El Ayuntamiento de Barcelona y Districlima han iniciado los trámites para la construcción de la tercera planta de generación de frío de alta eficiencia de Barcelona. La nueva planta, que contará con una inversión de 44,4 millones de euros para la primera fase, estará situada en el barrio del Poblenou y permitirá la generación de frío aprovechando el agua del mar.
La nueva instalación, cuyas obras se espera poder iniciar en breve, será soterrada y ampliará en un centenar el número de edificios conectados a esta tecnología, que pasará de los 167 edificios actuales a más de 240 al final de la concesión, el año 2032. En esta línea, se calcula que la superficie climatizada prácticamente se duplicará, pasando de los 1.500.000 m2 actuales a 2.496.494 m2, una superficie que equivale a 250 islas del Eixample. La nueva planta permitirá aumentar la potencia instalada de frío de 69 MWf a 97 MWf. Las obras se iniciarán en 2024 y está previsto que la planta pueda iniciar su actividad en 2025.
Apuesta por las redes de frío y calor
Districlima es una sociedad público-privada creada en 2002 para llevar a cabo, por primera vez en España, una red urbana de distribución de calor y frío para destinarla a calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria. El proyecto nació en Barcelona como una respuesta inteligente al deseo de la Administración de implementar un nuevo modelo de desarrollo urbano de primer nivel, con un compromiso con la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático. La primera planta se ubicó en la zona Fòrum y en 2005 se amplió al distrito tecnológico del 22@, convirtiéndose en la red de calor y frío más grande del Estado y del sur de Europa. Solo en 2022, Districlima evitó la emisión a la atmósfera de 26.000 Tn de CO2, equivalentes a retirar de la circulación unos 44.600 vehículos. El proyecto está impulsado en la actualidad por cuatro socios: ENGIE, TERSA, AGBAR y el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE).
De esta forma, mediante la asociación estratégica con Districlima, Barcelona sigue consolidando su apuesta por las redes de frío y calor. La implantación de estas redes, que cuentan con una larga y amplia trayectoria en el centro y norte de Europa, permite calefactar y refrigerar edificios, además de dar respuesta a las necesidades de agua caliente sanitaria, convirtiéndose en infraestructuras clave en la ciudad para avanzar en la transición energética. Se estima que este sistema es un 30% más eficiente energéticamente que soluciones individuales como calderas o aires acondicionados y representan también ahorros en términos de espacio y de inversión inicial por parte de los usuarios. Asimismo, ofrecen otras ventajas como el ahorro de agua, la disminución de ruidos y la reducción de costes de mantenimiento.