalece la reputación de la compañía; además nos encanta que nuestros aliados como las ONGs hablen de nosotros porque son quienes mejor pueden dar credibilidad a lo que hacemos.
Sobre el trabajo que vienen realizando, a lo largo de estos años ¿cómo podrían analizar la situación de la responsabilidad social de las empresas en Perú o en la región en general? ¿Creen que ha evolucionado?
Ana Gushiken: Hay avances significativos en el tema de responsabilidad social, y que -desde los años 90- ha ido evolucionando y está en el ADN de muchas compañías. En Kimberly Clark fuimos pioneros en muchas actividades antes de que este tipo de programas sean conocidos y que las compañías se den cuenta de que eso debe ser el centro de su propio negocio. Trabajamos mucho con nuestra cadena de valor, cuidado del medio ambiente, reutilización de residuos, reutilización de energía, son iniciativas que nosotros ya estábamos trabajando y que hoy vemos que avanza cada día más. Tenemos un sinnúmero de proyectos y de programas que nos ayudan a ser más responsables con el medio ambiente y con la sociedad. Va más allá de las leyes y normas, actualmente las empresas están viendo el valor de multiplicar sus impactos en las comunidades más vulnerables con el objetivo de contribuir con el desarrollo económico de la sociedad.
Silvina Seiguer: Hoy es un must para las compañías. Antes era un área paralela y ahora es como el corazón del negocio de cómo producir un mejor impacto. Los empleados te impulsan a que tengas esa visión y que seas parte de construir esa visión social. Creo que ya no existe ninguna compañía que no tenga un reporte de sustentabilidad y eso te marca la pauta de la evolución y la importancia que tiene el tema.
Ana Gushiken: Y es clave también estar con los consumidores formando parte de esta evolución porque nosotros vemos que los consumidores están muy atentos a lo que las compañías están haciendo y quieren saber cómo impactamos positivamente con la sociedad. Entonces, llamar a los consumidores para que sean parte de nosotros, escucharlos y para que sean parte de nuestra estrategia de responsabilidad social también es clave para nuestro negocio.
¿Cuáles son los próximos retos y desafíos dentro de Kimberly-Clark en temas de responsabilidad social y sostenibilidad y cómo lo piensan llevar a cabo?
Ana Gushiken: Nosotros estamos siempre buscando desarrollar programas que tengan cada vez más impacto real en las personas. Nuestro próximo reto será fortalecer nuestras alianzas estratégicas con las ONGs con las que ya tenemos alianza. Estamos mejorando constantemente nuestros programas como el de donación de productos para garantizar que lleguen a las personas que lo necesiten de la mejor manera posible. En 2021 impactamos en más de 1.2 millones de personas en América Latina con el envío de nuestros productos fue más de 40% del año anterior. Trabajamos en alianza con los Bancos de Alimentos en toda Latinoamericana.
Silvina Seiguer: Estamos abiertos a seguir buscando oportunidades para ayudar a la gente a que tenga un mejor cuidado en las áreas que intervenimos. Es importante relacionar el propósito de la marca con las iniciativas, siempre estamos abiertos a profundizar este trabajo con ONGs internacionales y locales. Uno de nuestros retos es que venimos trabajando en algunos proyectos de economía circular y un proyecto en Brasil de reciclaje de pañales y hacer el triple impacto para lograr más programas.
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