La construcción y su cadena de valor tienen un gran impacto ambiental, económico y social. Algunos de estos vectores pueden ser positivos, pensando en la creación de empleo, por ejemplo, pero si miramos hacia adelante y alrededor, los impactos negativos desequilibran la balanza. Emisiones de gases de efecto invernadero, extracción de materias primas no renovables, residuos, y, así, una larga lista hace que la actividad, tal y como se desarrolla hoy, sea insostenible.
En las ciudades, tenemos muy presentes algunas de estas consecuencias. Otras, están más escondidas, pero las intuimos. Mientras tanto, la población mundial continúa en aumento, lo que hace crecer la demanda de viviendas, de espacios de trabajo, es decir, la necesidad de construir. Y eso nos hace volver al origen: ¿cuál es la función de los espacios que construimos? ¿qué queremos construir?
Necesitamos espacios que nos protejan, que nos proporcionen un entorno de seguridad y confort, que nos ayuden a crecer saludables y a desarrollar actividades de toda clase. Que nos ayuden a relacionarnos, a cuidar de los más vulnerables y a integrarnos con el sistema global, la biosfera. Sin embargo, el modelo predominante de construcción tiene resultados casi opuestos. Los edificios, muchas veces, funcionan como barreras, no como cobijo, enferman en lugar de favorecer la salud y entran en conflicto con el desarrollo de la vida.
Hay un consenso bastante generalizado en cuanto al modelo más equilibrado de desarrollo y, claramente, pasa por las ciudades, pero ¿qué tipo de ciudades? ¿Cómo seguir construyendo sin competir por los recursos y manteniendo el equilibrio de todo el sistema planetario? La respuesta es muy compleja y, probablemente, no sea perfecta.
En Grupo Construcía creemos que pasa por trabajar en dos vectores principales: el primero, asegurar la salud de los materiales y productos que utilizamos y, el segundo, mantenerlos en permanente circulación.
Sí, hablamos de economía circular aplicada a la construcción.
Para hablar de la economía circular aplicada al sector construido es necesario combinar capacidades muy diversas que van desde el conocimiento de la química de los materiales, la cadena de suministro y las posibilidades de recuperación de estos. Consultoras como Eco Intelligent Growth aportan este conocimiento y se impulsan con la eficiencia en ingeniería y construcción de los equipos de Construcía y Construcía Instalaciones, unidos al desarrollo de proyectos y a la gestión de inversiones que aporta Circular Capital.
A esto se suma un nuevo proyecto lanzado por el Grupo junto con la agencia de comunicación MUT: Dear Planet, que facilita los aprendizajes al trabajar en construcciones efímeras, como stands de marcas, cuyo ciclo de vida es de apenas unos días. Grupo Construcía, se ha convertido, en sí mismo, en un ecosistema de empresas conectadas para transformar el sector de la construcción y la industria mediante la economía circular.
¿Cuál es el modelo ideal de ciudad? Hay respuestas diversas, de lo que estamos seguros es de cómo hay que construirla y gestionarla.
Transformemos la construcción en protagonista del cambio en positivo.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial de las Ciudades, en colaboración con Holcim España.