Fundación Catarubén es una organización sin fines de lucro que trabaja en la región de Orinoquía en Colombia, una de las de mayor biodiversidad del mundo. Ha podido mejorar la calidad de vida de más de 300 familias, eliminar 1,5 millones de toneladas de CO2Eq y evitar la degradación, la deforestación y el cambio de uso de suelo en más de 200 mil hectáreas de ecosistemas naturales estratégicos.
“Somos una más de las muchas organizaciones ambientales que han nacido en Latinoamérica con el ánimo de defender los recursos naturales de este bello continente”, señala Eduwin Hincapié, co-fundador de la Fundación Catarubén.
Explica que el trabajo de su organización es brindar soluciones basadas en la naturaleza, para las empresas que buscan reducir su huella de carbono.
“Iniciamos como un proyecto muy sencillo y luego fuimos escalando poco a poco, hoy tenemos nueve años trabajando probando y validando ideas”, subraya.
Catarubén y LATAM Airlines tienen una alianza a través de la iniciativa CO2Bio para neutralizar su huella de carbono. Edwin Hincapié refiere que como la compañía aérea no tiene un sustituto para el combustible que utiliza por otro que sea amigable con el medio ambiente, requiere compensar su huella de carbono.
En ese sentido, la Fundación Cataruben lidera en Colombia un grupo de 300 fincas con ecosistemas conservados que contribuyen a disminuir las emisiones de CO2, y ha posibilitado que la empresa aérea y la comunidad puedan interacturar, a fin que la balanza ambiental de LATAM se incline a la neutralidad.
En este trabajo conjunto, Eduwin Hincapié explica que primero hay un compromiso de la gente en seguir conservando y midiendo el carbono que es capturado por los ecosistemas naturales en sus propiedades como bosques, pastizales nativos y humedales. “¿Cuáles son los beneficios? Por cada tonelada de dióxido de carbono que se evidencie, verifique y certifique que efectivamente está siendo capturada, LATAM está pagando entre 5 y 10 dólares”, explica.
Impacto
El cofundador de la Fundación Cataruben señala que esta experiencia de trabajo conjunto entre las comunidades y la referida compañía de transporte aéreo, deja enseñanzas para replicar este tipo de proyectos en las comunidades de la región latinoamericana, para que desarrollen un modelo de negocio sostenible.
“Es posible cuantificar económicamente en términos de carbono, cuánto correspondería a la conservación de ecosistemas naturales, y hay un mercado para ello”, destacó.
Por ello dijo que las soluciones basadas en la naturaleza son viables para los balances de sostenibilidad de empresas de todo tipo. De otro lado, refiere que las comunidades también pueden rentabilizar el tema de la biodiversidad de sus predios, así como el referido a la huella hídrica.
Explicó que la cantidad de huella hídrica que tiene un producto, servicio o empresa puede ser muy negativo, y a partir de esta realidad, las comunidades pueden ofrecer a cambio su “huella hídrica positiva” que tienen en sus predios para compensar el impacto de las empresas en este recurso natural.
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