El número de productos certificados con sello de Comercio Justo Fairtrade creció un 8% en España durante 2020. ¿Qué balance haces de este crecimiento y qué perspectivas manejáis para el año en curso?
Ha sido un año complicado para todos. Podemos estar contentos con la evolución positiva del surtido y la apuesta de las empresas por incorporar más productos de Comercio Justo. No se ha mantenido el mismo incremento de los años anteriores pero un crecimiento de un 8% consideramos que son buenas noticias. Este crecimiento está representado sobre todo en las categorías de azúcar y cacao.
Somos optimistas con respecto a la evolución para el año 2021 y esperamos superar de manera conjunta con los consumidores y las empresas esta crisis sanitaria.
Las empresas siguen apostando por la sostenibilidad ahora más que nunca, y esta es la única manera para asegurar un futuro más justo y seguro para todos.
Las grandes cadenas de distribución internacionales con actividad en España lideran la comercialización de productos certificados en nuestro país en contraprestación a las de capital nacional que por el momento van un paso por detrás. ¿De qué forma se podría revertir esta situación?
Por una parte, hay un destacado componente cultural, dado que en otros países del centro de Europa los conceptos de sostenibilidad llevan mucho más tiempo implementados tanto a nivel de consumidor como de empresa.
Debe ser una labor conjunta de todas las instituciones y organismos públicos, así como de empresas, consumidores y certificadoras, el poder dar un mensaje claro con una vocación didáctica para sensibilizar en sostenibilidad a las personas.
La apuesta por parte de la distribución nacional hacia criterios sostenibles es cada vez mayor y se ha convertido en uno de los ejes de crecimiento y diferenciación de unas empresas con las otras. Podemos estar seguros de que la empresa de distribución española apuesta y apostará por la sostenibilidad.
¿De qué manera las buenas prácticas derivadas del Comercio Justo están aportando en la lucha contra el cambio climático a nivel global?
Desde Fairtrade tratamos de establecer unos criterios de trabajo que cubran los aspectos sociales, medioambientales y económicos.
El enfoque con el que Fairtrade afronta el cambio climático es el de ayuda a los productores a tener mayor fortaleza y resiliencia.
Nuestros agricultores, productores y trabajadores reciben la Prima Fairtrade, que es el dinero extra que obtienen de las ventas de cultivos y productos certificados Fairtrade, en proyectos como la plantación de árboles, el riego, la diversificación de cultivos y la energía limpia, que son más sostenibles a nivel local.
También contribuyen a la lucha global contra el cambio climático. Los productores y trabajadores de Comercio Justo deciden por sí mismos cómo se gasta el dinero de la Prima, porque son ellos quienes mejor saben lo que necesitan para ser más resilientes.
Todo esto está respaldado por el Criterio Climático Fairtrade.
Desde su posición como Director de Fairtrade Ibérica, ¿qué mensaje quiere trasladar a las grandes multinacionales globales que presionan a la baja los precios de las materias primas, lo que incide negativamente en los pequeños productores?
Todos somos conscientes de que la sostenibilidad ya no es una moda y ha llegado para quedarse. Que una empresa apueste por una cadena de aprovisionamiento ya no es un valor diferencial, es un deber que debe cumplir.
Desde Fairtrade animamos a las empresas a implementar proyectos donde no solo atendamos el cumplimiento de las nuevas normas de debida diligencia a nivel de derechos humanos, sino que también incorporamos la posibilidad de poder cumplimentarlos con la debida diligencia ambiental.
La transparencia en la cadena de suministro es fundamental para conocer tanto las buenas prácticas de los productores como, en el caso contrario, posibles condiciones laborales infrahumanas, explotación laboral infantil o la degradación ambiental. ¿De qué manera están trabajando este ámbito?
Fairtrade se compromete a luchar contra las causas fundamentales del trabajo infantil y prevenir el abuso y la explotación de los niños. Fairtrade prohíbe el trabajo infantil según lo definido por la edad mínima de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Por ejemplo:
- Los niños menores de 15 años no deben ser empleados por organizaciones Fairtrade.
- Los niños menores de 18 años no pueden realizar trabajos que pongan en peligro su escolarización o su desarrollo.
- Los niños solo pueden ayudar en granjas familiares bajo condiciones estrictas. El trabajo debe ser apropiado para la edad y realizarse fuera del horario escolar o durante las vacaciones.
Una de las cosas más importantes es formar a las organizaciones de productores a desarrollar un plan de mitigación, identificación del trabajo y políticas y procedimientos para evitar que se emplee a niños.
Desgraciadamente nadie puede ofrecer una garantía del 100% de que un producto está libre de trabajo infantil.
Lo que Fairtrade sí garantiza es que, si encontramos infracciones a nuestros requisitos de trabajo infantil, tomamos medidas inmediatas para proteger al niño o los niños afectados. Fairtrade trabaja intensamente para poder dar una protección segura y próspera a la infancia.
Esta entrevista forma parte del Dosier Corresponsables – Comunidad Faitrade.