Las empresas que incorporan prácticas éticas, medioambientales y laborales en sus cadenas de suministro tienen mayor rentabilidad, según un informe reciente entre Bain & Company y EcoVadis. Como consecuencia, las compañías que integran los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) en su actividad logran un mayor crecimiento y rentabilidad al mejorar la satisfacción laboral y su capacidad de atraer y retener talento. Ante esta situación, la sostenibilidad corporativa cada vez adquiere una importancia mayor en el sector económico, impulsada tanto por las legislaciones como por el compromiso entre las empresas por avanzar juntas en la reducción de su impacto medioambiental.
Nuevas normativas para reducir emisiones entre socios
Un desafío para el 2024 es atajar las emisiones de Alcance 3, es decir, aquellas emisiones indirectas que registra una empresa por el impacto de sus proveedores en la cadena de suministro. En cambio, solo el 3% de las empresas españolas comprometen a sus socios en la reducción de emisiones de carbono, según el Carbon Action Report 2023 realizado por EcoVadis.
Desde las instituciones europeas, están intentando atajar este reto impulsando normativas como la CSRD, que obliga a más de 12.000 grandes empresas a informar sobre las emisiones de Alcance 3 durante su actividad de 2026. Además, este año entrará en vigor la diligencia debida (CSDDD), cuyo objetivo es obligar a las compañías a implementar acciones sostenibles e informar sobre ellas, fijando multas para las que no cumplan con la norma.
Interoperabilidad para generar un impacto colectivo
Como resultado a estas normativas, el próximo año la interoperabilidad ganará protagonismo a medida que las empresas involucren a más de sus socios comerciales en acciones climáticas. Por eso se formó la Asociación para la Transparencia del Carbono (PACT), junto con el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD) o EcoVadis. El objetivo de estas entidades es alinear los estándares de carbono y desarrollar un protocolo global para el intercambio de datos con un enfoque estandarizado, convirtiendo la sostenibilidad en un compromiso interconectado.
En este sentido, aunque la tecnología es un facilitador poderoso para impulsar la puesta en común de información, ninguna inteligencia artificial o tecnología descarbonizará las cadenas de suministro a menos que las empresas se involucren directamente con sus proveedores. El poder de reducir las emisiones de Alcance 3 no es un esfuerzo individual, sino un viaje colectivo que requiere un compromiso compartido con la sostenibilidad. Por eso, las empresas deben interactuar con sus socios para lograr un enfoque colectivo y basado en datos que impulse un mundo más sostenible.
Compromiso firme por parte de los equipos directivos
Aunque las entidades como EcoVadis ofrecen herramientas y recursos como punto de partida para ayudar a las organizaciones a cumplir con los objetivos de sostenibilidad corporativa y generar un impacto a gran escala, la verdadera transformación radica en las acciones tomadas por las empresas. Aquí todavía hay margen de mejora de cara al 2024, pues de momento solo un 42% de las compañías españolas está comprometido con la reducción de su huella de carbono, según la última Consulta integral del Pacto Mundial de la ONU España.
Aun así, este año cada vez veremos a más empresas avanzando en su actividad sostenible no solo por el mero cumplimiento de las regulaciones, sino con el objetivo de demostrar un compromiso real para minimizar riesgos, construir resiliencia y mejorar las relaciones con sus proveedores.
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